Capítulo uno.

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Suspire profundo, todo mi cuerpo estaba molido por las 14 horas sentada en un autobús, no podía creer que ahora viviría en Londres, aunque ya había vivido en Argentina, Brasil y España. Al entrar a mi nuevo apartamento me quede inmóvil, era demasiado simple comparado con las hermosas mansiones y penthouses a los que estaba acostumbrada, un simple mueble con una tele y una mesita en frente, una cocina y una pequeño pasillo que daba a unas habitaciones ¿Eso era todo? ¿Cómo era posible que mi padre quisiera que viviera en este mugre lugar? 

 El sonido de mi teléfono se escuchó por todo el lugar, lo saque de mi bolsillo trasero y vi como en la pantalla se mostraba el nombre 'Nick'

 - Dime Nick.

 - ¿Cómo llegaste Anna? 

 - Bien pero hay una pequeña cosa.

 - ¿Que paso? - Respondió al instante, levemente alarmado. 

 - Cálmate - reí ante su reacción - es el lugar, definitivamente no es mi estilo - Fruncí el ceño aunque él no pudiera verme.  

 - Anna, el plan es no llamar mucho la atención, sabes que te están buscando y no podemos arriesgarnos a que den contigo, tu padre les pidió a Octavia y Jerry que fueran a verte, se encargaran de tu apariencia. 

 Definitivamente esto era mucho para una chica de 16 años, tener que estar viajando para todos lados y no tener donde establecerte era una pesadilla, no podía hacer amigos, no podía salir hasta muy tarde y mucho menos a fiestas por 'razones de seguridad' y definitivamente no podía enamorarme, pero esas eran las consecuencias que pagabas por ser hija del gran Mafioso dueño de medio mundo Joseph Hardwick.

 - Nick... - Suspire - Me gustaría... poder, tener una vida.

 Puede escuchar que aun del otro lado Nick dio un suspiro y un largo silencio se apodero de la línea, tanto el cómo mi familia estábamos estancados en esta vida, y él sabe lo difícil que es tener una vida con esto de por medio. 

 - Lo sé Anna, no sabes cuánto me gustaría poder decirte que esto mejorara pero sabes que no será así, lo único que podemos hacer es seguir la corriente y tratar de verles el lado positivo a las cosas. ¿De acuerdo? 

 - De acuerdo - Sonreí.

 - Te llamaré mañana, levántate temprano, adiós te quiero. 

 - También yo - Y colgué. 

Luego de terminar de hablar con Nick me senté en el sofá a pensar en mi situación, no tenía a nadie fuera de las pocas personas involucradas en esto, y esa era la cuestión, me gustaría poder hablar con alguien que no sea acerca de dinero o como dar el siguiente golpe y esas cosas, quisiera poder ser una persona normal con problemas normales. El sonido de la puerta me saco de mis pensamientos, tres golpes seguidos y luego de un segundo otro golpe, eran obviamente Octavia y Jerry. 

 Me acerque a la puerta y la abrí para encontrarme con unos exageradamente alegres estilistas, sonreí al verlos y les di un pequeño beso en cada mejilla a ambos, los deje entrar notando sus para nada discretas miradas escrutadoras por todo el lugar, lo odiaban tanto como yo pero no dijeron nada. Una bolsa blanca que colgaba del brazo de Octavia llamo mi atención, parecían ser pequeñas cajas y envases casi podrían ser... 

 - ¡NO! - Grite dándome cuenta de lo que traían dentro. 

 Octavia y Jerry sonrieron a modo de disculpas pero yo solo pude dar un paso atrás aun evaluando el contenido de la bolsa. 

 - Lo siento cariño, pero son ordenes de tu padre - Me explico Jerry, pude notar cierta pena en sus ojos. 

 No había nadie más en todo el mundo que amara más mi cabello que Jerry, este tenía un color marrón tabaco y parecía tener algunos reflejos más claros, todo el mundo pensaba que eran puestos por mí pero era totalmente natural, al igual que Jerry yo también amaba mi cabello pero no por las mismas razones que él, la razón era que mi cabello era exactamente igual al de mi madre y era una de las pocas cosas que me quedaban de ella, si fuera por mi jamás me haría nada con tal de tenerlo así y sentirla de alguna manera. 

 Trate de no darle mucha larga a todo esto, sabía que no había otra opción en cuanto a las decisiones de mi padre, asentí y me senté en una silla que Octavia ya me había ubicado. Luego de una hora y muchas jalones de pelo y de pintura ya habíamos terminado, me había lavado planchado secado y hasta cortado el cabello, pero antes de que pudiera ir a verme Octavia me entrego un pequeño contenedor con unos lentes de contacto, eran marrones, mis ojos naturalmente eran color gris era un tono bastante extraño, sin decir una palabra me coloco con cierta dificultad los lentes y luego me dirigí al espejo. 

 Hubiera lo que hubiera odiaría lo que vería, estaba segura de ello y así fue porque la chica de cabello rubio y ojos marrones frente a mi podía fácilmente ser otra persona y no la Anna Hardwick que conozco desde hace 16 años. Mi cabello ahora llegaba a la cintura, obviamente me habían puesto extensiones, un ligero flequillo adornaba mi frente y mis ojos se veían grandes en mi rostro. 

 A pesar de que hice un gran esfuerzo por no llorar mientras me arrancaba lo que quedaba de mi identidad, ahora las lágrimas amenazaban peligrosamente con salir, mientras trataba de controlar mis emociones pude notar a Jerry detrás de mí observándome desde el espejo, me dio una media sonrisa a modo de disculpas, se la devolví, sabía que si por el fuera no habría querido que nada de esto me pasara. 

 - Sé que no te gusta, en lo personal a mí tampoco - Rio levemente - Pero nada dura para siempre Anna, y haré todo lo posible por lograr convencer a tu padre de que me deje devolverte ese hermoso color - Me guiño un ojo y ayudo a Octavia a terminar de recoger sus cosas. 

 Cuando terminaron los acompañe a la puerta y me despedí de cada uno, susurre un pequeño gracias al oído de Jerry y lo abrace, Octavia se fue por el pasillo pero antes de irse Jerry me entrego un sobre sellado con mi nombre en la esquina del borde. 

 - Tu padre me pidió que te diera esto - Asentí y lo tome cerrando la puerta tras de mí.

 Me senté en el sofá y lo abrí rápidamente metiendo mi mano y tomando lo primero que sentí, una identificación falsa, fruncí el ceño al ver la foto, no era una de las mejores pero trate de ignorarlo, pero al ver el nombre me moleste, usualmente yo escogía mis nombres falsos pero ahora mi papa se había tomado el atrevimiento de hacerlo, un Mackenzie Morgan se leía con letras grandes. 

Se que es corto pero los próximos serán un poco más largos, gracias por leer y no se preocupen ya Tristan estará en el siguiente capítulo así que voten y comenten. 

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DANGEROUS | EDITANDO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora