Celos

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Resoplo una y otra vez, protesto y casi que pataleo. Soy un niño encaprichado frente a la mirada de desaprobación de una madre.
Estoy molesto, tan molesto que ni siquiera pienso lo que digo. Grave error.

-Basta bebé, deja el berrinche- dice Julieta con ternura mientras acaricia mi mejilla.

-No es berriche. Simplemente no me cabe y no me voy a hacer el boludo- respondí exhalando el humo del cigarrillo.

-Es absurdo que estes así de enojado. Pensé que ibas a estar contento por verme- dice para despues hacer puchero de forma graciosa y sexy a la vez.

Para ella es un chiste y yo no puedo más con mi enojo. Quiero matarla y besarla al mismo tiempo.
Le regalo una mirada cargada de indignación y la morocha sonríe.

-Si queres hoy podes venir a casa y dormimos juntos- dijo acariciando mi pelo con dulzura.

-Por más que me mires así no me vas a hacer cambiar de opinión.

-Dale, encima que vengo a darte unos besitos me recibis así- expresa acercando sus labios a los míos.

-Viniste a ver a Bruno, esta no es mi casa- dije esquivando su beso.

-Bruno es mi amigo y no voy a dejar de venir porque vos lo digas- respondió ya con un poco de disgusto.

-No Julieta. No es tu amigo. Te quiere coger y lo sabes- solté con bronca.

-Te estas comportando como un idiota ¿sabes?

-Puede ser pero no voy a ser hipócrita.

Nos quedamos algunos segundos en silencio mientras ella encendía su cigarrillo. El enojo no me soltaba y quería seguir quejandome.

-Pareciera que te gusta que el cheto este atras de tu orto todo el día- escupi sin pensar- lo disfrutas ¿no?

-¿Qué dijiste?- preguntó con la ira subiendo a su rostro. Ahora es ella la enojada.

-Lo que escuchaste- respondí calmadamente.

La morocha fruncio el ceño y en ese instante supe que la había cagado otra vez.

-Mira Tomás yo no se que mierda flayaste pero vos no sos nada mío ni lo vas a ser- sus palabras comenzaron a doler- que hayamos cogido un par de veces no significa que tengas derecho a decirme estas cosas. Asi que haceme el favor de guardarte tus escenitas de celos para otra estúpida porque conmigo no vas a poder.

Julieta dió media vuelta y se marchó envuelta en ira.
Sus palabras fueron dardos envenenados para mi alma, mi enojo se disipo dejandome el sabor amargo de sus dichos.
¿No soy nada para ella? Eso si que dolió.

Unas horas despues, la morena salió de la casa riendo y luciendo una bikini color azul acompañada por Bruno y otro cheto más.
Si antes estaba celoso ahora estoy por explotar.
Su sonrisa se borra al verme, odio causar eso.

Ellos ríen y hablan de cosas sin sentido a un costado de la piscina mientras ella toma sol.
Trato de ignorarla, no quiero caer rendido ante la hermosura de su piel morena.

-Wachin, alcanzame la espatula- digo evitando voltear pero mi compañero no responde- ¿Agustín me estas escuchando?- volteo al no obtener respuesta- ¿Qué haces la concha de tu madre?

La mirada perdida y la baba cayendo, Agustín disfruta del paisaje que brinda Julieta tomando sol boca abajo.

-Todavía no me creo que te estes comiendo semejante mina- expresa sin despegar su mirada- encima vos sos bastante feito- comenta con una mueca de asco.

-Cerra el orto y ponete a laburar- dije golpeando su nuca.

-Ah era chiste Cenfe, no te calentes. Vos sos un ídolo para mí, como el Diego, como Messi, como Maxi López para Icardi. Yo soy Icardi obvio- dijo en tono burlón.

-¿Ah estas descansero hoy? Volá de acá pendejo del orto- exigi amenazandolo con la espátula mientras él corría de un lado al otro.

-¿Qué mierda estan haciendo?- preguntó Horacio entrando al parque hasta que observa a su hija en bikini- ¡Julieta, la puta madre no es necesario que estes asi adelante de los empleados!

-No me rompas las pelotas- respondió la morena colocando sus lentes de sol y acomodandose en la reposera.

Horacio rodo sus ojos y ahora si se dirigió hacia nosotros.

-Ustedes ponganse a laburar ya y ojo para donde miran- reclamó antes de irse.

-Es más ortiva el jefecito- dijo Agustín poniendo los ojos en blanco.

-Callate un rato.

-Eh estas re mala onda hoy.

Y si, mi ángel esta en bikini charlando con el gran amor de su infancia. El mal humor me desborda.

La tarde pasó y ella salió de la casa sin despedirse.
Es un viernes sin sus besos y las sustancias combinadas con vino tinto serán mi consuelo.
Me dirigí a la casa de Franky, la compañía de un buen amigo siempre se agradece.

-Y le dije que seguro va ahí a ver al otro concheto de mierda que anda atras de su ojete todo el puto día- comenté mientras aspiraba la linea de polvo blanco sobre la mesa.

-Dejame adivinar, despues de eso te mando a la mierda- respondió Franky dando vuelta la botella de cerveza.

-Ojalá, me dijo que no somos nada y nunca lo vamos a ser- resople.

-Y bueno amigo vos te lo buscaste haciendo reclamos pelotudos.

-Capaz me pase un poco pero no voy hacerme el pelotudo, esta mal lo que hace.

-No hizo nada malo boludo.

-¿Me estas jodiendo Franky? Me re rompe los huevos que este cerca de ese pajero.

-Entonces Julieta no es para vos. Ella es libre, Cenfe. No le caben esas cosas, pense que ya la conocías. Si no te gusta alejate.

-Que consejos de mierda das- resongue aspirando otra línea.

Me hundi en alcohol y droga.
¿Otra mala decisión?

Yo te ví en un tren (C.R.O - Cazzu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora