Capítulo catorce.

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Abrí mis ojos y mi boca de tal forma que creo que se me saldrían o se me caería. Mi cabeza estaba tratando de procesar la información lo mejor que podía. A ver, repasemos, su nombre no es Mac es Anna, probablemente su familia este metida en algo tan grande que aun no puedo entender que, quizá ni siquiera su aspecto sea el que tiene y probablemente todo lo que me dijo no sea cierto. Suena bastante razonable.

Podía ver como los ojos de Mac o Anna, me miraban con desesperación, pude escuchar la voz de su padre estallar en gritos y protestas pero apenas y podía entender algo, mis oídos estaban tan desconectados que no reparaba en nada de lo que ahora ambos habían comenzado a discutir.

Quise tratar de regresar de mi estado de shock pero era casi imposible. Era tan difícil pensar con claridad, incluso ya había comenzado a sudar frío y mi cuerpo dejo de sentir dolor incluso, solo estaba allí sentado viendo como ambos discutían entre ellos. Quise tratar de recordar su voz dulce, sus ojos suaves y sus caricias tiernas pero ahora me resultaban tan lejanas, incluso podía ver diversos cambios en ella, era como si mi forma de verla hubiera cambiado, por que lo había hecho, ya no era la pequeña Mackenzie Morgan con enorme boca y de la cual estaba tan enamorado, ahora era una tal Anna que no conocía en lo absoluto. ¿De quien me enamore entonces?

Comencé a preguntarme si todo abra sido una farsa, un teatro, una enorme mentira. Sentiría un enorme vacío y mi corazón se rompería en dos de saber que para ella todo fue un juego o un pasatiempo. Mi cabeza siguió sacando más conclusiones devastadoras pero de pronto escuche algo que me regreso a mi cruel realidad, fue como una sonora cachetada dada con bastante fuerza. Mire a Mac y la vi con la cara volteada hacía un lado, su mano sosteniendo su mejilla y con su padre frente a ella gruñendo enfadado con la mano aun en el aire.

En ese momento creció algo dentro de mí, la rabia comenzó a recorrer mi sistema y la ira se apodero de ella con tanta fuerza que todo paso demasiado rápido. Veloces imágenes pasaban como una película por mi cabeza, podía recordar como tomaba de la mano a mis dos pequeños hermanos y los llevaba a mi habitación, encendía la música a todo volumen y les cubría los oídos cuando a pesar del ruido podían escuchar los golpes y ruidos. Podía verme parado en la cocina, con mi padre inconsciente a unos pocos centímetros de mí, con su cara ensangrentada y golpeada por haberle finalmente devuelto todo lo que alguna vez le hizo a mi mamá. Podía recordar como eran sus ojos, aquellos azules intenso que alguna vez me miraron con amor ahora lo hacían con miedo, con miedo de mí, como si yo fuera a tomar mi fuerza y llevarla contra ella, estaba acurrucada, en una esquina muy lejos de donde estaba, intente acércame y pedirle perdón pero ella retrocedió hacía atrás y me dejo con la mano extendida.

Una voz de pronto entro en mi cabeza, al principio no entendía que decía pero luego comprendí que era mi nombre, me llamaba pero no era mi mama quien hablaba, su imagen comenzaba a desvanecerse mientras que todo a mi alrededor se desvanecía. Cuando mis ojos se adaptaron a mi realidad nuevamente entendí donde estaba y qué quien hablaba era Mac, que estaba frente a mí y me sujetaba la cara entre sus manos.

- Tristan, vuelve – Me decía.

Pestañe un par de veces y conecte mis pupilas con las suyas, vi que cerro sus ojos y suspiro aliviada abrazándome, no entendía que ocurría, ahora estaba de pie en una esquina del lugar y sentía mis nudillos arder. Aun en sus brazos apoye mi cabeza sobre su hombro y mi vista quedo en algo negro que estaba en el piso, no entendí que era hasta que preste mas atención y me di cuenta de que no era algo era alguien y que ese alguien era el padre de Mac que estaba en el suelo junto con Travis y Mike, todos tres tirados, golpeados e inconscientes.

Me separe violentamente de Mac, horrorizado con lo que estaba frente a mí, no recuerdo haberlos siquiera tocado ni mucho menos haberme desamarrado de las sogas. Cubrí mi rostro con mis manos, todo paso de un momento a otro, eran muchas emociones para mí y no estaba acostumbrado a sentirme así.

- ¿Q-que paso? – Tartamudee nervioso.

Vi a Mac removerse incomoda, el recuerdo de lo que había pasado parecía hacerla estremecer y cuando abrió su boca y la volvió a cerrar para tragar saliva sentí que estaba al borde del precipicio, todo mi cuerpo se congelo ante lo que pudiera decir y me daba miedo escuchar que le había hecho algo malo a Mac, la verdad es que ni siquiera podía saber que era lo que yo había hecho.

- Tu… tu… te descontrolaste, jamás te había visto tan enojado… después de que me abofeteo papa… no parecías tu – Mac sonaba tan asustada que fue entonces cuando sentí que caía.

Me había ocurrido de nuevo, lo mismo que cuando golpee a mi papá, algo dentro de mí se apodero de la situación de la misma forma y había hecho de las suyas. Recuerdo que cuando paso aquello con mi papá no pude recordarlo al instante pero días después, luego de que me fui de mi casa, imágenes en pequeños fragmentos comenzaron a aparecer en mis sueños, despertándome a media noche y haciéndome imposible dormir de nuevo.

- ¿T-t-te hice algo?

Mac negó, pude sentir como un peso de mis hombros había caído. Si habría algo que hubiera odiado e incluso no habría soportado era saber que la lastime.

- No, no me tocaste solo te fuiste contra papá y luego aparecieron Travis y Mike y acabaste con ellos… - Hizo una pausa – Tus ojos… eran negros Tristan.

Mac se acerco para tocar mi mejilla, di un paso atrás para evitar que me tocara, entre lo ocurrido y lo que ahora conocía sobre ella no me sentía cómodo con su toque sobre mí, no quería hacer algo de lo que pudiera arrepentirme.

- Pero volviste a mi Tristan… - Hablo suavemente, fruncí el ceño y la deje continuar – Regresaste en cuanto dije tu nombre, te detuviste… Volviste a mí.

Sentí mi labio inferior temblar, ni siquiera mi mamá tuvo ese efecto en mi cuando me paso por primera vez. Fue algo con lo que tuve que lidiar porque se que me paso después un par de veces con unos chicos que vi que se aprovechaban de una chica cuando iba un día por la calle. Pero nadie, absolutamente nadie había podido lograr regresarme de aquel trance extraño, siempre pasaba que salía de el por mi mismo pero que Mac allá podido hacerlo me hacia sentir en cierta forma extraño.

Escuchamos un gemido de parte de Mike y vimos como medio se removió. Mac los miró y vio la hora en su teléfono. Se asomo en la puerta y al comprobar que no había nadie tomo mi mano.

- Debemos irnos antes de que despierte – Me jalo pero no me moví – Por favor Tristan…

Su voz fue lo que me hizo moverme, había sonado tal y como la recordaba, dulce y con un poco de suplica en ella. Sin siquiera pensarlo o preguntar salimos por un pasillo con ella tomándome de la mano mientras me guiaba por los largos y confusos pasillos. Cuando llegamos al final de uno, había en la puerta una especie de vidriera con varios modelos de llames de lo que parecían autos, Mac la abrió y tomo la primera que vio y fue hacía la puerta que estaba junto a nosotros.

Salimos fuera del edificio, justo ahora el sol se ponía y daba paso a la noche, el viento era fresco y me refrescaba la espalda sudorosa que tenía. Aun me sentía confundido y un poco débil por todo lo ocurrido y no me vendría mal relajar mi cuerpo en un viaje en auto.

Mac toco el botón de la alarma y frente a nosotros un hermoso convertible rojo cereza sonó. Mac se subió al lado del conductor rápidamente, yo me quede en mi sitió, no estaba seguro de querer irme con ella y la verdad es que aun sentía sentimientos encontrados acerca de su nuevo nombre y todas las dudas que tenía me hacían sentir aun mas y mas confuso.

Mac me miro desde el auto y fue hacía mi, mire hacía abajo y la vi abrazarme. Ni siquiera se porque la abrace, se supone que no debía corresponder al abrazo pero lo estaba asiendo. Duramos así unos pocos minutos, pero me ayudo a reconfortarme un poco más.

- Necesito que vengas conmigo, prometo que te contaré toda la verdad una vez que estemos a salvo – Hablo, buscando mi mirada.

- ¿Lo prometes? – Ella asintió.

- Lo prometo.

 Y así nos subimos ambos al auto, con ella acelerando a toda velocidad por la calle y conduciendo por la cuidad mientras nos perdíamos en la noche. 

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DANGEROUS | EDITANDO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora