Capítulo 33: Con ayuda de Hermione

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La profesora anuncio que el partido acababa de suspenderse, escuchar gritos y silbidos de desacuerdo, mientras Oliver con aspecto desolado, aterrizaba para ir corriendo a donde se encontraba la profesora McGonagall.

--- Pero profesora --- le dijo rápidamente ---. Tenemos que jugar... la copa... Griffyndor...

La profesora McGonagall no le hizo caso y continuó gritando por el megáfono a todos los presentes.

--- Todos los estudiantes, tienen que volver a sus respectivas salas comunes, donde les informarán los jefes de sus casas. ¡Id lo más deprisa que podáis, por favor!

Hizo a un lago el megáfono, para hacerme una señal para que pudiera acercarme, lo cual lo hice de inmediato.

--- Harry, tienes que venir conmigo, rápido por favor y trae al señor Weasley.

Ron ya se estaba acercando rápidamente, y no tuve que decirle nada, para que empezara a seguirnos. Caminamos por el pasillo, ambos, atrás de la profesora McGonagall que caminaba más aprisa, casi corriendo, hasta que llegamos al ala de la enfermería.

La señora Pomfrey atendía a una muchacha de último curso con el pelo largo y rizado. Pero eso no me importo, sino el hecho de la otra víctima que se encontraba a su lado...

--- ¡Hermione! --- gimió Ron fuertemente, yo no tenía palabras.

Porque podría ver a mi mejor amiga (prima) yacía completamente inmóvil, con los ojos abiertos y vidriosos. Eso no estaba bien, mi amiga no era sangre sucia... pero luego tuve que golpearme mentalmente, solo Ron y yo lo sabíamos, era obvio que el "Heredero de Slytherin" debía creer que es hija de muggles.

--- Le encontramos junto a la biblioteca --- nos comentó la profesora McGonagall --- Supongo que no podéis explicarlo. Esto estaba junto a ella...

Levanto un pequeño espejo redondo, pero tanto mi amigo como yo negamos, casi nunca sabíamos lo que ella planeaba o hacía en sus ratos libres, luego levante la vista a Ron.

--- Tengo que ir por Canuto --- le dije, la profesora McGonagall me miro sin entender --- él tiene que entrar, está afuera...

--- ¿Por qué necesitas a Sirius Harry? --- pregunto la profesora, entrecerrado los ojos, yo no sabía qué hacer, porque decirle era hacerle ver el secreto de los Black, eso no era algo mío que podría estar divulgando.

--- Porque Sirius y su majestad, le pidieron a Harry que lo mantuvieran informados de todos los ataques --- dijo rápidamente Ron --- además, Hermione es muy querida por el rey e incluso por Lord y Lady Black profesora.

Por suerte la profesora McGonagall no puso pegas ante los argumentos que dio mi amigo y me dejo ir avisarle a canuto, quien estaba intrigado afuera de la enfermería, ya como Sirius, al verme puso cara de pensativo.

--- Tienes que venir --- le dije apurado, Sirius parecía aún más confundido, pero al ver mi cara no dudo en entrar.

La atmosfera en el lugar era tensa, Sirius se quedó prácticamente petrificado, como todas las víctimas, mirando la cama donde se encontraba Hermione, todo el color de su rostro se había ido, y parecía que las piernas empezaban a temblarle.

--- Her... Hermione --- dijo, corriendo a donde estaba --- no es posible... ella no pudo...

--- Sirius cálmate, Harry me dijo del aprecio que le tienes a la señorita Granger, pero va a ser curada rápidamente --- dijo la profesora, aunque también parecía afectada --- las mandrágoras están casi listas y podremos des petrificarlas, junto con las demás... lo que me preocupa es lo que pasara en Hogwarts ahora...

1 Harry Potter: El último herederoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora