❥ Casilleros Cómplices; lutteo

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Luna rió tiernamente por la mirada sonrojada de Matteo.

Era raro verlo así. Pero se vía más hermoso comoquiera.

—Dale, Luna. Dejá de reírte. —razcó su cuello nervioso, pero aún así sonrió.

—Ya ya, está bien. —apretó sus labios, pero aquel gesto no evitó que una sonrisa saliera de sus labios haciendo también que sus ojos se achinaran.

Luna lo rodeó aún con la sonrisa en sus labios y fue directo a los casilleros para meter sus patines. Matteo suspiró y fue tras ella sin rapidez.

Luna se sentó en el pequeño asiento que estaba entre los casilleros quitando sus amarillos patines, se levantó descalza y de puntitas para meter sus preciados patines y sacar sus tacones del locker. Se volvió a sentar para ponerse sus tacones mientras tarareaba una canción.

Mientras tanto, Matteo la miraba con una pequeña sonrisa en sus labios. Luna era tan distraída que no se dió cuenta de que él llevaba ahí desde que se levantó descalza. Sonrió burlón.

Cuando la mexicana se levantó, con su vista puesta en sus tacones, dió tan sólo dos pasos y ya sintió que chocó con algo.

O mejor dicho alguien. Luna hizo una mueca y miró con arrepentimiento a la persona que había chocado sin querer.

Pero al ver que se trataba de su novio, rodó los ojos con una sonrisa.

—¿En serio, chico fresa? —dijo burlona.

—¿Yo? —se apuntó indignado— Vos, que como siempre, te la vivís chocando con todos. —dijo con diversión.

La mexicana juntó sus cejas y abrió su boca indignada.

—¡Pero si tú estabas paradote como siempre! No manches, Matteo. —lo apuntó.

A el chico le pareció divertido el acento completamente mexicano de su chica.

Él negó divertido.

—No, no mancho.

Luna mordió su labio para evitar reír, pero no lo logró. Reía mientras negaba.

—Si que estás mal, eh.

Por vos. Pensó lamiendo sus labios con una sonrisa en ellos.

Luna dejó de reír y lo miró fijamente. Estaba lindísimo.

Bueno, eso era de siempre. Pero no sé lo diría a sino se podría en modo fresa.

Ambos eran adorables juntos. Luna encajaba en todo el sentido con Matteo. Ella era chiquita y él enorme. La cubría a la perfección y aquello era tierno.

A el momento de besarse, o Matteo se inclinaba un poco o Luna se colocaba de puntitas.

Quizás ambas para que fuese mejor.

Para Jazmín, ellos junto a Simbar eran como sus estrellas. Iba a todas partes con ellos y hasta entrevistas les hacía para el Ja-Jazmín. Y todo aquello porque mucha gente ya los conocía.

En un abrir y cerrar de ojos, Matteo se había inclinado a robarle un besito.

Besito que duró de más e iba siendo profundo de poco a poco. Luna subió sus manos delgadas y pálidas a las mejillas de su novio, acarició la leve barba con las llemas de sus dedos que traía sin rasurar su novio. Mientras que Matteo las bajó a su espalda baja y cintura.

Recordemos que ya son mayores de edad ambos, Luna con sus dieciocho y Matteo con sus diecinueve. Ya eran unos casi adultos y por ende, la calentura también subía de a cacho.

❧| One Shots; lutteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora