Capítulo trece.

751 39 2
                                    

El sonido de agua goteando me despertó, comencé a abrir mis ojos lentamente. No había mucho que ver. Estaba sentado en una silla en medio de una habitación sucia y vieja vacía con una única puerta de entrada y sin ventanas. Quise mover mi entumecido cuerpo pero note las ataduras que me lo impedían, mis manos estaban tras mi espalda amarradas expertamente con sogas al igual que mis pies que se sujetaban de las patas para que no pudiera ni siquiera patalear.

Observe lo que me rodeaba, el techo estaba agrietado y manchado, con la humedad filtrándose por las fisuras de piedra haciendo que el aire se sentirá húmedo y caluroso. En ese momento comencé a poner en acción mi memoria, lo ultimo que supe fue que unos hombres me tomaron y me metieron en un maletero y  luego vi a Nick: “De verdad lo siento chico – Había dicho – Pero es algo mucho más grande de lo que te podría imaginar.”

¿Mucho más grande? ¿A que se refería con eso? ¿Cómo podría ser más grande? ¿Acaso el abría sido quien secuestro a Mac? Me refiero a que la conoce, seguro que sabía que podría pagar el rescate, aunque Mac jamás me hablo sobre su familia y aunque no fuera de mi incumbencia no me imagine que fueran tan adinerado como para conseguir en un par de horas 20.000$, sin duda era algo mucho más grande porque apenas y podía comprender lo que sabía, muchas preguntas seguían llegando a mi cabeza como: ¿Qué ocurrió con Troy y Connor? ¿Abría sido una trampa y también estarían secuestrados? ¿Estaría yo secuestrado o solo quieren sacarme del medio? Y así un sinfín más de preguntas, ya incluso me dolía la cabeza de pensar y pensar preguntas sin respuestas.

Nada tenía sentido y odiaba sentirme tan fuera de lugar, habían tantos cabos sueltos que en lugar de disminuir solo seguían aumentando. Mi preocupación por Mac solo aumento al igual que mis dudas, lo único que deseaba era saber que se encuentra bien ya que lo que pueda pasarme a mi ahora es lo que menos me interesa. Comencé a recordar cuando la vi por ultima vez, en ese momento estaba tan feliz que cuando le di aquel beso en la frente no me volteé a darle un vistazo y asegurarme que estuviera bien. Debí hacerlo, debí asegurarme de que siguiera sentada allí, me jodia no haberla cuidado como se merecía, cuando era niño no pude proteger a mi mama hasta que ya fue muy tarde y ahora no podía evitar sentirme de la misma forma con respecto a Mac.

Varias voces se escucharon del otro lado de la pared era obvio que las paredes no eran lo suficientemente gruesas como para evitar el sonido viajara aunque no podía entender que decían, parecían hablar en algún otro idioma, quizá ruso no estaba seguro. Intente nuevamente desamarrarme o al menos aflojar las cuerdas pero era imposible, cuando el dolor en mis muñecas fue demasiado me di por vencido.

La puerta frente a mí se abrió de pronto entonces, un fornido hombre entro manteniéndola abierta para alguien mas, un hombre en traje, el musculoso de lentes oscuros (a pesar de que estaba en el interior) dejo que se incorporar mejor dentro y luego salió por la puerta cerrándola detrás de el.

Ahora frente a mí había alguien, era un hombre de baja estatura y regordete, su pulcro y elegante traje de marca me decía que tenía dinero, sus dedos de salchicha llevaban brillantes anillos de oro en cada uno, su cabello era gris con un corte bajo y su rostro, eso sin duda fue lo que más me llamo la atención: Ojos tan negros como la noche, nariz puntiaguda y perfilada, cejas perfectas y pómulos prominentes. Se veía como los clásicos hombre malos de las películas, era sombrío y reservado, podía ver en ellos lo calculador y sin escrúpulos que podía ser.

- Vaya, vaya, vaya – Su voz era como su apariencia, fría y seca – Tristan Evans, me da gusto conocerte al fin.

Fruncí el ceño, podría jurar que no conocía de ningún lugar a este hombre, estaba cien porciento seguro de eso, aunque no importaba ya por que el si me conocía.

- ¿Quién es usted? ¿Dónde estoy? – Pregunte con la garganta seca luego de no haberla usado por un largo tiempo.

- Eso lo decidirás tu – Me dijo colocando sus manos en forma de triangulo llevándoselas a la barbilla – Podrías estar en el cielo si así lo deseas o en el infierno.

DANGEROUS | EDITANDO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora