❥ Repartidor; lutteo

3.2K 200 101
                                    

Siento los labios de Matteo en mi mejilla haciéndome sonreír.

—Sí, por supuesto... ¡Gracias! —cuelgo dejando el celular en la mesa de vidrio frente a nosotros.

—Hey. —se quejó mi novio haciéndome sonreír.

—¿Qué pasó? —le digo, lanzando mis cejas. Me pongo de pie bajando mi short de mezclilla que siempre que me siento, se sube.

—Justo te separaste cuando iba a besarte. —bufa. Niego divertida. Lo miro desde arriba con mi cabeza ladeada.

—Solamente quería colocar el celular en la mesa, Matteo.

Él hace un puchero. Reí y me incluyo para besarlo en un pico antes de enderezarme y dar dos pasos.

Pero él me atrapó, colocando sus manos en mi cintura y tirando de mi hacia su regazo.

—¡Matteo! —me quejé abriendo mi boca indignada.

¡Solo quería ir por un poco de agua!

—¿Si, amore? —sonrió mirándome angelicalmente.

Lo fulminé con la mirada.

—Últimamente estás muy cariñoso, oye. —junto mis cejas sin dejar de mirarlo— ¿Pasa algo?

—No, nada. Sólo quiero estas con vos ganando los días que perdí por estar en Italia. —respondió.

Y de verdad que le creo. Nos extrañamos muchísimo. Tanto, que llegó un punto en el que hartamos a nuestros amigos. Escaneo con mis ojos su mirada, y sonrío, acurrucandome en su pecho como respuesta.

Me quedo ahí, que es uno de mis lugares favoritos. ¿Mi otro lugar favorito? sus brazos, por supuesto.

—Yo también te extrañé, Matteo. —le susurré, alcé mi mirada para verlo— Pero no por eso no significa que no puedo ir a beber un simple vacito de agua, mi amor. —sonreí divertida.

El simplemente sonrió, miró mis ojos y bajó a mi nariz, depositó un besito ahí, después en mis mejillas, bajó a mi mentón y por último a mis labios.

Me besó de una manera diferente, no era un pico ni mucho menos un tierno besito. Era más apasionado. Suelto un suspiro en el beso y paso mis brazos sobre su cuello acariciando con mis manos su nuca.

Muerde mi labio inferior haciéndome jadear. Acomodo mi cuerpo, sentándome a horcajadas encima de él. Siento sus manos acariciar de mi cintura a mi espalda baja varias veces. Nos separamos por la falta de aire juntando nuestras frentes jadeantes con nuestros labios entreabiertos, ojos cerrados y narices rozando.

Cuando moví mi cuerpo para acercarme más a mi novio, gruñó y tomó mi cadera con una mano y con la otra mi espalda baja.

Ahora fui yo quien se lanzó a sus labios sosteniendo sus mejillas, que de a poco iban bajando hasta su pecho.

El timbre me sobresalto separándome de Matteo. Miro a la puerta sintiendo mis labios hormiguear por los tremendos besos.

Matteo suspira frustrado.

—È davvero? «es enserio?»

Me levanto de sus piernas acomodando mi ropa y cabello en el camino.

Ya sintiéndome lista, abro la puerta la puerta encontrándome a el repartidor de la comida que pedimos. Sonrío apretando mis labios.

—¿Usted pidió la pizza de peperonni?

Asentí sin articular ni una palabra.

—De acuerdo, aquí tiene. —me entregó la caja de pizza seguido de decirme cuanto iba a ser. Le tendí el dinero— Gracias.

—De nada. —sonrío, estaba por cerrar la puerta, pero el me detiene. Lo miro confundida— ¿Desea algo?

—Bueno, yo... —razcó su nuca— Me preguntaba si... Usted... Quisiera salir, pues, ya, conmigo... —balbuceó.

Parpadeé sorprendida sin saber qué hacer. Me recargué en la puerta.

—Mire... Verá... —negué incómoda— No, lo siento. Yo, tengo, novio. —hablé entre pausas.

—Oh... —asintió incómodo.

—Si... —susurro sin saber que decir.

Le sonrío forzada y me despido con un movimiento en mano desocupada.

—Gracias... —murmuro, refiriéndome a la pizza. El asintió lentamente esquivando mi mirada.

Cerré la puerta recargándome en ella.

—Wow...

—Estuve a nada de golpearlo. —la voz de mi novio me hizo brincar por su repentino comentario.

—Amor... —hablé nerviosa.

El me mira escaneando mi rostro. Después suspira y me quita la caja de pizza de mis manos para dejarla en la mesa de vidrio y volver a mi.

Tomó mis manos.

—Tranquila, no pasa nada, preciosa. —besó mi frente— ¿Viste que sos irresistible? —susurra en mi rostro.

Reí abrazando sus hombros.

—Tú me lo peguaste... Al igual que lo fresa. —doy un beso en su cuello alejándome de él.

—Lo fresa no se pega, vos ya eras así. Sólo que conmigo se te subió más. —abrí mi boca riendo. Golpeé su pecho.

—Eres un tonto.

—Pero así me amas... ¿o no? —alza su barbilla desafiante.

Ruedo mis ojos. Lo miro alzando mi ceja.

—Obvio, y sabes que sí. —me pongo de puntitas, apoyando mis manos en su pecho y muerdo levemente su barbilla.

El me sujeta por mi cintura bajando la cabeza.

—Ya lo sabía. —besa mi nariz haciéndome reír levemente— Yo también te amo. —besa mis labios rápido. Le devuelvo el beso en sus labios.

—No más que yo.

—Mmmmm... No lo creo. —negó divertido y con ternura en su mirada, me cargó haciéndome reír sorprendida.

—¡Matteo! —me quejé con una sonrisa al sentir su mano palmear mi trasero.

—Calla, y vayamos a ver la película que tanto querés ver. Se sienta en el sillon conmigo acostada en sus piernas. Miro la televisión con el inicio de Netflix. Sonrío cuando siento sus labios en mi cuello y arriba de mis pechos.— Después tenemos una cita en nuestra cama y no es para precisamente tomer una siesta.

—Ay... —reí acurrucandome a él.

Puso la película de humor, yo en sus piernas y sus brazos abrazándome. Mis miernas en el resto del sillon y mi cabeza en su pecho.

Espero no quedarme dormida, como sueño hacerlo en las películas que veo cuando estoy así con mi novio y más en nuestra casa.

Espero no quedarme dormida, como sueño hacerlo en las películas que veo cuando estoy así con mi novio y más en nuestra casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jeje... Ayer me hicieron recordar que tengo muchas segundas partes por terminar... No sé si morir, porque ya no se como seguirle a la de Milo, que sólo llevo 1307 palabras, y eso es muy poquito, ah.

Pero de una cosa si estoy segura, de que las termino, las termino, mh.

🥀| Joss.

❧| One Shots; lutteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora