Cerró la puerta de nuestra habitación con su pie. Sonrío sobre sus labios separándome un poco de él.
Mis manos bajaron de su nuca a su cuello. Tan sólo dimos dos pasos y Matteo ya estaba tropezándose con un juguete.
Específicamente un patito de hule, que es de nuestra pequeña hija; Sol.
Reí por lo bajo, sobre su mentón.
—Tranquilo, mi amor. No es como si nunca nos hubiéramos acostado juntos. —susurré tratando de calmarlo con una sonrisa pequeña.
Y sí, lo dije con doble sentido. No me refería a acostarnos juntos para dormir...
Me dio un castro beso, haciendo que lo mire. Claro, tuve que levantar la mirada, mi baja estatura me obligaba a hacerlo.
Lo vi sonreír burlándose de mi. Yo entrecerré mis ojos viéndolo.
Volvió a besar mis labios haciéndome jadear nuevamente al separarse.
—¿Y si hacemos la vía láctea? —suspira a centímetros de mí. Parpadeé varias veces sin entender su comentario.
Me alejé un poco de él, colocándo mis manos en su pecho. Lo miré confundida.
—¿Qué dices? —reí. Siento sus manos acariciar de mi espalda a mi cintura y por último mi cadera, despues se fue a mis codos, y siguió hasta unir nuestras manos.
Las colocó en su pecho, justo en su corazón.
—Mmmm, ¿en serio no entendiste?. —murmura roncamente mirando mi boca. Niego lentamente. Él sonríe para mirar mis ojos— Tenemos a Sol, ¿qué tal si tenemos unas cuantas estrellas más? —una sonrisa creció en mis labios. Mordí mi labio inferior para evitar reír.
—Eres un pervertido. —reí sin poder evitarlo contagiándolo. Ahora fui yo quién unió nuestros labios.
Suspiramos. Enredo mis brazos en su cuello y él me alza el suéter holgado que llegaba acariciando con sus dedos fríos la piel de mi cintura haciéndome estremecer.
—Te amo. —dice, para después caminar hacia nuestra cama, con mis piernas enredadas en su cadera. Me separo para besar su nariz tiernamente.
Me abraza por la cintura por unos segundos hasta dejarme con suavidad sobre las sábanas cafés de nuestra cama matrimonial. Me roba un beso más, después siento su respiración bajar hasta sentirla en mi vientre. Reí por las cosquillas que me dio su beso en mi estómago.
Y aquí, comenzamos a hacer nuestra propia vía láctea.
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*inserte lunita pervertida* ahre que equipo de futbol señoras, ni madres, la vía láctea, dijeron Luna y Matteo xd
