15. Arreglando las cosas (Parte 2)

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Disclaimer: Hey Arnold no me pertenece, todos los derechos corresponden a Craig Barlett y Nickelodeon salvo la idea de la historia y los personajes inventados.

N/A: Bien a estas alturas todos o la gran mayoría ha visto ya la película de la jungla, bueno mi historia no esta basada en esta versión que salió, esta basada en parte por el primer guion que todos conocíamos antes de que dieran luz verde a la película.

...

– Antes de empezar debes saber que no tengo la mínima intención de llamarte Geraldine, no quiero que me malentiendas, es un nombre hermoso y no entiendo porque no te gusta pero algo en mi me impide que te llame así, tal vez sea por miedo, si dejara de decirte Helga esa esencia que te hace especial para mi corazón se perdería y en estos momentos es algo que no estoy dispuesto a tener, ya bastante difícil me es hacerme a la idea de que estamos distanciados por las circunstancias si así deseas verlo.

– Créeme que lo entiendo Arnold y aunque no quiera y me cueste trabajo lo respetare.

– Gracias Helga, sabes me resulta un poco extraño tener por fin la oportunidad de contarte todo lo que viví en San Lorenzo ya que había pensado en un ambiente más... romántico por así decirlo.

– ¿Romántico tú? Eso si es difícil de creer cabeza de balón – me dijo en un tono sarcástico que me causo una sonrisa, tenia tanto que no la escuchaba hablarme con tanta confianza como cuando éramos niños.

– Lo que tú digas Helga, bueno para empezar cuando el avión de ustedes partió de regreso a Hillwood mis padres y yo tuvimos una plática y obviamente las preguntas no paraban, al menos por mi parte, creía que la razón por la que ellos no regresaban año tras año de su viaje era porque ya no me amaban y por un momento me moleste con ellos a que todo este tiempo estuvieron vivos y nunca se comunicaron con nosotros pero yo no tenia idea que su falta de comunicación era para protegerme a mi y a mis abuelos.

– ¿Qué quieres decir con... proteger?

– De alguna forma La Sombra se entero de la ubicación de mis abuelos y la mía, después de todo yo... ya sabes... soy el niño milagro y para La Sombra era crucial que estuviera en San Lorenzo por lo que de alguna forma logro desarrollar un brote del mal del sueño aun más fuerte que afecto a toda la región y la misión de mis padres era hacer un antídoto aun más potente para poder salvarles la vida a los ojos verdes pero lo que La Sombra jamás espero fue que mis padres me dejaran a cargo de mis abuelos en Hillwood, cuando ellos llegaron a San Lorenzo lo primero que hicieron fue reunir todos los ingredientes para su antídoto, lo prepararon y lo esparcieron para que la gente de ojos verdes pudieran despertar, la diferencia era que ahora no iban a ser afectados por otro brote de este mal en el futuro, una vez que recibieron la gratitud de los ojos verdes, regresaron a la aldea donde se estaban quedando a preparar sus cosas para el viaje de regreso pero, de alguna extraña manera La Sombra logro ubicarlos y los amenazo con algo que el sabia que ellos no podrían rechazar proteger... a mí.

– ¡¿Qué?! Arnold no entiendo nada de lo que me estas diciendo, ¿La Sombra esperaba que tus padres te llevaran con ellos para ayudar así a los ojos verdes?

– Así es.

– Que idiota el pensar que cualquier padre podría exponer a sus hijos a semejante peligro, bueno si fuera Bob o los padres de Eugene lo entendería, claro que los padres de Eugene lo harían sin mala intención después de todo ese niño esta maldito.

– ¡Helga!

– ¿¡Qué?! Sabes que es verdad.

Solo rodé mis ojos ante la obviedad de Helga – como digas, regresando a la historia, La Sombra les dijo a mis padres que si no deseaban que me pasara algo ellos tendrían que entregarle el corazón de los ojos verdes a lo que obviamente mis padres se reusaron, La Sombra los encerró en unas celdas hasta conseguir pruebas suficientes para poder chantajear a mis padres, pasaron días y La sombra volvió a decirles a mis padres que tenían que ir por el corazón de los ojos verdes y entregárselos o algo muy malo me pasaría a mí y a mis abuelos y fue ahí cuando les mostró unas fotografías mías con mis abuelos, cuando mis padres las vieron no pudieron creerlo y no les quedo otra opción que aceptar, después de todo La Sombra era un hombre muy peligroso.

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