Es nuestro cuento

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Las cantos de la aves se encontraban mezclados con el sonido de las hojas las cuales empezaban a caer por las brisas de aire. Se podría decir que todo se encontraba en calma o en casi total silencio , pero esa tranquilidad se vio interrumpida cuando las hadas empezaron a moverse de un lado a otro . Agitaban sus varitas una y otra vez, notándose sus luces representativas cada vez que lo hacían. Ademas de lo que estaban haciendo era reconstruir el castillo de antiguo rey , pero a diferencia del anterior ahora era una mezcla entre piedra liza y vegetación que se mostraba en pequeñas enredaderas de las cuales brotaban hermosas flores.

Se podía ver como los aldeanos del pueblo junto a las criaturas mágicas se organizaban para realizar una clase de bonito escenario, ademas de preparar un festín total que todo lo que lo rodeaba se encontré perfectamente decorado para la ocasión.

Dentro del castillo ya reconstruido se escucharon pasos, cuales provenían de cierto sirviente el cual se halla vestido con un elegante saco largo de cuero negro, junto a un polo del mismo color y un pantalón ligeramente adornado con cadenas dorados que se notaban hasta sus botas. Aquel sirviente ya no solo caminaba , ahora corría en dirección a una enorme puerta de madera la cual no dudo en tocar haciendo mucho ruido.

-¿Podrían apurarse ya? Los están esperando todos -Diaval frunció el ceño al no recibir respuesta alguna, así que retrocedió un poco para convertirse en un loco negro y derrumbar la puerta.

Se paro en cuatro patas sobre la puerta derrumbada y puedo olfatear algo pesado a la vez que algo ya familiar para el puesto que los habia encontrado en situacion similares muchas veces. Se transformo en humano y por reflejo retiro las delgadas cortinas de la cama y tiro de las sabanas.-Por favor... ¿No podian aguantarse solo por hoy? ¿Era necesario que tengan sexo justo ahora?

Malefic se encontraba montado sobre Arthur este simplemente lo tomo de la cintura con sus dos manos, a pesar de que una de ellas fue reemplazada por una mano artificial con algo de madera.Sus cuerpos se encontraban bañados por una ligera capa de sudor ademas de que pronto se sonrojaron por las palabras que menciono el cuervo.

-Estaremos listo en un rato, pero si nos disculpas Paval aun tengo algo importante que terminar - Arthur quien ya estaba mas adulto, puesto que no solo su altura era mayor sino que también sus facciones eran mas varoniles, jalo una de las sabanas para cubrirse a el y a Malefic.

La cama empezó a chillar debido a que el rubio se movió  de nuevo aun teniendo al hechicero encima suyo, lo que causo que Malefic se quejara golpeándole  levemente en la frente- ¡Basta!, nos están esperando y no es bueno dejarlos esperando-Malefic se aparto de Arthur y jalando las sabanas logro envolverlas sobre su cuerpo antes de retirarse de la cama para cambiarse - Ademas  de que si nos damos prisa podemos volver en donde nos quedamos-

Con esa sola frase, Arthur no necesito nada mas para salir  cambiarse y alistarse con ayuda del cuervo.

Diaval los miro  a los dos, quería que se vistieran elegantemente bien para la ocasión que iban a vivir, cuando en medio de ello sonrió con nostalgia y recordo que hace algunos años se enfrentaron a Vetzel e Ivan. Resultado victoriosos pero con la momentanea muerte de Arthur, recuerda como Malefic junto a la hadas realizaron un conjuro tan poderoso para traerlo a la vida y como consecuencia ahora su amo tenia una vaga cantidad de magia que no se comparada a la que anteriormente poseía, casi se podría igualar a ser un humano normal.

Inevitablemente Arthur a pesar de ser resucitado , no pudo recuperar el brazo que se le fue arracando pero las hadas junto a Diaval , le lograron diseñar una clase de protesis que servia perfectamente como uno de reemplazo asi que no le importo mucho. El unico que estaba alterado por esa situacion fue Malefic, que aun despues de ese acontecimiento no se despego ningun momento de Arthur. Ambos se habian vuelto inseparables no solo romanticamente..sino fisicamente como lo presencio en ese momento.

Nuestro verdadero cuentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora