Rivotril

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Las fría punta de su nariz chocaba con la mia y su blanca sonrisa se pegaba a mis labios rígidos.

No estoy seguro de como pasó, solo sé que mi encuentro con Julieta fue totalmente interrumpido por una Mía bastante alcoholizada que se abalanzaba sobre mi.

Solo pasaron algunos segundos hasta que pude alejarla pero fueron suficientes para que Julieta se pierda de mi vista.

Recorrí el bar con la mirada sin éxito de encontrarla.
Me dirigí a la barra con un sabor amargo en la boca, acariciando las marcas de los rasguños que dejó Mía sobre la piel de mis brazos, el efecto del rivotril se estaba yendo y necesitaba más o por lo menos otra jarra de fernet.

Mis dedos se movían jugando con el hielo hasta que un grito ensordecedor retumbo en mi oído izquierdo: "La rompimooos". La inconfundible voz de mi gran amigo Franky me hizo girar.

Ahí estaba ella también. Abrazada a la cintura de Franky y él con su brazo detrás de su cuello acariciaba su hombro descubierto.

Julieta se mantenia en silencio y me miraba seria, mientras Franky no paraba de decir cosas que yo apenas logro escuchar. Mi mirada no se despega del rostro de la morocha.

No logro descifrar la manera en que me observa, noto cierto desinterés pero no estoy seguro si es fingido.

No voy a mentir, me preocupa la forma en que se aferra a la cintura de mi amigo con su mano derecha. Mientras que él, casi inconscientemente, acaricia su pelo negro recien planchado.

- Eh te estoy hablando boludo ¿vamos o no?- expresó Franky chasqueando los dedos frente a mis ojos y logrando sacarme de la hipnosis - Este wacho esta re drogado ya- rió mirando con complicidad a Julieta que por primera vez sonríe.

-Cerra el orto bigote ¿A dónde vamos?- respondí.

-Ni me escuchas bobo, vamos a lo de Chulu. ¿Venís?- preguntó mi amigo.

-No, a ese gil ni lo quiero ver- expresé recordando el mal momento que pase en el tren a causa de su bocota.

-Bueno yo me voy, cuidate amigo no te pierdas- me saludó chocando mi mano y soltando a Julieta, quien aprovecha para encender un cigarrillo - ¿Vamos Ju?- le preguntó a la morocha.

-No, yo me quedo bebé. Despues hablamos- respondió Julieta para luego regalarle un abrazo.

Se puede decir que me alegro bastante que se quedara. Sin embargo ni siquiera volteó a mirarme. Estaba muy concentrada escribiendo en su celular mientras fumaba.

-Pensé que no ibas a venir- expresé acercandome a ella.

-Ni sueñes que vine por vos. Vine a ver a Franky- respondió observandome duramente.

-¿A Franky? Osea que ustedes...

Desgraciada o afortunadamente, Mía impidió que termine mi frase. Esta vez por lo menos no se abalanzó sobre mí.

-¿Podemos hablar Cenfe? - exigió mirando con despercio a Julieta.

-No, ahora no puedo.

-Es un minuto Tomás. Por favor.

-Despues hablamos. Ahora no puedo dije- respondí con firmeza.

Mía se retiró no sin antes intercambiar miradas cargadas de veneno con la morocha.

-Me parece que no le caigo muy bien a tu novia- comentó Julieta haciendo hincapié en la última palabra.

-No es mi novia.

-Ni idea, yo me voy chau- respondio dejandome con las palabras en la boca.

Su caminar hacia la salida me dejó idiotizado por algunos segundos. Como siempre, todo el mundo voltea a observarla. Ella ni siquiera lo nota. Simplemente no es consciente de lo que su presencia genera.

Corrí tras ella, al salir a la vereda la encontré sentada en el cordón con su celular en mano.

No tarde en sentarme junto a ella ofreciéndole un cigarrillo, el cual aceptó.

-Sos el hada madrina de los puchos- comentó dandole una pitada.

-Para algo sirvo parece. Juli yo te queria explicar lo que pasó en el tren.

-No hace falta, yo sé que no tuviste nada que ver con el robo- expresó sin mirarme.

-¿De verdad? Y entonces te puedo preguntar ¿Por qué me tratas con esa indiferencia? ¿Es por Franky?- Indague provocando un carcajada de su parte.

-Ay no esto ya es un montón- respondió entre risas -Chau Tomás, mejor me voy antes de que tu novia se enoje- Julieta se levanto del suelo sacudiendo su shorcito.

-¡No! Espera, ya te dije que Mía no es mi novia. Y no entiendo por qué te pones así.- respondí parandome frente a ella

-Sabes que pasa, a mi me parece que sos medio mentiroso. Hoy te vi bastante pegadito a ella y no me cabe la gente mentirosa.

-Yo no miento, Mía es mi ex. Y no esta muy bien de la cabeza. Hoy cuando nos viste fue porque ella se me tiro encima, cuando la quise alejar mira como me dejó el brazo- argumente mostrando los pequeños rasguños.

La mirada de Julieta dejo de ser tan cruel al ver mis lastimadura.

-Bueno, no se. Yo llegué y te vi con ella que otra cosa podía pensar- respondió y por primera vez volví a sentir la calidez en su voz.

-Ya se. Y... Todavia no me contestaste que onda con Franky.

La morocha sonrió ampliamente dejando ver sus hermoso hoyuelos. Esos que me hacen perder la cabeza.

-Franky es un muy buen amigo. Fue quién me contó que vos no tenías nada que ver con el robo. Parece que te quiere mucho porque me hablo bastante bien de vos- respondió para volver a sentarse en el cordón de la calle.

-Ah yo pensé que vos y él...- dije sentandome junto a ella

-Pensaste mal- comentó dando una pitada a su cigarrillo- Sabes que Tomi, yo no vine por Franky hoy.

-¿Y se puede saber por quién viniste?- pregunte con una sonrisa.

-Vine a ver si tu voz merecía que te lleves mi número- respondió con su mirada fija en mis labios.

-¿Y lo logré?

-Lo hiciste muy bien

Nuestras bocas se acercaron lentamente hasta unirse en el beso más esperado. De pronto su perfume me invadió y el mundo se detuvo.
La suavidad de sus labios, la dulzura de su lengua y la calidez de sus manos apoyadas en mi nuca me hicieron perder la cabeza.

Separamos nuestras bocas cuando el oxígeno nos faltó. La morocha suspiro en mi cara desprendiendo un aliento tan fresco que invadió todos mis sentidos erizandome la piel.

-Causas más efectos en mi que el rivotril...

Ella sólo río.

...

Yo actualizo y llueve...
¿Casualidad? Lo dudo
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Yo te ví en un tren (C.R.O - Cazzu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora