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Ha pasado una semana desde que vi a ese hombre y también, desde la última vez que vi a Kylan

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Ha pasado una semana desde que vi a ese hombre y también, desde la última vez que vi a Kylan.

Nuestros padres regresaron el día después y no supe que decirles cuando preguntaron por su hijo, entre los 3 lo llamamos desesperadamente varias veces sin éxito. Luego de tranquilizarlos y convencerlos qué tal vez se encontraba con un amigo ambos se quedaron tranquilos.

Básicamente, en eso se ha basado mi semana. He tenido el impulso de buscarlo e insistirle para saber dónde está, pero luego recuerdo cómo fue malagradecido la última vez que lo hice.

En este momento me encuentro en mi habitación con Suzie, mi mejor amiga. Tenemos muchos años de ser amigas y la considero mi hermana. Hace unos días le conté lo que pasó con Kylan y el ruso y ahora no deja de mencionar a este último.

–Me imagino lo guapo que debe ser. Es guapo, ¿cierto?–sus ojos me miraron interrogantes y brillantes.

Regresé mi memoria al chico de ojos azules y tatuajes al montón, pensando sabiamente mi respuesta.

–No es un chico feo.

Su rostro sin expresión me miró unos segundos para después romper en carcajadas y tomar mis manos arruinando mis uñas recién pintadas.

–TE GUSTA EL NARCO– soltó mis manos sin percatarse del barniz y saltó por toda la habitación como una niña.

–¿Qué? No no, para. No me gusta ese tipo maleducado– solté una pequeña risa y me levanté a buscar la acetona y algodón para limpiar mis uñas arruinadas.

–Claro que te gusta, hubieras visto tu rostro cuando te acordaste de él. No lo niegues, a mi no me puedes mentir.

Tomó asiento en mi cama y siguió pintando las uñas de sus pies con normalidad.

–No me gusta, ¿de acuerdo? Es atractivo, pero jamás me va a gustar un delincuente como él.

Me miró seriamente, se levantó y caminó hasta quedar de pie frente a mi.

–No se cuántas veces te he repetido que no debes juzgar a nadie por cómo se ve o actúa. Si no lo conoces, preferiblemente no opines sobre él.

–No tengo que conocerlo para saber que es un maldito narcotraficante que no hace nada más que daños y anda creyéndose invencible, lastimando a la demás gente. Deja de defenderlo.

–Si te refieres a que lastimó a Kylan, estoy bastante segura que tuvo sus razones. No lo defiendo, pero no debes de justificar que tu hermano anda haciendo quien sabe que cosas...– dejó el barniz en la coqueta y caminó hacia al baño– y termina de alistarte, en unos minutos nos vamos.

Cerró la puerta sin dejarme responder y tomé aire furiosa, furiosa porque tiene razón en decir que no debo de justificar las acciones de Kylan.

LUKYANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora