1 Harry Potter: El último heredero

Capítulo 1: El hijo del rey

DESPUÉS TE TERMINAR MI HISTORIA NO ME PIDAS OLVIDARTE... ME GUSTARÍA COMPARTIR ESTA NUEVA HISTORIA BASADA EN EL GRAN MUNDO DE J.K.ROWLING, ACLARANDO QUE LA MAYORÍA DE LOS PERSONAJES Y LUGARES NO ME PERTENECEN, SOLO LOS ESCENARIOS Y LA ADAPTACIÓN DE UNA NUEVA HISTORIA. ESPERO QUE LES GUSTE Y ME APOYEN COMO LA OTRA.

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Estaba en la cafetería de mi tío Albus Dumbledore, él la atendía junto con mi madre y el mejor amigo de ella, Severus Snape y como claro, decían que yo no tenía nada que hacer trabajaba ayudándoles, después de todo los tres trataban de darme lo mejor desde hace mucho tiempo.

No conocí a mi padre y mientras mi madre decía que era una persona decente y singular, a Severus se le escapaba palabras feas, como inmaduro, arrogante, príncipe idiota y esas cosas, no sabía que pensar ya que lo que yo suponía era que nos había abandonado a la suerte a mi madre y a mí, pero ella decía que todo lo hizo por amor a ambos.

Kristen Kelly estaba sentada en una mesa sonriéndome coquetamente, estaba a punto de ir a ver que deseaba como buen trabajador, hasta que vi al idiota de su novio Shock Clean acercarse a ella y sentirse para besarla descaradamente, eso me pudo hacer vomitar.

Kristen era una chica muy bella, tenía una piel algo bronceada, pequeños ojos achocolatados, un cabello largo y lacio, además de una encantadora sonrisa, todos querían ser sus amigos, todos querían hablar con ella, pero claro, al ser alguien popular solo escogía a personas de su estatus, al menos que estuviera a solas conmigo, ahí mostraba un pequeño interés en mi o eso me gustaba creer.

Severus me vio y negó lentamente la cabeza, no sabía por qué me interesaba esa chica, él siempre decía que lo mejor era alejarnos de las personas tan...bueno como ellos, los populares arrogantes, pues por lo general eran idiotas, eso me hacía preguntarme sí él recibió maltrato en su estancia de la escuela, estancia que odiaba hablar con cualquiera.

Él era, bueno en realidad se me hacía un gran murciélago gigante por la ropa negra y holgada que utilizaba, incluso de niño llego un tiempo en que me daba miedo. Tenía el cabello grasiento negro y largo, sus ojos oscuros que examinaban todo y una boca que por lo general no sonreía, al menos que mi madre estuviera en la misma habitación. Cualquiera se daría cuenta que estaba enamorado de ella, cualquiera menos un ciego idiota o mi madre, quien parecía romperle el corazón cada dos por tres, si me preguntaran no me opondría a que ellos dos se casaran.

Mi madre se llamaba Lily Evans, era algo bajita y flaca, tenía un espeso y hermoso cabello rojo, además de unos grandes ojos verdes esmeralda que yo mismo había heredado. Era amable con todo el mundo y donde vivíamos era muy bien conocida, de hecho, habeses abusaban de su bondad y eso me daba coraje.

En cambio, yo, tenía el cabello azabache o negro demasiado revuelto, lentes redondos, cara alargada y aunque era un poco alto ahora a mis diecisiete años, en un tiempo atrás fui flacucho y desgarbado, fue hace como uno o dos años que me di un buen estirón.

Por último, estaba mi tío Albus Dumbledore, que, aunque más que tío parecía mi abuelito, era demasiado grande, con larga barba plateada y pelo igual de largo, unos ojos azules atrás de lentes de media luna y una piel pálida, siempre vestido con ropas extravagantes. Era muy sabio, demasiado, conocía de todo y siempre estaba al pendiente de nuevo conocimiento, a decir verdad, él no era nada mío, pero le decía tío desde muy entrada edad, porque siempre estuvo a mi lado como un tío protector, mi madre lo quería mucho, decía que era el único recordatorio de que mi padre existió, ese y yo ya que según ella era su viva imagen.