El Emperador 국민 ♣Kookmin♣

☯• XVII

"Corazón en ruinas"

—¿P-para dónde vamos?—Cuestionó Taehyung siguiendo los pasos del beta, este caminaba rápido sin mirar atrás.

Taehyung depositó toda su esperanza en Seokjin, pues era la única persona a la cuál podía recurrir en aquella situación, aún si desconocía que clase de relación tenía con Jimin. El hombre era apuesto, por lo que le generaba intriga la preocupación que demostraba.

Seokjin en cambio tenía los nervios en punta, y aquel muchacho que le acompañaba no hacía más que entorpecerlo con sus preguntas. Él también tenía sus preguntas, sin embargo no era momento para ello, solo le importaba el bienestar de Jimin y conocer su estado.
Sus ojos se fijaron en un guardia que caminaba cómo si tuviera mucho afán, Seokjin lo retuvo tomándolo del brazo.

—¿Donde está Jimin?—Interrogó el beta recibiendo una mirada nerviosa de parte del guardia.

—No se de que habla, con permiso—Jin volvió a retener al hombre dándole una mirada de súplica.

—¡El omega que el emperador se llevó!—Dijo angustiado.

—Está en el calabozo, el emperador lo dejó bajo llave.

—¿Tiene la llave? ¡Por favor, denos la llave!—El hombre hizo oídos sordos.

—¡El emperador estaba furioso! Mandó a ejecutar a un soldado, yo no quiero ser el próximo, lo siento Seokjin—Se defendió mortificado.

—Por favor, no le diremos a nadie, nadie se dará cuenta—Rogó Taehyung, el hombre lo dudó pero les entregó la llave y desapareció entre los pasillos antes de que fuese descubierto.

—Tu no irás—Advirtió Seokjin—, te llevaré después.

Taehyung paró en seco con el ceño fruncido, no podía estar hablando en serio.
—¡Por supuesto que iré!—Encaró Taehyung.

—Es peligroso.

—Jimin es mi amigo, debo ir a verlo, él también me necesita.

Seokjin pareció dudar pero finalmente aceptó.
Ambos corrieron hasta los calabozos con cautela, todo se hallaba desolado para su beneficio. Bajaron las escaleras rápidamente y Jin abrió la puerta que daba a los calabozos, el lugar estaba vacío.
El mayor sintió que en cualquier momento su corazón dejaría de latir, pues no había rastro de vida allí, ni siquiera un ruido. No fue sino hasta que observó al muchacho correr hasta la última celda, Jin le siguió y abrió la celda.

En su interior se encontraba Jimin en el suelo, el piso estaba cubierto de sangre al igual que sus ropas, temió que ya no se hallara con vida pero el omega sollozaba en silencio.

Taehyung corrió a sus brazos, por todo el lugar se sentía el aroma a tristeza. Jimin se encontraba casi sin aliento, su aroma a melocotones se había ido, solo quedaba el aroma a tristeza.
El ojiverde intentó soltar su aroma para tranquilizar a Jimin y que de alguna manera el aroma a tristeza se disipara.

A Jin le partió el corazón la imágen, todo era su culpa, Jimin era feliz antes de todo esto. Jimin sonreía, tenía tantos sueños, Jimin imaginaba un mundo lleno de alegría y cosas bellas. Jin lo arrastró a aquel mundo, desde el primer momento en que lo vió su destino habia quedado sellado, lo arrastró hasta donde estaba.
Debió haber desistido cuando aún podía, ahora si cancelaba todo jamás recuperaría el alma rota de Jimin.

Taehyung iba a acariciar la mejilla del omega pero Jin se lo impidió, Taehyung le gruñó apartándolo.

—J-jin hyung...—Comenzó la voz apagada de Jimin—Y-yo no puedo seguir con esto... El ya me deshechó, soy un jarrón roto.

—Perdóname...—Susurró con voz rota mientras las lagrimas hacían aparición.

Taehyung era ajeno a lo que ocurría, le generaba intriga lo que Jimin había dicho y el por qué Jin se disculpaba, cuando la tormenta pasara también preguntaría aquello.

Ambos curaron a Jimin, le dieron alimento y prometieron ir a visitarlo de nuevo, Taehyung no quería despegarse del omega, no quería dejarlo solo pero lamentablemente aquello era peligroso y se vió obligado a partir de allí antes de ser descubiertos. Claro, no sin antes curar y alimentar a Jimin dejandole una pequeña manta.

Jimin había recuperado un poco de color y un poco de su aroma, y así esperaban encontrarlo.

♠♠♠

Jungkook tenía un muy mal genio desde aquel momento, luego de llorar y maldecirse debía fingir que nada había ocurrido y retomar sus labores como emperador.
El concejo le había informado sobre sus alianzas y otros temas de importancia, estaban cerca de conquistar otro reino. Jungkook había estado en otro mundo, aunque los miembros del concejo lo hayan pasado desapercibido.

Y es que no había dormido bien por dos noches, pues la imagen del omega llorando bañado en sangre no lo dejaban conciliar el sueño. Siempre terminaba intentando sentir a su lobo, pero este parecía haberlo abandonado desde ese tormentoso día.

Aún se culpaba por lo ocurrido, su mente estaba perturbada. Jungkook era le peor escoria, estaba sucio y vacío.

Pero volver a la rutina también lo estaba trayendo a la realidad, ¿todo aquello por un simple omega? Ese ojiazul no era el único, si bien era el más atractivo no era el único. De seguro podía disfrutar del resto de omegas, estaría bien liberar su estrés y olvidarse de aquel asunto que lo mortificaba.
Al terminar la reunión, decidido a dejar su debilidad atrás pidió que le trajeran un omega, el más bello del harén así podría distraer su mente atormentada con las imágenes del ojiazul.