Camila conducía el auto con el GPS en dirección hacia la casa de Lauren, pues se suponía que se mirarían a la 1:30 y a decir verdad, no quería esperar mucho para hacerlo. Las calles de Wetport City eran concurridas, el Sol alumbraba de manera amable y el viento parecía dar una fresca brisa, aquel día era uno muy peculiar a decir verdad.—A 20 metros gire a la izquierda y conduzca recto por 9 metros más.
El GPS habló, y Camila sentía su corazón latir con fuerza. A decir verdad, estaba un poco nerviosa por tener contacto con la familia de la ojiverde, aunque bueno, ya los conocía un poco: Michael, su padre quien era un prestigioso empresario de la ciudad, Clara, su madre a la cual ya había visto de lejos aquella vez en el hospital y al parecer trabajaba en la empresa de su padre. Seguía Chris, el universitario aspirante a médico que ya conocía y finalmente Taylor, una chica de octavo grado.
—Ha llegado a su destino.
Camila miró la fachada desde afuera y entonces observó la gran casa que tenía frente a ella. Miró la valla de jardín de tono blanco que tenía alrededor el terreno, los crecientes árboles del patio delantero y el camino que conducía hacia la puerta. Trago en seco.
Se miró en el espejo del auto y verificó que su aspecto fuera decente: Había decidió vestirse con un pantalón blanco junto a una camiseta negra que había obtenido del tour de Niall Horan, había sido un buen concierto. Amarro las agujetas de sus converse negros y decidió dejar la gorra que traía puesta en el asiento del copiloto, tomó su móvil y envío un mensaje a Lauren.
Para: Rose💚
Lauren, he llegado ya.Y espero una respuesta por alrededor de tres minutos, minutos que para ella pasaron lento pero para Lauren habían pasado a la velocidad de la luz.
Rose💚: Entra ya, la puerta de la valla está abierta.
Sacando de su mochila un regalo que había traído para Lauren, Camila salió de su auto y le echo llave a este para después respirar hondo y por fin, entrar a la casa de Lauren. Se acercó a la valla y tal como la ojiverde lo había dicho, la puerta de esta estaba abierta, así que esto le permitió pasar. Guiada por el camino de piedra entre el césped, camino hacia la puerta principal, observando durante su trayecto las cosas tiradas en el verde suelo.
Más pronto de lo que pensó ya estaba postrada frente a la puerta de caoba, así que con su mano desocupada tocó el timbre. No bastaron más que 30 segundos para que aquella puerta se abriera.
—¡Hola! ¿Tú eres la amiga de Lauren? ¡Pasa! Ella está esperándote. —dijo la madre de Lauren abriendo más la puerta para que la morena entrase.
Camila le sonrió y agradeció, entro y comenzó a tener sus primeras impresiones de aquel hermoso hogar.
—Mi nombre es Clara, soy la mamá de Lauren. —dijo la mayor, extendiendo su mano a Camila.
—Un placer señora Jauregui, mi nombre es Camila, Camila Cabello. —dijo la morena, presentándose.
—Puedes sentarte en aquellos sillones si quieres, Lauren ya no tarda en bajar. Te ofrezco agua, jugo... —dijo muy cordial Clara.
—Esta bien, señora Jauregui. Aquí espero a Lauren. —dijo la morena acercándose a uno de los sillones negros de cuero.
Clara se fue a la cocina y entonces, unos pasos se comenzaban a escuchar por las escaleras. Camila fijo su mirada en ellas, pensando que podía ser Lauren pero todo lo contrario, la silueta de quien parecía ser Michael Jauregui se movía directo hacia ella. Camila comenzaba a sudar.
—Hola... ¿Camila? —pregunto el trajeado hombre.
—Señor Jauregui... —dijo Camila parándose de su asiento y tendiendo su mano al hombre.
—Mike para ti, cariño. ¡Pero anda ya! ¿Cómo estás? Lauren baja en corto... Clara cariño ¿Le has ofrecido algo a Camila?... —dijo el señor Jauregui sentándose en el sillón al lado de la morena.
—Estoy bien señor Jauregui, muchas gracias. —dijo Camila queriendo desaparecer en el asiento.
—¿Cómo es que conociste a Lauren, Camila? Claro, si puedo saberlo. —cuestionó Michael.
—Bueno... —Camila aclaró su garganta. —Fue en el metro, justo venía de la escuela cuando la encontré sentada leyendo un libro y... Decidí hablarle. —explicó Camila.
—Oh vaya, que lindo. —dijo el mayor con una sonrisa.
Y Camila se sentía más incómoda que nunca, aunque fue muy suertuda al escuchar pasos una vez más por las escaleras y entonces, ahí estaba.
Lauren bajaba con unos shorts de mezclilla y una fresca blusa blanca puesta, junto a lo que parecían ser unas cómodas sandalias y su pelo suelto sin poder faltar sus gafas. Camila por instinto se levantó de su asiento.
—¡Camila! —dijo Lauren, acercándose a la morena para poder abrazarla.
Camila puso sus brazos sobre la cintura de Lauren y apretó en un lindo abrazo, podía sentir la respiración de Lauren en su cuello y el olor de fresas que emanaba su pelo. Todo por unos simples segundos pero tenía un gran efecto sobre ella.
—Hola. —dijo Camila con una sonrisa.
Y al parecer, aquellas chicas habían olvidado que había un par de adultos observandolas. Camila no esperaba lo que venía a continuación.
—Pues bueno... Nos vamos. —dijo Michael llamando a su mujer.
—¿Se van? —preguntó Camila.
—Tenemos una pequeña comida con algunos empresarios, Lauren te llamó para no quedarse sola, ¿Cierto cariño? Además, te queríamos conocer. —dijo Clara con una sonrisa cómplice a Lauren.
—Bueno, nos vamos niñas. En la cocina hay dinero suficiente para un montón de pizza y chuches. Camila, cuídala. —dijo Michael para salir de la casa con Clara.
Todo se hizo real cuando escucharon y vieron el carro de los Jauregui alejarse.
—¿Estamos solas? —preguntó Camila, Lauren asintió.
—Vale... ¿Que haz buscado alguna película? ¿Alguna serie? —preguntó Camila, Lauren negó.
—¿Que tal un poco de Twister? —propuso Lauren.
—Tiene años que no juego el Twister, pero aceptaría. —dijo Camila.
—¿Te molestaría manchar esos jeans? —cuestionó Lauren.
—¿Manchar? —preguntó la morena.
—Es Twister con pintura, jugarlo de manera normal sería algo muy aburrido. —dijo Lauren, encogiéndose de hombros.
—Oh Rose, acepto tu travesura manchada.
* * * * * * *
¡Feliz año guap@s! Ojalá la hayan pasado bien, éxito en todo lo que venga y bueno, les deseo all the best.
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Ojos de Regalo
Fanfiction"Era un amor sumamente jodido pero sobre todo, sumamente ciego". Una humilde obra que te hará reír y tal vez, llorar.