1 Harry Potter: El último heredero

Capítulo 20: La advertencia de Dobby

Pensar que lo más emocionante de mi verano había sido mi cumpleaños hizo que el resto fuera deprimente, mamá me obligaba prácticamente todos los días trabajar en la cafetería, dado que solo éramos ella y yo por el momento, mi tía Galadriell ya no había podido venir, supongo que eso era una buena señal y significaba que había arreglado las cosas con mi padrino Sirius, pero aun así, eso hizo que los momentos mágicos en la casa se reducirán considerablemente, sobre todo un viernes dos semanas después de mi cumpleaños, cuando tuvimos la visita menos esperada, ese día había pasado algo extraño también.

Estaba en casa arreglando las pocas flores que había en el balcón cerca de la cocina, cuando me había quedado mirando fijamente a un seto verde que crecía sin control, cuando esté me devolvía la mirada, dado que entre las hojas habían aparecido dos grandes ojos que me miraban, negué rápidamente suspirando, debía estarme volviendo loco.

--- Harry, Harry --- escuche que mi madre me hablaba desde la sala, parecía que tenia la voz angustiada por lo que me pare rápidamente para ir a su encuentro, tenía una mueca en el rostro mientras veía quienes estaban parados atrás de ella --- llegaron tus tíos y primo.

Hice una mueca, hace más de un año que no los veía y me sentía realmente bien con ese hecho, odiaba cada minuto que pasaban ellos aquí, porque siempre criticaban a mi madre de todo, desde mi forma de ser, hasta la comida que preparábamos, no importaba la hospitalidad que les diéramos, siempre éramos signo de comparación y malos tratos.

Mí tía Petunia Dursley, era la hermana mayor de mi madre y una completa metiche que le encantaba enterarse de todo, con su cara de caballo y ese cuello largo, además de un pelo rubio algo rizado. Mamá tenía una mirada que generaban confianza, los ojos azules de mi tía no daban ni una pisca de la ternura o bondad que Lily Evans llegaba a emitir a todos.

Su marido, mi tío Vernon Dursley, era un hombre corpulento, carecía de cuello y llevaba un gran bigote que siempre negro que parecía presumir a todos como la octava maravilla del mundo, para mí era ridículo y lo hacia ver más idiota en esa cara de morsa mal aplastada que tenía. La actitud de mi tío en casa de nosotros era cautelosa, como si estuviera alerta a cualquier anormalidad, además que no se cansaba de decirnos fenómenos o reclamar lo locos y raro que éramos "por estos rumbos" según él.

Por último, estaba mi primo Dudley Dursley, su querido y muy amado hijo, él era rubio como su madre, sonrosado y muy gordo, es más no lo había visto últimamente, pero creo que había subido un poco de peso, muy apenas le quedaban esos pantalones que traía y su camisa podría ser cuatro o cinco de las mías. Mi primo y yo casi no nos hablábamos, al principio yo había querido llevarnos bien y no me importaba jugar con él o prestarle mis cosa, pero de poco a poco, comprendí que sus padres habían influenciado tanto en él, que parecía no estar contento en mi presencia, además de cada cinco segundos me presumía cualquier cosa nueva que tuviera, aunque ya me lo hubiera dicho con anterioridad.

Nunca entendí porque si nos odiaban tanto se molestaban en venir a vernos o incluso invitar a mi madre a pasar navidad con ellos. Pero hace poco empecé a pensar que mi tía lo hacia para hacerla sentir mal con comentarios como "es lo que toda mujer necesita, un buen marido que nunca le falle" o "Las madres solteras solo sirven para atraer más problemas". Yo sabía que esos comentarios a mamá le calaban demasiado, pero nunca la escuche responderle de modo cortante o decirle sus verdades, claro ella era la mujer más buena del mundo nunca lo haría.

--- Veo que sigues igual de desliñado que siempre --- dijo mi tía, observándome detenidamente, luego se volteo a mi madre --- Lily, parece desnutrido, deberías cambiarle la alimentación... ¿o acaso no tienes dinero para comparar comida?

--- Por supuesto hermana querida, pero Harry es como su padre, de complexión delgada --- dijo mi mamá sonriéndole con amabilidad --- hijo, tus tíos llegaron de sorpresa, se quedarán unas semanas con nosotros, ¿no es algo divertido?