Amor De Colibrí - 1

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La noche era oscura y fría, las densas nubes tapaban la poca luz que podía dar la luna, aún en cuarto creciente; el viento estaba muy calmado, apenas una brisa movía de vez en cuando una hoja; y el silencio era casi absoluto, inquietante, siniestro. En el bosque todo dormían, no había ni un alma aún despierta a esas altas horas de la noche. El olor a las hojas húmedas que cubrían el suelo, a los árboles que se alzaban por doquier y a las pequeñas flores nocturnas, envolvían con su armonía un ambiente demasiado calmado para ser bueno.

Un graznido, fuerte y chirriante, rompe con el silencio y el gran cuervo negro, que emitió este horrible sonido, acaba con la quietud del bosque al posarse con brusquedad en una delgada rama, haciendo que esta se sacuda. El ave soltó otro graznido y de su lomo descendió una pequeña pero siniestra figura. La criatura era de un color grisáceo enfermizo, casi azul; su forma humanoide no disimulaba en absoluto que no era más que una asquerosa criatura del bosque oscuro, pero eso sí, no cualquier criatura; una larga capa hecha con el pellejo de un murciélago muerto y un bastó de madera alto y con unos feos bultos negros en un extremo, eran los signos de su poder; se trataba ni más ni menos que de Mandrake el rey del bosque oscuro y líder de los boggans. Era tan poderoso y asqueroso que a su alrededor desaparecía esas agradables fragancias del bosque y solo quedaba un intenso olor a muerte. Al pisar en la rama esta comenzó a pudrirse tan rápido que el cuervo pegó un respingo, pero eso era precisamente lo que le gustaba a Mandrake, todo podrido y muerto.

Con una orgullosa sonrisa miró a su alrededor y comenzó a hablar con total naturalidad y un toque de humor.

-Sal de una vez, no tengo toda la noche -No hubo respuesta y comenzó a impacientarse- ¿No me habrás hecho venir por nada?

-Largo tiempo ha pasado viejo amigo, -Dijo la voz siniestra de un hablante invisible- pero sigues siendo igual de asqueroso que la primera vez que te vi.

Mandrake miró en todas direcciones observando una sombra que se movía entre las ramas, estaba algo mosqueado, furioso quizá.

-Déjate de jueguecitos Pitch ¿O solo querías hacerme perder el tiempo?

La sombra se arrastró por la rama acercándosele cada vez más, él dio un paso atrás con tranquilidad y vio con una extraña sonrisa de medio lado como la mancha negra se iba alzando y cobrando forma hasta convertirse en un enjuto hombre de tez grisácea, cabello negro y ojos dorados que vestía un traje más negro que la noche.

-Hola Mandrake, diría que es un placer volver a verte pero ni tu aspecto ni este olor a moho y humedad me han parecido nunca agradables.

-Ahórrate los discursos Pitch Black y ve al grano.

-Calma, solo quiero que me ayudes a acabar con alguien.

-¿Pretendes una alianza entre boggans y pesadillas?

-No, tengo un complejo plan y para que salga bien, en un momento dado necesito que los distraigas mientras yo les tiendo una emboscada.

-¡¿PRETENDES USAR NOS DE SEBO?! ¿A nosotros, que somos superiores?

-¿Vosotros... ? -Se río Pitch de una forma insufrible- los boggans solo sois superiores a mis pesadillas en una cosa.

-¿En qué? Si se puede saber -Cuestionó el boggan algo irritado por el poco respeto que le tenía el espiritu.

-Morís mejor -Contestó el con toda la tranquilidad del mundo sacando de quicio a Mandrake.

-¡¡¡Quéeeee!!!

En un ataque de rabia, este, trato de golpear a Pitch con su bastón para destruirlo, pero el creador de pesadillas desapareció en el aire.

-No te pongas así, viejo amigo -Dijo la vos de Pitch proveniente de todas partes y de ninguna a la vez-, pensaba recompenzarte bien.

Mis Fanfics Y CrossoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora