La ira de un dios!

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El cachorro esta quieto como roca. Lo veo en sus ojos, la llama de la adrenalina arde en él con la intensidad de mi aliento devastador.

Salta! Salta! Mis pensamientos se manifiestan con el poder de mis puños cerrados moviéndose de arriba a bajo.

Miuuuuu!

El pequeño da un gran brinco! Lo veo rodar en el aire y hacerce ovillo, justo antes de tocar la losa flotante de roca sobre el sulfuroso magma fundido, extiende sus patas delanteras y cae magníficamente.

--Excelente! Sigamos!

Las baldosas fluyen lentamente en el río de lava, la distancia entre ellas es de más del doble de mi altura humana, sin embargo el bebé sabe cómo saltar, además, su pequeño tamaño le da ventaja para caer sobre fragmentos que serían incapaces de contenerme a mi.

Llegamos a la cascada de magma que desemboca en una caída a un foso oscuro del cual emanan vapores tóxicos.

Si no paramos aquí, puede ser peligroso para él.

--Bien ya es suficiente, salta a mi hombro y ...

El cachorro sigue saltando y veo como una losa va a toda velocidad en ella directo al abismo.

--Noooooooooo!

Mi rostro se deforma al verlo desender a toda velocidad por la cascada de lava.

Uso mi magia elemental para solidificar la roca fundida y frenar su caída mortal, no funciona! El mueve la losa a su voluntad y esquiva mis desesperados pilares como si fueran obstáculos.

--Hay dioses del núcleo! Salvenlooo!

Extiendo mis alas sin abandonar mi forma humana, me lanzo al rescate y veo como el pequeño flota como si nada volando entre las nubes de gas.

Idiotaaaaa! Se me había olvidado que sabe volar!

Menos mal que su pequeño halo divino lo protege de las ráfagas sulfurosas.

Este pequeño bastardo me está dando muchos sustos mortales y decido que es mejor tomar un refrigerio.

--Que?! No te gusta la carne?! No seas quisquilloso, solo por qué se sigue moviendo no significa que no sea deliciosa.

Miuug!

El cachorro empuja un suculento bocado de lavasapo perfectamente troceado, se nota que el druida inútil lo tiene demaciado mimado.

Miuuuuu!

Una botella golpea mi cabeza, miró el suelo de ceniza y veo que es su biberón, de dónde rayos lo sacó?!

--Miu! Miuuuuu! Miuuuuu!

Señala su botella con una pata agitandola frenéticamente.

Oh! Es cierto, aún no tiene dientes.

--Emmm, como te explico esto pequeño... En casa de tío dragón no hay fuentes de maná.

Intento explicarle, pero el gruñe con un aura amenazante. Snif! Es un pequeño insolente, pero me llena de orgullo.

Miuuuuuuuuu! Miuuuuuuuuu!

Ahhhhh! Esta llorando! Que hago?! Que hagooo?!

Jamás había lidiado con situaciones como está!

Intento tocarlo pero una chispa repele mi mano. Dolió mucho! Una capa de rayos lo envuelven, ahora que lo noto el cielo negro se está abriendo y se está formando un tornado. Esto es obra de este pequeño?

--Tranquilo, iré por algo de maná!

Tomo mi forma real y alzó el vuelo, el pequeño está disparando rayos mientras llora. Una intensa ráfaga de viento hace que se me peguen las cenizas en la cara y mis ojos draconidos, muy apresar de ser resistente a estas condiciones siento que algo anda mal.

--Bebeeee!

Que fue eso?! Es... Es el druida!

Desde la sima de una cordillera veo al druida con un aura digna de sus títulos. La luz a su espalda opaca el resplandor caótico de energía del bebé berrinchudo.

--Garabus idiota! Como te atreves a traer a un lugar tan peligroso a un bebé?! Es un cachorro! Y ni siquiera traes comida adecuada para él! Acaso eres...

Agh! Despreciable druida. Bien, al menos el sabe cómo callar a esa bolita de odio.






Criando a una bestia mítica ancestralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora