☯• XVI

1.5K 234 24
                                    

"Lagrimas Doradas"

Había un escándalo afuera de aquella habitación, el omega tenía los nervios de punta, sentía escalofríos y un nudo en su garganta.
Cuando despertó esa mañana se encontró solo en la habitación, todo estaba como siempre pero Jimin no se encontraba en ninguna parte, la gente murmuraba cosas que no hacían más que aumentar su ansiedad.

Pasó entre las personas que empezaban a alejarse del lugar, la puerta se encontraba entre abierta, no esperó ni un segundo más para entrar a la habitación encontrando el cuerpo yacente del rubio con sus prendas manchadas de sangre y sus ojos entrecerrados con una respiración errática.

—J-Jimin, ¿Q-qué te pasó? ¿¡Qué es todo esto!? ¿Estas bien?—Su voz salía desesperada, sus ojos verdes revoloteaban por el cuerpo del omega verificando su estado.

—Estoy bien—Su voz sonó baja y apagada, casi inaudible, el jóven herido tenía una ligera sonrisa adolorida. La garganta de Taehyung estaba seca, sentía el corazón en la boca—. T-traje algo.

El rubio señaló casi sin aliento una pequeña bolsa que yacía entre sus ropas. Taehyung la sacó rápidamente palpando el interior, sacó unas hierbas y una pequeña pócima.

—Son para tu celo—Murmuró, Taehyung sintió la culpabilidad latente en su pecho.

—¿Como pasó esto?—Preguntó directamente con su ceño ligeramente fruncido y sus manos temblando mientras sostenían la bolsa.

Jimin sentía su garganta seca, sus ojos estaban pesados, su respiración era pesada la piel de su espalda le quemaba, su cuerpo estaba tenso bajo la mirada triste y nerviosa del otro omega que sin darse cuenta repartió caricias por su sedoso cabello.





♠♠♠


—Sólo lo diré una vez, ¿¡Quién lo ha lastimado!?—Le gritó el emperador, el pobre hombre sintió sus piernas flaquear y con su dedo índice señaló a lo lejos a aquel soldado.

El emperador infló su pecho, sus ojos estaban oscuros y llenos de enojo, el aroma a rabia espantaba a cualquiera que pasase por ese pasillo.

¡Ejecútenlo!—Habló fuerte con su voz de mando.

Aquel omega era suyo, le pertenecía, por ende nadie podía tocarlo y no le importaba ejecutar a quien se atreviera a hacer lo contrario. Jungkook estaba vuelto una fiera, su cabeza era una tormenta de odio y su lobo había perdido la cordura. Sus pasos resonaban fuertemente  asustando a los chismosos que estaban presentes por aquella zona.
A la mañana siguiente todos los soldados involucrados serían ejecutados en la madrugada, y nadie se atrevería a contradecir su orden.

Los guardias al ver la silueta del emperador asomarse, abrieron de inmediato la habitación en donde se suponía que atendían al omega.

Ambos omegas se encontraban conversando—J-jimin... No tenías que hacerlo—Habló Taehyung con su corazón estrujándose, Jimin le dedicó una débil sonrisa y una caricia.

Sus ojos conectaron con los orbes azules, le dió un débil abrazo con cuidado de no lastimarlo. Jimin merecía ser feliz, alguien como él se merecía lo mejor, haber protegido a aquellos niños daba mucho que pensar sobre el rubio y aquello lo enorgullecía.
Dió un brinco cuando sintió un fuerte aroma a enojo, se paralizó ante la pesada presencia, sintió como era empujado con fuerza.
El emperador se encontraba al frente suyo, se escuchó el fuerte estruendo de una cachetada, Taehyung estaba plasmado observando como el hombre cacheteaba al rubio y lo jalaba de forma brusca, se escucharon los lamentos del omega y sus quejidos de dolor.
Los guardias se lo llevaron arrastrado como si de un miserable saco se tratase.

El Emperador 국민 ♣Kookmin♣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora