Criando a una bestia mítica ancestral

La reconciliación salvaje no es cosa de cachorros

Al fin llegue a mi amado bosque místico.

Saurun va de camino a su establo y solo estamos los tres: El dios bebé, el dragón del corazón roto y yo.

Suspiro con satisfacción, esbozando una amplia sonrisa con el cachorro alzando sus patitas, el pequeño está señalando la entrada con emoción.

--Así es bebé! Llegamos!

Por primera vez veo a Garabus indeciso. Esta nervioso, se nota en sus ojos llendo de un lado a otro y en el movimiento de sus garras. Su forma humana lo hace más evidente.

--Adentro está la ninfa, ya te dije que ella ya te perdono.

Le hablo con clama, para que algo de  paz se le transmita, no parece ser muy efectivo.

El cachorro se escapa de mis manos y vuela a él acariciando su mejilla y señalando la entrada.

Garabus contrae su cara con una mezcla de que se muere de la ternura y otra parte de miedo.

Ahora creo entender que le da miedo a los dragones...

Finalmente empujo la tabla de madera que conecta al cálido interior de mi casa. Todo está igual, aunque ahora hay flores adornando espacios que antes estaban solos. Hay minerales brillantes regados por el suelo.

Un aire fresco rememora a la montaña sagrada. También huele a... pasteles?! Que tanto se tragaron de mi despensa estás mujeres?! No, no... No es momento de alterarse... Son mis buenas amigas.

La ninfa está dormida en un sofá, acurrucada con una mano sobre una obsidiana pulida. No hay señas de la Vodnik.

--Heles...

Garabus se adelanta y la llama suavemente.

Cielos! Esto es nuevo. Es decir nunca había presenciado la tristeza de un dragón, mucho menos tanta suavidad.

--Garabus?...

La ninfa abre sus hermosos ojos de amanecer, son más luminosos de lo que recordaba. Pero ya que cambian de color de acuerdo a su estado de ánimo no es de sorprenderse.

--Garabus!

Ella vuela directo a sus brazos. Bien con esto todo queda en buenos términos, ella ya lo perdono, el está feliz y ya se pueden ir en...

Pero que?!

--No veas!

Le tapo los ojos al cachorro abruptamente.

Estos dos están demostrando su amor reprimido de una forma inapropiada... Mejor dicho salvaje! Ni los animales son tan directos.

--Hey! En mi casa no!

Mmmph! Mnaaa~ Garabus...

Heles...Heles...

--Oigan que creen que hacen subiendo las escaleras?!

Miiu?!

Cubro al cachorro con mi capa, el cree que están jugando... Es solo un pequeño inocente.

--Heeeee?! En mi recamara no! Bajen ya o yo...

Salgo corriendo de mi casa. Son unos salvajes o que?! Perturban un campo sagrado, la casa de un Libuigam!

Insolentes.

--Tch! Solo esto me faltaba.

--Mch! Miu Miu!

--Jaja! No cachorro no imites mis expresiones... Ellos no hacen nada malo, solo que este no es el lugar...

No puedo evitar sentirme molesto. Pero bueno! Creo que será mejor regresar más tarde. Así como estaban esos dos será un largo rato...

El cachorro juega en el estanque sagrado. Desde hace tiempo brotaron neufares y falta poco para el despertar de las nayades. Son buena compañía en días soleados, además son bonitas jeje. Intento mantenerme neutral con ellas, tiene fama de secuestrar humanos... Pero solo bajo su propio consentimiento, o eso dicen.

--Entonces? Que tal va todo señor Bandred?

Ah! Es Jojana.

La Vodnik no suelta su libro de notas, está obsesionada con que somos una familia rara y que tiene que documentar todo.

--Bien, bastante bien...

No sé qué decir, no le puedo contar de la reconciliación salvaje que está sacrilegiando mi amada casa.

--Ejeje!

Ella anota, con pizcas de picardía en su rostro. Creo que ya sabe que está pasando.

--Bajen la voz! Puedo escucharlos hasta el estanque!

--Ajajaja! Señor Bandred, solo están riendo y... Haciendo ejercicio...

--Nooo, no lo creo querida investigadora documental.

Creo que al fin dejo fluir un poco del estrés. Estos últimos días han sido una vuelta radical a mi apacible vida de guardián.

Eso me recuerda lo que hablamos con el señor de la montaña. Lo que entró al bosque era un cúmulo de energías negativas, solo se producen cuando un dios poderoso está enfermo o corrupto. Veo al bebé, tan pequeño y me da miedo pensar que tiene que ver con el y el día en que lo abandonaron.

Antes de iniciar la búsqueda de la fuente de esa energía oscura debo purificar y calmar todo mi ser.

Entro en el agua, solo me quitó las botas y la camisa.

-Ujuju.

Ups! Olvide que Jojana estaba aquí!

--Lo siento! Mi comportamiento fué inapropiado...

--Que dice? Jajaja!

Ella también está en el lago, jugando con el cachorro. Creo que se reía por otra cosa, ella es un duende de aguas después de todo, no comprendo muy bien a los de sus especie ya que viven muy al sur.

Simplemente me relajo en el agua tibia.

--Que tal si vamos por algo de comer?

Mientras meditaba se me ocurrió invitar a Jojana a comer en el comedor de los gnomos. Ella es una reconocida naturista y  ha visto muchas cosas de camino aquí. Si hay alguien que pudo haber notado algo extraño es ella! Soy un genio.

Me regodeo para mis adentros, ella y el bebé asienten emocionados.

Uso un hechizo de viento y quedamos listos para ir. Para la duende no es necesario ya que ella tiene que mantener su cuerpo anfibio húmedo.

--Señorita Jojana, no es incómodo tener que usar esa pócima de humedad?

Le pregunto mientras ella aplica su tónico con un trozo de musgo.

--Un poco, pero uno se acostumbra a estas cosas.

Bien, como druida que soy no puedo dejar que las criaturas sufran, se que esa loción mágica arde un poco y decido regalarle una gema de mis botas. Es una perla que uso para repeler el agua, pero se puede usar para el caso contrario. Con eso la duende de aguas no tendrá que preocuparse.

--De verdad puedo conservarla?

Ella pregunta con timidez, vamos! No puedo creer que todos sus objetivos de investigación sean tan groseros o indiferentes.

--Si. No hay problema. Es como agradecimiento por cuidar de la ninfa Heles.

--Gracias señor Bandred...

Es momento de socializar e invertir los roles, esta vez yo seré el investigador y ella la víctima! Juajajaja sabrás lo que se siente duende!

--Miujuju!

Solo espero no ser un mal ejemplo para este cachorro de Dios... No puedo imaginar a una deidad con la personalidad combinada de nuestro grupo de locos. Incluso ha estado imitando la patada de caballo y gruñendo como dragón... Sin dudas esto de la crianza es lo más complicado.

Es definitivo, como padre soy un  druisastre!