Tren a la deriva

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El andén de la estación espera el tren de la 7 am, la gente charla, fuma, come alfajores, escribe en sus celulares y se queja entre bostezos.
El vendedor de pañuelitos descartables ríe junto al guardia mientras comparten los resultados de la quiniela.

De pronto, el parlante de la estación anuncia demoras en el tren con destino a estación Retiro.
El caos se desata en la gente que ahora se queja más alevosamente.

Yo siento estar viviendo un deja vú.

Miro a mi alrededor esperando encontrarme con su mirada como aquella mañana calurosa de enero.
Es en vano mi intento, sus ojos ya no forman parte de mi vida.
Ella no esta cerca y me quema. Ya nada podrá amortiguar el viaje.

El tren es el mismo desde que nací, quizás un poco más deteriorado con el paso de los años. Pero siempre el mismo.

Soy yo quién cambia, soy yo quien va mutando mis sentimientos hacia él.
Me parece increíble como un mismo lugar sea capaz de hacerme pensar y sentir tantas cosas distintas.

El día que conocí a Julieta el tren se pinto con grafittis de colores, se lleno de vida y placeres.
Hoy me parece tan gris aunque su perfume sigue impregnado en los vagones y quizás eso solo me hace sentir peor.
Su pelo negro dejo secuelas graves en mí y creo que ya no podre volver a sentir este lugar como antes.

Ya no podré odiar este tren y su gente como antes de conocerla ni amarlo tanto por ser el motivo de que nuestros caminos se cruzaran.
Estoy en el limbo, no puedo odiar lo que me acerca a ella ni amar lo que me recuerda su ausencia.

Y es impresionante que una sola persona cargue de tantas cosas a un lugar logrando que encontrarme sentado en sus vagones se convierta en una práctica autodestructiva.

¿Qué va a ser de mi después de este día?

Ya no volveré a pisar este tren, ni el Blur Bar, ni la casa del cheto, ni su casa, ni mi cama y mucho menos estaré en la felicidad. Todo eso tiene su perfume, el sonido de su voz y la suavidad de sus caderas.

Todo termina para mí, todo se rompe y lo lamento tanto por esa criatura que viene en camino.
Perdón por mi egoísmo pero solo sus hoyuelos son la causa de mi felicidad. Nadie más podrá serlo.

El tren no llega, no hay noticias de él y yo me desespero.
Enciendo un cigarrillo pero también tiene su sabor, así ha sido durante estas dos semanas sin verla.
Ya no lo soporto, no aguanto más vivir atado a su recuerdo.

Salgo corriendo tan rápido como si de eso dependiera mi vida.
Corro durante varias cuadras hasta que llego a la puerta de su edificio.
Ese que tantas madrugadas me vio entrar, que tanto tiempo fue el único sitio al que quería llegar.
Toco timbre y su voz sale por el portero eléctrico.

-¿Hola?- voz ronca, perdón por interrumpir tu sueño.

-Ju, soy yo ¿Me podes abrir?

Silencio y mi corazón se desploma.

-Juli, por favor. Necesito hablar con vos- el silencio continúa- Dale Juli, te prometo que despues me voy y no te jodo nunca más pero primero escuchame.

Me estaba resignando, estaba a punto de irme a la mierda hasta que la puerta principal se abrió dejandome ver a la morocha.
El pelo despeinado, la boca despintada, un agujero en su pijama y aún así me sigue pareciendo lo más hermoso que vi en mi vida.

Casi por impulso me acerque a su rostro pero ella se alejo.

-Subí, tenes 10 minutos ni uno más.

En su departamento, ella habla enojada pero en su reflejo veo la tristeza. Lo sé por la forma en que me mira y por como toma aire antes de disparar cada frase para evitar que su voz se quiebre.

-Perdón por no venir antes pero como me bloqueaste de todos lados supuse que no querías hablar conmigo.

-Supones bien, ahora decime a que viniste.

-A pedirte perdón por no ser sincero. Te juro que te lo iba a decir pero mi vieja se adelanto. No supe como explicarte, estaba en shock.

-Por eso preferiste inventar una historia de robos- rió con ironía.

-Fue lo primero que me salió decir, estaba nervioso y la cague, lo reconozco.

-Ya no importa Tomás, ya no me sirve. Te portaste mal conmigo el día que más te necesitaba- suspiró con fuerza.

-Julieta no seas injusta. Estuve todo el día con vos, acompañandote y tratando de hacerte sentir bien. Me parece que no me merezco esto.

-Tomás, inventaste una historia para no decirme que vas a tener un hijo. Te agradezco que hayas estado en el hospital pero tiraste todo a la basura en 5 minutos.

-¡Hacía 2 minutos que me había enterado! ¿Qué mierda querías que hiciera eh?- levante la voz.

-Que no mintieras pelotudo, que no inventaras una historia de mierda para zafar. Y no me vuelvas a gritar- respondió con enojo

-Perdón, no me di cuenta que grité. Todo esto me tiene un poco nervioso, siento que mi vida se fue al carajo- lamente refregando mi frente.

-Yo no puedo hacer nada para arreglar tu vida, vas a tener que solucionar tus problemas vos solo.

Sus manos juegan con los anillos que adornan su dedos, su mirada baja hacia el suelo. Me esta rompiendo por dentro y se que ella tambien esta rota.

-¿Y entonces?- pregunte con la esperanza a flor de piel.

-¿Entonces qué Tomás?

-¿Este es el fin?- mis ojos se aguaron.

-Si

Su respuesta seca, acotada y dolorosa como una sirena que te devora después de regalarte su canto.

Eso quería aparentar pero a este testarudo nada lo detiene. No confío en sus manos temblorosas, no confío en sus ojos lagrimosos ni en su voz a punto de quebrarse.

Recordé la noche en que descubrí que pasara lo que pasara ella volvería siempre a mí y no pude equivocarme tanto. Me negaba a creer que eso fuera un error de percepción. Esto no podía ser el fin. La luz se enciende.

Me pegué a sus labios sin pedir permiso, con la seguridad de que ella no se negaría, que no lucharía contra lo que sale del alma. Y no me equivoque.
Su boca y sus manos se desesperaban por un poco más de mí.
La bese con ansiedad, con deseo, con tanto amor guardado y fui feliz.
Fue hermoso sentir la felicidad recorrer mis venas despues de tantos días.
Detuve el reloj, quise vivir para siempre pegado a su boca, acariciando su cintura, con mi nariz pegada a sus mejillas.

Era amor, el amor más nítido, más puro, el que cambia mi vida, el que me transforma. Fue así desde el primer día y no podíamos negarnos a los deseos del destino.

Todas las luces se encienden una por una, se prenden dentro mío. Iluminan los rincones más oscuro, soy una fiesta, soy carnaval otra vez, vivo un sueño.

De pronto ella se detiene, aleja su rostro del mío y las lágrimas se derraman por su ojeras.

-No, por favor. No hagas esto- suplique secando las gotas que chorreaban por sus mejillas e intentando acercarme nuevamente a su boca.

-No puedo. Perdoname pero no puedo- respondió entre sollozos.

-¿Por qué no?

-Porque vas a tener un hijo con otra y no puedo con eso. Me duele y no quiero eso para mi vida.

-Pero Julieta, eso no tiene nada que ver con nosotros. No termines con esto que es tan lindo, por favor.

-Fue lindo mientras duro pero el tren descarrilo Tomás. Es el fin, perdón- respondió y abrió la puerta de su departamento esperando mi salida.

El corazón cruje con cada una de sus palabras y no creo poder reponerme despues de esto.

Game over para mí.

...
💔

Yo te ví en un tren (C.R.O - Cazzu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora