Perdiendo la esperanza

1.7K 125 9
                                    

Mía era una de las tantas mujeres con las que me acostaba en la adolescencia, aunque era algo distinta a las demás.
Era una mujer decidida, no le importaba lo que tenía que hacer o a quien tenía que pisotear con tal de conseguir lo que quería.
Quizás eso fue lo que me atrapó de ella en un principio y como Mía siempre consigue lo que quiere, terminamos comenzando una relación. Afortunadamente no paso mucho tiempo hasta que pude abrir los ojos. La rubia paso de ser una mujer con carácter a una forra que no le importa dañar a las personas con tal de cumplir sus caprichos.

-Me queres explicar como carajo sabes lo del robo- increpe a Mía mientras bajabamos del tren.
-Tranquilo papi relajate que te vas a enfermar- contestó con tono burlón.
-¡Mía, decime ya!- exigi ofuscado.
-¡Esta bien! Hable con Chulu hoy, me dijo que te vio y que le contaste lo de esta piba. Cuando los vi supuse que era ella.
-Yo no te puedo creer, que pendejo pelotudo que es. Y vos estas mal de la cabeza como le vas a decir esas cosas a la piba. Ahora se piensa que soy un delincuente.
-Si ni la conoces C.r.o que carajo te importa lo que piense. Aparte es muy poco para vos.
-Deja de meterte en mi vida, vos y yo no somos nada hace mucho tiempo. No te quiero volver a ver, espero que esta vez te quede claro- dije con tono amenazante.

Camine las 15 cuadras que separaban la estación de mi casa sin poder sacar de mi cabeza el rostro de Julieta. Había sido un día bastante intenso asi que al llegar a casa me tire al sillón encendiendo un porro.

Luego de unos minutos la marihuana había logrado relajar mis musculos y mi mente. Sin embargo, la morocha continuaba dando vueltas en mí.

Sabía que probablemente nunca mas querría verme, cerre los ojos por unos segundos hasta que el sueño me ganó.

Al despertar, mi mamá se encontraba cruzada de brazos frente a mí. Su rostro expresaba disgusto.

-Buen día vieji- dije con la voz ronca.
-Buen día nada. Llamó tu jefe y preguntó si pensas seguir trabajando con él. ¿Cómo es eso que no fuiste a trabajar ayer?- me interrogó con enfado.
-Se me cruzó un ángel- respondí refregandome los ojos.
-¿Un ángel? Te quedaste dormido vestido en el sillón, Tomás. Hay un olor asqueroso a marihuana en toda la casa. ¿En que andas?
-En nada, de verdad te digo. Iba en el tren y cuando baje vi como le robaban a una chica. Entonces me quede a ayudarla.
-¿Seguro? ¿Eso fue lo que pasó?- preguntó con desconfianza.
-Si vieja, fue así. Y te cuento más, creo que me quede enamorado.
-Ay no, otra nuera más no. Ya tuve suficiente con Mía.
-Si pero Julieta es diferente a Mía. Sabes que al final terminó siendo la hija de mi jefe.
-¿QUÉ? ¿Tomás vos te volviste loco? Ni se te ocurra meterte con esa chica.
-¿Qué tiene?
-¿Cómo que tiene nene? Cuando tu jefe se entere que no fuiste a trabajar por quedarte con su hija te va a despedir. ¡Ay Dios mio Tomás!- comentó ofuscada
-No seas exagerada vieji, no me van a echar. Vos quedate tranquila.

La verdad era que no estaba muy seguro de eso, sobre todo ahora que Julieta creía que era un delincuente pero no podía decirle eso a mi mamá.

Desayune algunas sobras de la noche anterior y salí a la vereda a fumar un cigarrillo. Es sábado a las 9 am y el barrio esta muy tranquilo.
El viejo de enfrente sale con su banquito y el mate bajo el brazo para disfrutar de la linda mañana de Enero.

A los pocos minutos recibo el llamado de Franky, hoy sería nuestra noche en el "Blur Bar".

Pasamos toda la tarde ensayando lo que logro sacar por un rato a Julieta de mis pensamientos. Sin embargo, no pude evitar preguntarle a Franky por ella. Necesitaba saber todo, su comida favorita, que peliculas le gustan, cuál es la canción que la hace bailar, cuántas cervezas necesita para emborracharse. Necesitaba saber los detalles que la hacían tan única y especial para mí.

-Amigo, Cazzu no es cualquier piba. Es una mujer con carácter, no creo que te haga perder el trabajo pero olvidate de tener posibilidades con ella. Te vio una sola vez, no se debe acordar ni como te llamas y si se acuerda no creo que sea de buena manera. Además su papá es bastante complicado no te metas en esa, ella no es para vos- aseguró Franky.

Así fue como descubrí no solo como la llamaban sus amigos, sino también que no tendría oportunidad alguna de volver a tener sus labios tan cerca como en el tren. De pronto Franky me hizo bajar de mi nube y poner los pies otra vez sobre la tierra. Julieta estaba fuera de mi alcance era momento de perder las esperanzas, era momento de aceptar que yo no merecía tener a alguien como ella dentro de mi vida, quizás debía conformarme con alguien como Mía o por ahora solo concentrarme en mi y en el show de esta noche.

Yo te ví en un tren (C.R.O - Cazzu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora