40. Dolorosa Despedida

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Disclaimer: Hey Arnold no me pertenece, todos los derechos corresponden a Craig Bartlett y Nickelodeon salvo la idea de la historia y los personajes inventados.

N/A: La canción se títula "sotsugyuu - sayonara wa ashita no tame ni" (Un adiós para el mañana, sería su traducción más aproximada) por: Tackey & Tsubasa.

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Cuando experimentas una perdida, sueles escuchar frases como "lo siento mucho", "espero encuentres pronta resignación", "no estás sola", "cualquier cosa que necesites, aquí estamos" y quien sabe cuántas frases más, frases que realmente no significan nada para el doliente pues están vacías, no te brindan tranquilidad y tampoco te brindan apoyo por parte de los demás, simplemente están vacías. Claro que no todos pensamos de la misma forma, eso está más que claro, pero que frases debe decir uno para que puedan comprender que el deseo de escuchar esa monotonía, que puede convertirse en molestia, es nulo, no deseo escuchar hipocresías como esas, simplemente, no quiero escuchar nada de nadie, no quiero ver a nadie, quisiera que esto fuera una pesadilla, pero no lo es.

Me encontraba sentada en una banca observando el horizonte, cuando Bob y Míriam se sentaron a mi lado – Qué hermoso atardecer, ¿no lo crees cariño?

– Sí mamá, es increíble – le respondí con una sonrisa en mi rostro sin siquiera voltear a verla.

– Helga lamentamos tener que dejarte a ti y a tu hermana solas, pero debes saber que no te culpamos por lo sucedido – comentaba Bob al momento que colocaba su mano en mi pierna.

– Tu padre tiene razón, en ocasiones, la vida nos presenta pruebas difíciles que definen nuestro carácter, obviamente con esto no decimos que debía pasar algo así.

– Lo sé mamá, pero es tan difícil no sentirme de esa manea, ¿cómo no sentirme responsable si yo iba manejando?

– Cariño, esto no es tu culpa. Sabemos que es doloroso, pero confiamos en ti y en Olga, ustedes podrán sobrellevar esto, solo tómense esto con calma.

– La tristeza que ahora está dentro de ti, te ayudará a ser una mejor persona.

– ¿Cómo puedes estar seguro de eso Bob?

– Porque eres una Pataki, eres nuestra hija y eres muy fuerte.

Las palabras de Bob me sacaron otra sonrisa, no recuerdo el momento en el que mi rostro comenzó a derramar lágrimas – están conscientes de que yo no pedí vivir esto ¿no?

– Nadie lo pidió cariño, debemos irnos.

– ¿Tan pronto?

– Sabemos que estarán en buenas manos, solo te pedimos una cosa Helga.

– No seas tan dura con tus amigos, ellos solo quieren lo mejor para ti porque les preocupas, a veces te sentirás sola, pero recuerda que no estás sola.

– Cuida de Olga, estaremos siempre al pendiente de ustedes dos.

En ningún momento de nuestra pequeña charla les dirigí la mirada, pero me sentía tranquila, obviamente sentí un poco de tristeza en ellos, pero fue más la tranquilidad que me transmitían; comencé a abrir los ojos, fue un doloroso sueño. Una enfermera se encontraba a mi lado realizando una revisión de rutina, le pedí que avisará a mis padres que quería verlos, cuando me dijo que mis amigos también estaban aquí, le dije que solo quería ver a mis padres y a nadie más, que no aceptaba visita de nadie que no fuera mi familia, al poco tiempo de que la enfermera salió, entraron mis padres, pude notar el cansancio en sus rostros.

– Hola princesa, ¿Cómo te sientes hoy? – preguntó Hannah intentando mostrarme una sonrisa.

– Adolorida, puedo ver que ustedes no han dormido nada.

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