☯ • VIII

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"Coronación del Rey Negro"

Cerró sus ojos sintiendo el agua tibia acariciar su piel desnuda
Sus piernas estaban acogidas entre sus brazos.
Sintió unas manos suaves masajear su cabello con habilidad.
Mientras otro tacto desconocido restregaba una esponja de trapo contra su espalda con más brusquedad. Gimió entre dientes sintiendo un leve ardor en su piel Nivea. Hasta que el fuerte sonido de una voz femenina llegó a sus oídos. 

—¡Ha-neul, es parte del harén!—Reprochó la mujer beta, cuya única función era masajear su cabello.

La situación de por sí ya le resultaba incómoda, jamás había sido aseado por personas desconocidas. Prefería mantener su independencia intacta.

Claramente no estaba acostumbrado al mágnifico palacio Jeon, no era parecido a algo que hubiera experimentado antes; Precisamente por aquello tenía los nervios de punta.

Ser bañado por gente que jamás había visto no era el principal factor de su ansiedad.  Pues aquel, no era un día cualquiera.
Afuera del palacio llegaban los carruajes recibiendo a los celebres miembros de la aristocracia.
En tan solo unas horas sería la gran coronación del Emperador ascendente, pues el más joven de los Jeon por fin sería el gobernador del imperio.

De por sí, el harén estaba envuelto en un complejo nudo de contratiempos; Al consejero real ya no le quedaba paciencia.
Pues ahora mismo, el regalo del emperador debería de estar perfectamente en orden, esperando en algún lugar del enigmático palacio.

Pero en vez de eso, hasta ahora los jóvenes Gisaeng estaban aseándose.

De pronto, se escuchó el ruido de la puerta siendo abierta abruptamente, mostrando a un guardia con una expresión irritada. Se le veía apurado.

—Faltan aproximadamente dos horas para la coronación, me informan que el harén debe estar completo.—Dicho esto, la puerta fue cerrada.

Posteriormente, salió del agua siendo cubierto con docenas de capas de tela color blanca.
Había visto telas hermosas, pero sin duda, éstas eran preciosas; y también muy costosas.
El material era exclusivo de miembros de la una clase social muy alta, obviamente él no se encontraba incluido en ella.
Así que por razones obvias nunca había vestido algo similar.

A continuación, otra capa de tela fue puesta sobre su cuerpo, quedando su cintura mucho más acentuada y ajustada. Se sentía apretado y sofocado.

La situación parecía totalmente irreal, encontrarse en un gran castillo de estructuras magníficas, rodeado de lujos y placeres que no esperaba experimentar, le resultaba difícil de creer. 
Sentía miedo, de sentirse cómodo y apegarse a este nuevo
mundo al que estaba expuesto.
No iba a olvidar su verdadero objetivo, y terminar por verse convertido en el horrible monstruo que juró destruir.

No podía entender como la gente de la monarquía, soportaban los ridículos "protocolos" para realizar simples acciones; como vestirse, por ejemplo.

Tenía al rededor suyo cuatro personas mirándole fijamente y haciendo todo por él, Jimin había insistido al principio en arreglarse el mismo.  Pero había sido ignorado, ¿que acaso el objetivo principal era privarlo de su dignidad?

A veces solo quería terminar de una vez por todas con todo aquello, ponerle un punto final y pretender que nada pasó. Pero ya había metido su cabeza en el pozo como para obtener el beneficio de la duda.

Jimin estaba más que convencido de que la situación era compleja. Bastaba con analizar la mirada que el emperador Hoseok le había dado, le había escaneado de arriba abajo casi penetrando su alma y mirando allí también. Incluso le causó la sensación de que su oscura mirada pudiera ver a través de la ropa; Cosa que claramente no sucedía.

El Emperador 국민 ♣Kookmin♣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora