❥ Fuegos artificiales; a.u lutteo

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Me detuve a mirar más de una vez la carta en mis manos, evaluando que no faltara nada. Que no tenga faltas ortográficas, sin manchas y releyéndola para darme cuenta de que he sido clara. Las lágrimas en mis ojos resbalan por mis mejillas al terminar de leerla.

Era culpa de él, ¿cómo pudo importarle más su trabajo que yo?

Se atrevió a dejarme la noche de año nuevo sola por una simple cena de trabajo que ni siquiera fue capaz de invitarme.

No se daba cuenta de nada, ni siquiera de mi estómago levemente abultado.

Apenas y hablábamos durante el día...

La típica y aburrida rutina del día era: levantarnos, desayunar juntos aunque la mayoría de tiempo lo hacíamos por separado, tenerle la ropa lista tendida en la cama, verlo marcharse sin ningún tipo de despedida de su parte, hacer el aseo de casa, preparar la cena por si a él se le ocurría llegar a comer, algo que era muy poco probable, lavar los trastes, entretenerme leyendo o viendo televisión, ir a ponerme la pijama y después dormir para amanecer y tener un nuevo y mismo día.

Nada de emocionante tenía mi vida, lo único eran las noches de "amor" que teníamos. La última vez fue hace dos meses y yo, quedé embarazada.

Tenía la esperanza de que él se diera cuenta, ya que siempre que trataba de contárselo, se excusaba o simplemente no encontraba el momento para decirle, pero aún así, no lo notó.

Nunca.

Matteo siguió igual, sólo dedicado en su trabajo y alejándose cada día más de mi. Dejándome prácticamente sola.

Después de cinco años de matrimonio parecía que ya no le importaba en lo más mínimo. Los primeros tres años fueron maravillosos, los más lindos de mi vida, hacíamos todo juntos, nos besábamos todo el tiempo, salíamos a todas partes, pasábamos momentos increíbles con unas simples charlas que eran eternas, y hacíamos el amor todas las noches.

Pero ahora ya nada era igual. Todo había cambiado, él específicamente.

Se concentró en manejar la empresa que su padre le dejó y bueno, eso se convirtió en su primordial negocio y yo quedé al final.

Dándome cuenta de que se me hace tarde, meto la carta en un sobre blanco que lleva escrito su nombre en el centro y por ultimo, la dejo sellada sobre la cama. Le echo un último vistazo a la habitación y pensando por un segundo en reconsiderar mi decisión, tomo mis maletas preparadas con mi ropa para salir continuamente de casa.

Subo a mi auto tardando un poco por la dificultad que me dan las maletas al meterlas en la cajuela del auto.

En cuanto arranco el motor las lágrimas vuelven a aparecer en mis ojos, cristalizándolos, por instinto me deshago de ellas con la manga de mi suéter y conduzco hasta la casa de campo que tienen mis padres a las afueras de la ciudad. Me toma dos horas en llegar, ese par de horas son suficientes para que Matteo éste ya en casa.

Por último solo me queda esperar a que él lea la carta y me vaya a buscar. Tengo esperanzas. Es lo que más deseo internamente. Y rezo porque lo haga antes de que los fuegos artificiales aparezcan a media noche.

• • •

Matteo llegó a casa mucho más antes de lo esperado pues al final de todo la cena había sido cancelada.

Mala suerte para él y su negocio quedó pospuesto, aunque no era tan malo, después de todo, al fin pasaría tiempo con su esposa.

Profundamente la echaba de menos, todas esas veces que conversaban animadamente, cuando pasaban la mayor parte del tiempo juntos, y sin duda alguna extrañaba estar con ella en la cama haciendo el amor locamente. Quería regresar el tiempo y que todo fuera como antes, mejor de hecho.

Bajó del auto relamiéndose sus labios muy animado, lo cerró con seguro y entró a su hogar. Faltaban unas tres horas para año nuevo y quería que todo mejorara para entonces.

Al entrar precavidamente deseando darle una sorpresa a Luna, él se llevó la sorpresa al encontrar todo sin luz. Todo estaba completamente oscuro.
Inmediatamente supuso que Luna estaría durmiendo; últimamente hacia eso y no preguntaba el por qué de aquellas acciones.

Se acercó al interruptor mas cercano encendiéndolo, se quitó el saco negro que su bella Luna le había puesto ya listo en la cama como era de costumbre, aflojó un poco su corbata y arremangó su camisa de vestir de manga larga hasta sus codos. Y mientras hacía eso, se le ocurrió hacer la cena por si mismo para los dos.
Le tomó aproximadamente treinta minutos terminar aquel acto, se dispuso a poner la mesa de un modo romántico y especial, todo aquello con una pequeña sonrisa en sus labios.

Al observar que todo estuviese bien, que el vino favorito de su esposa no faltara y esas velas dándole un toque romántico menos, se dedicó a subir hasta la habitación donde él dormía con ella.

Entró sigilosamente y con mucho cuidado cerró la puerta. Al darse la vuelta, se quedó estático al ver que Luna no se encontraba durmiendo en aquella cama con sábanas blancas y suaves.

La habitación estaba totalmente vacía, a salvo de un pequeño sobre en medio de esta.

-¿Pero que...? -se dijo a si mismo. Frunció levemente su ceño encaminándose hasta tomar el sobre entre sus manos. Lamió sus labios y desprendió el sobre. Estaba nervioso. Luna no estaba en casa en año nuevo y esa carta no le daba buena espina.

Tragó saliva cuando un escalofrío recorrió su columna.

Él esperaba ver a su bello ángel durmiendo y lo que se encontró en su lugar fue un simple sobre con su nombre en el, en medio de la cama.

¿Les gusta? ¿qué creen que pase por acá?🤔

Debo aclarar que esto no me pertenece a mi, lo leí hace mucho y cuando lo encontré en mi biblioteca volví a releerlo, lloré con el final. Y es por eso que me gustó tanto.

Nos vemos en la segunda parte💫
¡Hasta mañana y buenas noches!
🌷| Joss.

❧| One Shots; lutteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora