❥ Otra idea; lutteo

3.8K 214 90
                                    

Parte II de ¡Sorpresa!

Vos tranquila, yo nerviosa.

—¿Y por qué tú deberías estar nerviosa? ¡soy yo la que aún no llega!

—Ay, dale Luna. Si vas a llegar, ¿Dónde quedó tu positividad? —ruedo mis ojos al escucharla decir aquello.

—¡Sabes súper bien que...! —me callé cuando me di cuenta de algo: había gritado en el avión y mucha gente me miraba con curiosidad. Muerdo mi labio inferior nerviosa, suspiro cerrando mis ojos y sigo charlando con mi adorada prima— Ámbar, sabes muy bien a qué hora sale Matteo a su entrevista, es imposible que llegue a tiempo. Apenas voy a mitad del camino —según la pequeña pantallita frente a mi— y ya me estoy desesperando. —hago un pequeño berrinche juntando mis cejas.

—Jesús, y yo que creí que me caías del todo bien. —murmura, pero logro escucharla, entrecierro mis ojos aunque no pueda verme— Ahora me doy cuenta de que cuando te pones terca no te soporto, Luna —abrí mi boca ofendida— ¡Pero escúchame bien! Si sí llegas a tiempo, te daré tu merecido, no a golpes aclaro, pero si con una gran apuesta. —me quedo en silencio esperando su supuesta apuesta pero no responde. Cuando abro mi boca, ella habla— Apuesta que tendré que pensar...

—Ámbar...

—¡Ya! Si decís algo más sobre tu llegada impuntual, juro tomar un vuelo ahora mismo para llevarte y hacerte besar a la fuerza a Matteo para que te calles de una buena vez.

—¡Grosera!

—Así me quieren, después de todo. —puedo predecir como sonríe. Blanqueo mis ojos.

[...]

Después de aquella intensa charla con Ámbar, logre tranquilizarme. Ni que estuvieses en otro continente, Luna. ¡Solo es diferente ciudad, pero mismo país, terca!, me gritó.

Ahora mismo me encuentro mirando el cielo nublado, pensando. En Matteo, específicamente. Lo he extrañado muchísimo. Demasiado. Se puede decir, que un montón es poco.

Mis ojos se llenan de lágrimas al imaginar nuestro reencuentro. Ay, ¡otra vez estoy sensible!, ¿Qué me hiciste, chico fresa?. Suspire acurrucándome en mi aciento sin cerrar mis ojos.

Ésta mañana, cuando le envié una respuesta, me llegó su seco mensaje. Es muy obvio que está dolido por el rápido y corto mensaje que tuve que responderle. Me gustaría llamarlo y decirle que voy en camino para abrazarlo y darle todo mi apoyo desde cerquita.

Pero entonces, si hago eso, se arruinaría mi sorpresa. Sonrío.

Miro la hora que se encontraba en la pantallita touche frente a mí. Dos y media de la tarde. Me faltan dos horas más y listo.

Por favor Dina, cumple tu mensaje y has que Matteo salga hasta lo último del programa. Pido mentalmente.

Matteo.

Una hora y media más tarde.

—¡Venga, Matteo! Quitá esa carita y sonreí que estás llegando muy lejos con tu carrera musical. —escucho decir a Dina.

—Mmmmm... De verdad, te juro que eso me pone muy feliz. —sonrío a duras penas. Ella me mira con sus ojos entrecerrados, descruza sus brazos y viene hacia mi.

—Mira, Matteo. —habla en voz baja para que sólo yo la escuche— Sé que extrañas a Luna. Se nota en tu mirada y más cuando me pedías permiso para salir un poco y hablar con ella sobre tu día. Pero también debés de entender, que esto es lo que comúnmente pasa en las parejas en las que él o ella va creciendo; viajar a demás países para hacer entrevistas, cantar con otros artistas, fotografíes, videoclips y más. Luna está muy orgullosa de vos, he hablado con ella para que no se preocupe, porque déjame decirte, que me encantan como se ven. —sonríe, contagiándome un poco. Agacho la mirada a mis pies y pongo mis codos en mis rodillas tomando mis manos— Sos un buen chico, Matteo Balsano. Tenés un gran talento y es por eso que estás aquí, a punto de decir la sorpresa que tanto esperan tus fans y que vos siempre deseaste; tu propia gira.

❧| One Shots; lutteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora