☯ • II

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"Heridas del pasado"

—Ahora sube al burro—Ordenó Jin mientras encendía su lámpara.

—¿Viajaremos en burro hyung? —Preguntó el Omega con una ceja enarcada. Hace bastante tiempo habían dejado las formalidades atrás.

—Lo siento Jimin, yo pretendía traer un caballo, pero me encontré con el señor Buk y me convenció de que esta mula nos llevará a la perfección. Y te lo prometo Jimin, confío plenamente en el señor Buk, así que... Confía en mi—Dijo Jin para luego emprender su camino. Jimin lo miró incrédulo. —Vamos Park, sube al burro.

El Omega sin hacer protesta alguna acomodó su delgado cuerpo en la mula poniendo sus cosas en la alforja que traía la mula. Jin le dio una palmadita al costado de la mula para que esta avance.

—Es un viaje largo, iremos intercambiando de lugares.— Indicó el beta Seokjin.

Jin empezó caminar guiando al burro, era la primera vez que Jimin viajaba en burro. La primera vez que viajó en caballo fue cuando un mercader le encontró en medio del bosque llorando mientras suplicaba que trajeran a su madre, aquel mercader lo llevó en caballo hasta el burdel donde lo recibieron a cambio de 30 monedas de cobre.

La noche estaba estrellada y el camino era largo, la Luna estaba en todo su esplendor y Seok Jin rogó a la luna que todo saliera bien. Ambos se mantenían en silencio hasta que el burro dejó de caminar y Jin frenó en seco.

—Jimin... —Empezó el mayor—, Antes debes prometerme algo.

—Claro que sí hyung, usted ha hecho mucho por mí. Gracias, cualquier cosa que necesita yo lo haré, se todas las labores que un Omega Gisaeng debe ejercer. Cocinar, lavar, tejer, planchar, coser, cuidar niños, escribir, leer, bailar, cantar y también está en sus manos mi castisad—Respondió Jimin jugando con sus dedos.

—Es... Más complejo.

—¿Que necesita, Hyung?.

—Yo... Solo quiero que me prometas, cuando llegue el momento y te pida algo, nada va a cambiar entre nosotros—Respondió SeokJin, Jimin esbozó una tierna sonrisa.

—Por supuesto que lo prometo, hyung—Respondió el Omega sin titubeos. El beta le sonrió con calidez.

¿Cómo no prometérselo? Jin había sido como un hermano mayor, incluso lo asemejaba a la figura de un padre. En el burdel nadie era amigo de nadie, y menos de Jimin.

Pero Jin se había encargado de visitarlo después de su inesperado encuentro se preocupaba de su bienestar y salud.

Jimin en realidad no conocía lo que era un amigo, pero estaba seguro que Jin era su amigo.

El camino continuó mientras ambos charlaban sobre temas comunes y una pequeña pelea tonta sobre cómo preparar Kimchi. Ambos rotaron de puesto y Jin quedó dormido en el burro, pasaron unas horas de caminata.

El muchacho de ojos azules re buscó entre la alforja el bebedero que Jin cargaba y sin pensarlo dos veces tomó del líquido que este contenía saboreando el agua fresca que hidrataba su garganta.
Siguió con la caminata hasta que sus pies dolieron.

—Seokjin hyung... —Llamó el omega pinchando con su pequeño dedo la espalda del beta.

—Cariño... Sunmi dejame dormir pequeña, ve a jugar con el hijo del guardia—Murmuró el beta entre sueños y con una pequeña sonrisa.

—H-hyung, yo... ya estoy cansado—Susurró el omega.

—¡Mi hija no puede estar muerta! ¿Que clase de cosas me está diciendo? ¡Sunmi está bien!—Gritó el beta con las lágrimas cayendo sobre sus mejillas, su voz estaba rota—¡Mi pequeña! —Gritó sobresaltando al Omega rubio a su costado que se encontraba en un extraño trance sin saber que hacer.

El Emperador 국민 ♣Kookmin♣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora