Capítulo tres.

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- ¿Pero por qué demonios yo tuve que hacerme todos estos cambios cuando tu estas exactamente igual que siempre? - Grite enfadada. 

Troy suspiro molesto pasándose las manos por la cara, había estado todo el camino a casa en silencio pero una vez que la puerta se cerró explote ante la cara de mi hermano. Connor apareció con una lata de Coca-Cola en la mano y le dio un sorbo, casi nunca se involucraba cuando yo estaba en plena tercera guerra mundial con Troy. 

- Maldición Anna entiéndelo, todo esto fue idea de papa ¿De acuerdo? todos siempre van a buscarte a ti, saben que eres la favorita de papa la niña de sus ojos bla bla, tu siempre eres el punto débil de todo esto, en cambio yo siempre paso desapercibido nadie me busca como a ti Anna. 

Mi frustración cada vez era más alta, no podía creer nada de esto, lo odiaba, odiaba en todo lo que estaba involucrada, sabía que Troy estaba molesto por lo que acababa de decir, cuando éramos más jóvenes tuvimos conflictos debido a que siempre decía que yo era la favorita, a veces parecía ser cierto pero odiaba la forma en como su voz cambiaba cuando lo decía, pareciera que me echara la culpa y me dolía. 

- Es que tu no entiendes Troy, me quitaron quien soy y ahora tengo que ser Mackenzie Morgan una rubia de ojos marrones que tiene una maldita doble vida en secreto, mientras que a ti solo te quitaron el apellido - Dije casi en sollozos - Me quitaron lo único que me quedaba de mama y lo detesto - No pude soportarlo más, y odiaba que me vieran llorar, así que corrí a mi habitación y me tire a la cama. 

Troy entro en la habitación ahora mucho más calmado, mencionar a mama era un punto muy doloroso para ambos y siempre era yo la que terminaba mucho más afectada. Troy se acostó aun lado de mí y me acaricio el cabello. 

- Sé que es duro Anna, lo sé, también lo es para mí, no sabes el dolor que sentí cuando te vi en la escuela tan diferente, tu eres lo que también me recordaba a mama y me duele saber que esa imagen se haya ido.

Solloce contra la almohada, esto era jodidamente duro y apenas podía soportarlo. La voz de Troy ahora era dulce y tranquila, comenzó a tararear la canción que mama siempre nos cantaba antes de dormir, y acariciaba mi cabello mientras lo hacía. Me acurruque más contra él y me quede dormida. 

***

No sé cuánto tiempo dormí pero para cuando me levante ya me sentía mucho mejor, Troy dormía junto a mí con la boca medio abierta y roncando levente. Me levante para buscar algo de comer, mi estómago rugía con fuerza, desde la ventana pude notar que era de noche y la hora decían las 7:00 pm. Cuando revise en la cocina y vi que no había nada bufé, ahora debíamos salir por algo de comer. 

Toque en la habitación de Connor, y rápidamente me abrió, me sonrió y note que estaba con unos viejos jeans y sin camisa, Connor se podía describir fácilmente como un chico atractivo, tenía los ojos celeste oscuro y su cabello era rubio con toques oscuros, un piercing adornaba un lado de su nariz, yo misma lo había acompañado a que se lo hicieran aquella vez y desde entonces le tengo pavor a las narices. 

- Al fin despiertas - Me dejo entrar a su habitación, era simple, una cama, un televisor y una ventana, al igual que mi habitación y la de Troy. 

- Si y tengo tanta hambre que creo que podría morir - Connor sonrío. 

- Porque no llamamos a Troy y vamos por unas pizzas - Dijo poniéndose una camisa. 

- ¿Crees que sea buena idea? - Pregunte dudosa, Connor se volteo a verme. 

- Bueno, podemos quedarnos aquí y comernos unos a otros - Reí y asentí, saliendo de la habitación para llamar a Troy. 

DANGEROUS | EDITANDO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora