Luchar Por Amor - 3

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Al salir el Sol iluminó, en una pedregosa costa de Noruega, el cuerpo de Várian arrastrado por el mar y a su lado su fiel mapache que se sacudió el agua quedándose todo estofado y salpicando agua a su dueño. El chico se despertó y lo primero que vio fue el cielo despejado y el mar en calma, la tormenta había pasado y todo estaba tranquilo, luego miró a un lado y vio a Rudiger observándole con sus ojos negros. Várian se incorporó soltando un gemido de dolor y miró a su alrededor.

-Menuda sacudida nos metió el mar -Dijo levantándose y sacudiéndose la arena- de puro milagro seguimos vivos.

Se escurrió un poco el agua del pelo y la ropa, el mapache se subió a su espalda y comenzó a caminar por la orilla con el mar a su izquierda y un denso bosque a su derecha. Entre las piedras vio su bastón y se agachó para cogerlo.

-Mira, pero si está aquí.

Siguió su camino, la costa se volvía en partes más escarpada y Várian prefería meterse entre los árboles, pero luego formaba de nuevo zonas más llanas, como pequeñas calas y el alquimista bajaba de nuevo a explorar la orilla. De pronto Rudiger salto de sus hombros al suelo y bajó por unas rocas al mar.

-¿Qué has visto chico?

El mapache regresó arrastrando algo con la boca, Várian lo cogió y vio que era una espada y que tenía la insignia del sol por lo que era una espada de la guardia real de Corona.

-No, no, no,... Esto es imposible, no estamos en Corona, ¿Qué hace esto aquí? -Ver esa espada le puso muy nervioso- Rudiger debemos andar con ojo, el dueño de la espada no andará lejos.

Prosiguió caminando, pero ahora atento a cualquier indicio de peligro, espada en mano estaba dispuesto a matar si era necesario. Era ya medio día y el sol estaba en lo más alto del cielo cuando un sonido y una sombra entre los árboles llamaron la atención del chico, que, con la espada por delante, se acercó.

-¿Quién anda ahí?

Al no recibir respuesta pensó que habían sido alucinaciones suyas, pero cuando iva a dar media vuelta volvió a ver algo moverse por el suelo entre los árboles, corrió hacia ello y vio que solo eran unas rocas, pero pensó que alguien debía habérselas lanzado y buscó con la mirada a alguna persona.

-¡Sal de ahí! No te tengo miedo -Dijo Várian muy seguro.

-No deberías -Le contestó una voz masculina que el chico no supo ubicar.

-Si es así ¿Por qué no te muestras?

-Estoy aquí, mira hacia abajo.

Várian miró hacia las rocas y vió que eran trolls, asustado gritó y dio un paso atrás tropezando y golpeándose con un árbol, cayó de culo y se quedó allí sentado con la espalda contra el árbol mirando asombrado a esas extrañas criaturas.

-¿Estás bien muchacho? -Dijo el que parecía más anciano de los cuatro.

-Sí, sí, estoy bien, estoy bien.

-Mmm… -El troll se regañó y le miró- ¿Estás seguro?

-¡Pues claro que no! Acabo de golpearme con un árbol.

-Lo que sospechaba -Dijo el troll

-¿Qué pasa? -Le preguntó otro.

-Este chico está hechizado.

-¡¿Qué?! Estas loco -Se quejó el chico.

-Hazme caso, yo se del tema y tu estas bajo el poder de una poción que invierte tu carácter.

Várian recordó la poción, pero no se lo creía.

-No llegué a probar la poción y aunque lo hubiese hecho ¿No crees que si fuese verdad me habría dado cuenta?

Mis Fanfics Y CrossoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora