Ángel

1.3K 115 20
                                    

Un hilo de luz clara se asoma entre las cortinas de mi habitación. Su cabellera negra alborotada se encuentra desparramada sobre las sábanas color ciruela. Su piel desnuda deja a la vista tatuajes que no conocía y que mi mente hace un esfuerzo por grabar para siempre en mis retinas.

Cada centímetro de su ser es arte, contemplarla es un deleite. Mis manos no pueden esperar para acariciarla sin importarles interrumpir su sueño.

El tacto hace estremecer la piel de su espalda y abrir sus ojos. Arruga su nariz en señal de fastido hasta que sus ojos me miran, es muy probable que la este mirando con cara de bobo porque me regala una sonrisa que es casi una carcajada.

-¿Hace mucho que estas despierto?- pregunta refregando sus ojos.

No creo que sea buena idea confesar que casi no dormí por admirar su figura.

-Recién- mentí.

Julieta se levanta, dejando su cuerpo al desnudo, para recoger las prendas regadas en todo el suelo. Rápidamente comienza a vestirse.

-¿Ya te vas?

-Si, tengo cosas que hacer- respondió sonriendome- ¿Me abrís?

-Pero quedate un ratito más- proteste parandome en boxer frente a ella.

La morocha acaricia mi nuca mientras yo beso su boca. Algunos segundos pasan y ya quiero desvestirla otra vez.
De pronto, la puerta de mi habitación se abre y nos separamos inmediatamente.

Mi mamá nos mira sorprendida y rápidamente vuelve a cerrar la puerta.

Nuestras miradas cómplices se juntaron y soltamos una carcajada al unísono.

-Ay que vergüenza, Tomás- comentó tapandose la boca y achinando los ojos.

-No pasa nada, mi vieja me vio en peores situaciones- dije con picardía.

-Ah mira vos que interesante- respondió mirandome con falso enojo- Entonces seguro va a estar agradecida de que tenemos ropa puesta. Bueno, vos no- dijo observando mi cuerpo y riendo.

Me vesti y salimos de la habitación, mi mamá se encontraba en el comedor. Mientras cargaba de agua el mate miraba de reojo a Julieta.

-Buen día señora- dijo sonriendo dulcemente.

-Hola.

Esa respuesta fue casi un susurro, que dejo ver el desagrado en la cara de mi madre.

-Ella es Julieta, ¿te acordas que te conté de ella?- pregunté entusiasmado.

-¿Cómo que le contaste?- preguntó la morocha sin entender.

-Si, le conte que conocí un ángel. ¿O no má?

-Si, me imagine que era ella. ¿Pero no fue hace un par de dias eso?

-Si, no hace mucho que conozco a su hijo.

-¿Y ya pasas la noche con él?- preguntó mi mamá con clara intención de ofenderla.

La incomodidad se hizo presente en el rostro de Julieta, note que mordió su lengua para no responder.

-Bueno vieja, me parece que eso es tema de nosotros ya.

-Bueno Tomás entonces no me pregunten nada.

Mi madre se paró y prendió la hornalla de la cocina para calentar el agua, ignorandonos completamente.

-Mejor ya me voy...-susurro Julieta en mi oído.

-No se que le pasa. No le des bola.

-Por eso, mejor me voy. Despues hablamos ¿si?- se despidió dandome un tierno beso.

Abrí la puerta principal y Julieta salió.  Quede algunos segundos embobado en su caminar hasta que volví a ingresar a la casa.

-¿Qué te pasa a vos?- indague a mi madre- ¿Por qué la trataste así?

-¿Así cómo? No puedo tratar entre algodones a cada chica que traes a esta casa.

-Lo decis como si trajera a un montón.

-¿Te parecen pocas?

-Vos no sos así, contame que paso vieja.

-Me llamo Mia esta mañana.

-Yo sabía- dije poniendo mi cara entre las manos- ¿Qué te dijo la loca esa?

-No le digas así. Estaba llorando y me dijo que anoche la dejaste sola por irte con esta chica.

-Que mentirosa de mierda que es. Yo no puedo entender como le crees má- respondí indignado.

-No le creí, hasta que entre a tu habitación y te encontre semidesnudo con la chica esta.

-Yo no estaba con Mia anoche, ya no salgo con ella. Me canse de decirte. ¡Ya te dejaste llenar la cabeza!

-A mi nadie me llena la cabeza. Esta piba no me gusta Tomás. Y no tiene nada que ver con Mia. Es hija de tu jefe y eso va a terminar mal. ¿Vos querés quedarte sin trabajo?

-No me voy a quedar sin trabajo. Y Julieta me interesa así que empeza a tratarla bien.

-¿Hijo podes pensar con el cerebro? La conoces hace muy poco.

-Si, ya se que la conozco hace poco pero con ella es distinto.

-No sabes lo que decís, esta chica te va a traer problemas. No necesitamos más problemas, ya es suficiente con los que tenemos. Asi que haceme el favor de alejarte.

-Siempre poniendote en contra de todo lo que quiero. Perdoname vieja, pero esta vez no te pienso hacer caso.

-Tomás veni para acá que te estoy hablando.

Un portazo y a la calle otra vez. Como solía hacer en nuestras peleas en mi adolescencia.
Respiro profundo y enciendo un cigarrillo.

Camino por la vereda pateando algunas piedras, el sol quema y lamento no traer una gorra.
Gire hacia la derecha en la primera esquina, inmediatamente me detuve al ver a la morocha.

Esta de espaldas a mí, apoyando su brazo derecho en la tapia. Su mano izquierda sostiene el celular junto a su oreja, esta tan concentrada hablando que nisiquiera nota que estoy detrás de ella.

-¿Me extrañas? Yo también te extraño bebé. Anoche salí con amigos, tranqui, volví a casa temprano. Más tarde paso por tu casa ¿querés?- dijo Julieta dirigiéndose a la persona detrás del teléfono.

Las mentiras saliendo de una boca tan linda.
De pronto ese ángel que iluminó mi mañana en la estación de tren se convierte en un ángel negro.

"Chica yo no sé porque aún sigo yendo detrás de ti
Tú solo reza por mí, ya me hundí"

.........................

Prometo actualizar más seguido 💜

Yo te ví en un tren (C.R.O - Cazzu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora