Capítulo 13: El bono de ropa interior

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Llegué a casa, y busqué el cachetero fucsia para guardarlo en la misma bolsa de ziploc, para ver si se le prendía un poco del aroma a Liz, ya que como imaginarán, ese primer cachetero, lo había lavado hace meses por cuestiones de higiene.

Hablé un poco más esa noche con Liz, pero no pudimos vernos más ése fin de semana, sino hasta casi en 2 semanas después, sin embargo, algunas noches antes de nuestro próximo encuentro, mientras chateábamos:
E: Santi, mira que a mi a mi mamá le regalaron en el trabajo un bono para ropa de $300.000
S: Que bien, entonces te irás de compras con tu mamá?
E: No, ella me lo regaló a mí, porque según ella, esa marca es más de ropa juvenil, y ella es una señora, y no es de andar usando esas cosas, además... Yo quisiera ir contigo
S: Ah ya, pues puede tener razón y me sentiría encantado de poder acompañarte, pero oye, luego para qué tienda es el bono?
E: Una de ropa interior... 😳
S: 😮 ...Y tu quieres que yo vaya contigo a comprar ropa interior???
E: Sí, no quieres?
S: De querer, quiero, no me niego, pero estás segura?
E: Sí, completamente mi Santi, sólo que no sé a dónde ir?
S: Y si vamos a un outlet de la marca, con eso rinde más el bono
E: Genial, buena idea! Entonces el jueves, vienes por mí a la 1pm luego de clases, y vamos
S: De una! Además que si sigues dándome trofeos, pronto te quedarás sin pantys para darme 😏
E: Tan bobo, jaja, pero si quieres no te doy más y problema resuelto
S: Noooo, yo no dije eso, igual tampoco es que me des uno cada visita
E: Ah bueno, así me gusta, juiciosito y dándome la razón 😉

El esperado jueves llegó, fui en busca de Eliza, y partimos juntos a un outlet, al entrar un chica amable nos preguntó qué buscábamos, al mismo tiempo respondimos "encaje", soltando una risa, la chica nos condujo a la sección correspondiente, y nos dejó revisar las prendas para que escogiéramos.

No voy a mentir, al cruzar la puerta, me sonrojé mucho, ya que al ver cada prenda que se exhibía, me imaginaba a Eliza usándola, me daba vueltas la cabeza, era mucho el surtido que había, vimos tangas, cacheteros, cacheteros hipster, clásicos, brasileras, tipo bikini, tanga de hilo, brasieres sencillos de media copa, bralette, brasieres de realce, brasieres de copa completa sin arco, bralette tipo brastop, bustieres, brasieres con arco, en fin cantidad de nombres que no recuerdo al 100%, y lo mejor, gran parte de las prendas eran de encaje, muchos colores y demás, que hicieron volar mi imaginación.

Pero tuve que ponerme serio si quería ayudar a Liz con su compra, finalmente, escogimos colores fucsia, rojo, blanco, gris, azul, y morado, la acompañé al vestier, donde justo antes de entrar, me miró y al oído me dijo:

- Si no fuera porque éste sitio no es muy grande, te invitaba adentro - Me guiño el ojo, me dio un beso, y entró

La esperé por un buen rato, la escuchaba hacer sonidos de satisfacción, otros no tanto, otros de decepción y al salir, me entregó 2 brasieres sencillos, uno de media copa fucsia y otro de copa completa rojo, pero sin estructura ambos; también un par de bikinis fucsia y otro azul aguamarina, 3 cacheteros rosa, blanco y gris, una tanga de hilo roja (según ella para probar), 2 pares de hipsters uno blanco y otro fucsia.

Al ir caminando a la caja para pagar, vimos un conjunto de bustier con bikini, también de encaje, que llamó la atención de Eliza, y le gustó mucho uno color salmón, pero sumando las prendas nos hacía falta $60.000 adicionales para llevar el conjunto, ella había llevado $20.000 y yo revisando tenía $50.000 aunque eran para que pudiéramos comer algo y no aguantar hambre toda la jornada, pero al verla haciéndome pucheros y caras tiernas, terminé accediendo, juntos reunimos el monto pero al cancelar la compra, nos dijeron que el conjunto tenía una promoción y sumando $10.000 más (qué casualidad... Justo lo que me quedaba), se podía llevar un babydoll, nuevamente me hizo gestos, y acepté pagar el excedente, nos enseñaron los modelos pero el que más le gusto a Eliza fue uno de busto rosado con encaje fucsia y lo demás era color negro, ambas piezas con transparencias.

- Gracias, muchas gracias mi Santi, por tu ayuda, tu compañía, y el dinero, después te pago
- Y por qué lo mencionas si yo no te estoy cobrando nada
- Me estás regalando el dinero de la compra? - Eliza se sorprendió algo
- Por supuesto que sí Liz
- Awwww, muuuchas gracias mi Santí, vas a ver cómo me quedan, si la casa llega a estar sola, te voy a modelar cada uno como hubiera querido allí en los vestiéres

Liz me dio un beso, y regresamos a su casa, pero antes comimos unos sándwich y unos jugos, para distraer un poco el hambre, no había nadie en casa, así que subimos a su cuarto, me senté en la cama, y al igual que con los vestidos de baño, fue probando uno a uno, y sólo puedo decir que todo, le quedaba perfecto, la verdad no sabría decir si la ropa interior era muy atractiva, o si era Liz quien adornaba y hacía lucir la ropa, pero la vista era increíble, los encajes definitivamente eran lo suyo, y aquellas transparencias me enloquecían.   Finalmente se probó el bustier y bikini salmón, aunque temiendo que llegaran los padres de Liz, el desfile fue rápido, pero eran espectaculares, lo admito, fueron una excelente compra, el bustier le quedaba ceñido al cuerpo y sus curvas se veían prácticamente perfectas, me hizo un pequeño baile similar al del vídeo, moviendo su cola frente a mí, pero sin dejarme tocar nada, sólo verla.

Seguíamos con hambre, y los padres de Eliza llegarían hasta la noche, entonces ella me dio las llaves de su casa, y me dio algo de dinero para ir por unas pizzas (ya que yo me había quedado sin un centavo), al regresar, serví las pizzas en platos y subí al cuarto, la puerta estaba entre abierta, Eliza seguía el conjunto color salmón, estaba recostada en la cama, y ante mi asombro,  se estaba tocando, tenía una de sus manos apretando uno de sus pechos, y con la otra se tocaba la 'rosa', todo sin quitarse las prendas, por lo cual entré y al verla pregunté:
- Y aquí qué pasó señorita?
- Nada solo que la forma en que me veías, me hizo "calentar" un poco, y ya que estaba sola, tuve la tentación de tocarme un poco
- Y por qué aún no te detienes, si ya estoy aquí?
- Me da pena, pero... Es que está rico y no quiero detenerme! No quieres?

Dijo ella mientras apuntaba a mi entrepierna, ya que mi "bulto" estaba asomado; me acerqué a sus tobillos, tomándolos delicadamente y besé sus piernas, para subir despacio centímetro a centímetro, con tiernos besos, llegando a la ingle, ella misma se quitó el bikini, ya bien húmedo que traslucía sus preciosos vellos, y empujó mi rostro sobre su 'Rosa del jardín'.

- Después no digas que no te doy de comer nada, jaja - Dijo en un tono bastante provocador

Yo continué lamiendo y besando su clítoris, lo succionaba un poco, y Liz se apretaba con más fuerza sus senos, nuevamente sus pezones eran bastante notorios, metí mi lengua en su interior, saboreando su dulce néctar, moviendo mi lengua en todas direcciones para no desperdiciar ni una gota de aquél preciado líquido, Liz empezó a pellizcar algo sus pezones, y mover su cadera contra mi boca con velocidad, tanto así que yo solo tuve que mantener dura mi lengua, y Eliza hacía todo el movimiento de cadera, hasta que llegó al orgasmo, dando un fuerte gemido, se corrió en mi boca, sentía que cada vez los chorros de Eliza eran más deliciosos, lo bebí todo como si estuviera sediento.

Con una chica así, me sentía en apuros, cada vez se tornaba más especial para mí, y me daba gusto, sexualmente me fascinaba estar con una chica que le encantaba tanto recibir el sexo oral, como a mi darle sexo oral, y que parecía entender que yo no lo hacía esperando lo mismo de su parte, sino que realmente me siento adicto a besar la dulce 'rosa' de una mujer, y más cuando ella es especial para mí.

- Me encanta que me la chupes y metas tu lengua en mí, no sabes cuánto adoro todo ésto, te quiero mucho Santi.  - Dijo Eliza recuperando el aliento
- Y tu no sabes cuánto me encanta acariciar tu jardín, besar tu rosa, y humedecer cada uno de tus pétalos Liz - Respondí yo haciendo referencia, a su vello púbico, su vulva, y sus labios vaginales

Eliza se vistió de nuevo, se cambió el conjunto que ya había quedado para lavar, calentamos y devoramos las pizzas, al caer la noche, regresé a casa, pensando en el maravilloso cuerpo de Liz, ya que en serio parecía una obra de arte, no quisiera que ningún cirujano plástico le hiciera ningún retoque, así como es, era perfecta para mí.

Pero de tanta "calentura" caí en cuenta que hubo una prenda que Eliza no me enseñó, el babydoll...

La Rosa del Jardín de ElizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora