Criando a una bestia mítica ancestral

El mal oculto

Es cierto que Bandred es un héroe, un gran druida, un sujeto bondadoso y de buen corazón, pero también es un torpe distraído.

La prueba está en que no ha notado a la deidad suprema bajo sus narices. Me refiero al cachorro que encontró abandonado en circunstancias dudosas y muy sospechosas. Él sabe que es un dios, pero no imaginas en que proporciones.

Yo lo ví todo, o al menos hasta que llegó a ese punto del bosque de los lobos. Por cierto y aclarando, soy un fuego fatuo, muchos nos consideran gases místicos, nos llaman flatulencias   astrales o cosa por el estilo, la realidad es que somos espíritus anclados por toda la eternidad al sitio donde morimos, no salimos del trasero de nadie maldita sea! Tal vez por eso muchos nos ignoran y Bandred no fue la excepción.

Yo noté como el prodigioso druida no pudo resistirse en adoptar al tierno cachorro. Era diminuto, frágil... En pocas palabras habría que ser un monstruo cruel y depravado para dejarlo morir.

Desde entonces paseo por ese claro, esperando ver alguna pista del origen espontáneo de ese dios supremo. Un apacible día de esos un lobo llamado Tuan Iogami tuvo una disputa con un compinche apodado 'El Rabioso'. Tuan se enojó tanto que terminó corrompido por la ira y un miasma oscuro comenzó a consumirlo y a maldecir los sitios que pisaba.

El pobre lobo buscaba el agua para purificarse y entonces cierto druida tonto llegó. El cachorro volaba, o mejor dicho flotaba a un lado de él, de vez en cuando posandose sobre su cabeza. Creí que Bandred había sentido el malestar de su familiar y venía directo a curarlo, pero en vez de dirigirse al moribundo lobo dios corrupto, comenzó a recolectar flores y hierbas medicinales.

Por supuesto que eso indigno a todos en cuanto supieron de su presencia. Incluidos Rabioso y Tuan llegaron espumosos y furicos a reclamar el descuido de Bandred, según ellos la disputa y la maldición de Tuan nunca hubieran ocurrido si él hubiera acudido a tiempo.

Pero antes de que pudieran atacarlo directo a la yugular, el cachorro se apareció frente a ellos extendiendo un par de enormes alas como de águila  del ártico. Su poderosa aura divina ilumino todo el bosque, Bandred tenía la cabeza metida en un arbusto, balbuceando algo sobre champiñones. Ese tonto sin remedio se perdió toda la acción.

El rabioso se postró ante el dios supremo bebé, el lobo maldito intento atacarlo. El cachorro le lanzó un rayo que salió de su frente. Pero en vez de matar al lobo la curo por completo, exterminando todo rastro de la maldición por la ira.

Cuando Bandred al fin sacó su cara de la maleza encontró a Tuan y a rabioso inconscientes y al cachorro mordiéndose una pata recostado sobre el peludo lomo de Tuan. Era absolutamente adorable gruñendo como lobo.

Bandred disimula lo un poco su emoción por encontrar al tierno bebé conviviendo apaciblemente con sus viejos amigos.

Se aseguró de que nadie lo estuviera viendo, aún que no me noto a mí y se agachó hablando como idiota.

--Quien gruñe? Quien gruñe?

Ajajaja jamás superaré su cara de estúpido, si siguiera vivo habría muerto de risa.

--Quien anda ahí?!

Pfff! Hasta que se digno a notar mi presencia... Un momento. Hay otra cosa en el bosque...

Es extraño, quizá el cachorro tenga poderes de purificación a tal grado de que suprime las presencias malignas, tal vez por eso Bandred no se dió cuenta de la enfermedad de Tuan, por eso no percibió el aura asesina de Rabioso.

Pero esto es distinto, aún si el aura divina del cachorro la suprime, es inconstante, es leve pero se percibe una distorsión en el aura maligna, como un poder retorcido que sube y baja, casi una amalgama de energías oscuras y corruptas.

El cachorro no deja de gruñir mordisqueando su pata, Bandred enciende su magia manifestando las marcas de luibigam en su cuerpo.

Algo no anda bien, nada bien.