Capítulo nueve.

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Fuera del gimnasio el aire estaba mucho más fresco. Había oscurecido y las calles estaban bastante solas, el único auto que había era una camioneta ultimo modelo 4x4. Cuando salí de la biblioteca podría jurar que la vi estacionada en el frente aunque deben ser solo cosas mías.

La rabia ya comenzaba a abandonar mi cuerpo, me sentía un poco más calmada ahora, caminar en un pequeño círculo me ayudaba a tranquilizarme. A veces podía exagerar mucho las cosas y actuar de un modo bastante impulsivo pero no me arrepiento de haberle dado esa cachetada a James.

Cuando escuche una puerta cerrarse me gire para encontrarme a Tristan con una bolsa de lona verde colgando de su hombro. Su camisa ocultaba su pecho y llevaba los mismos pantalones cortos con los que entrenaba, creo que incluso estaba un poco sudado. Cuando se acerco a mi, me miro por unos largos segundos, su rostro era inexpresivo por lo que no sabía si estaba molesto o muy molesto aunque no me sorprendería ya que James es su amigo. De la nada una sonrisa apareció, Tristan se veía divertido y negaba con la cabeza como si no lo creyera.

- Una mano muy ágil – Bromeo divertido.

Me reí por lo bajo, con Tristan acercándome a el para abrazarme. Olía a sudor y a su perfumé masculino, algo muy embriagador para mi. Los brazos de Tristan me acunaban con cariño, me alegraba saber que no estaba molesto y que no tendría que lidiar con aquel Tristan lleno de irá que había visto antes.

- Lamento lo que paso – Me separo de el - ¿Quieres que te lleve a comer algo?

- ¿Qué te parece si vamos a mi casa? – Sugerí – Mi hermano y Connor no estar por lo que… no lo sé… podría hacer la cena y…

- ¿Acaso te me estas insinuando? – Me interrumpió divertido.

Abrió su boca y fingió sorpresa, me reí y le golpee en el hombreo rodeando los ojos. Me encantaba cuando Tristan era tan bromista e irónico. De la mano de Tristan subí a su auto, el lo rodeo y condujo hacía casa, debo decir que no es para nada prudente en las calles.

***

Tristan cerro la puerta detrás de el con el pie, dejo sobre el piso su bolsa de lona verde caminando junto a mi hacía la sala. Se recostó con su brazo en el marco de la puerta y me observo mientras sacaba los ingredientes de la nevera. Habíamos quedado en comer tacos. Sencillo.

Cuando la mirada de Tristan logro ruborizarme me gire hacía el, una sonrisa picara se extendió en su rostro mostrándome sus blanco dientes.

- ¿Por qué me miras tanto? – Pregunte.

- Es que eres hermosa – Se encogió de hombros a modo de disculpa – Es todo.

Sentí mi cara ruborizarse de nuevo, tuve que mirar a otro lado para ocultar mi enrojecimiento y mi tonta sonrisa de colegiala.

- ¿Te importaría si tomo una ducha? – Pregunto de pronto.

- ¿Una ducha?

- Si, es que no pude darme una en el gimnasio ya que saliste huyendo así.

Asentí y lo conduje al baño de mi habitación, el había tomado su bolsa de lona verde y cuando llegamos la dejo caer de nuevo ahora en el piso enlosado de mi baño.

- Bueno ahí esta el jabón – Señale – Si necesitas mas toallas debajo del lavamanos hay muchas, las esponjas están junto a…

- Podrías darte una ducha conmigo y así no tendrías que explicarme nada – Sugirió coqueto.

Solté una carcajada y abrí mi boca mostrando sorpresa justo como el había hecho hace rato.

- ¿Acaso te me estas insinuando? – Repetí de la misma forma que el.

DANGEROUS | EDITANDO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora