- 17 -

1.4K 261 10
                                    

15 Junio, 16:23.

Jinyoung miraba la pantalla junto a Chansung y Youngjae, quien deslizaba el ecógrafo por su abdomen, todo parecía en orden, y el embrión de había adaptado perfectamente al útero artificial, mientras que este permanecía en su lugar filtrando y dándole la protección al embrión. Dos meses de gestación tenía el pequeño y aunque solo llevaba un mes dentro de Jinyoung la gran mayoría de sus amigos ya estaban ilusionados con él, cuidando de las comidas y la carga laboral del castaño tomando la gran mayoría el mismo hombre que vigilaba de su embarazo, Youngjae definitivamente merecía un bono a final de mes, él estaba esforzándose para que todo funcionara correctamente mientras su agenda se veía claramente más abultada, aunque claro, no logró que Jinyoung dejara los casos que más le importaban y tampoco aquellos que requerían un trabajo más riguroso por el riesgo de pérdida que tenían.

El castaño limpio su abdomen tomando asiento en la camilla mientras Youngjae iba hasta el escritorio a completar la información de aquel embarazo secreto.

—Aquí está todo —ofreció el menor la información dentro de la carpeta.

—Muchas gracias. —le dio una sonrisa para luego dirigirse a su compañero. —¿Irás al laboratorio? —preguntó Chansung guardando la carpeta dentro de su bolso.

—Iré, tengo que demostrar que todo está bien antes que el jefe sospeche de algo.

—Te llevo entonces —sonrió el mayor tomando su chaqueta dándole una sonrisa al menor.

—Nos vemos, y de nuevo gracias por ayudarnos —agradecieron ambos al médico en su escritorio.

—Siempre es un placer ayudar a un amigo, y más en algo tan innovador como un embarazo —rió levantándose para despedirse con un apretón de mano —vayan con cuidado.

Salieron caminando con calma, Jinyoung había mirado su teléfono un par de veces y otro par más durante el viaje.

—¿Esperas algo?

—Christian no me ha respondido aun—suspiró dejando boca abajo el aparato.

—¿hace cuánto no hablan?

—Bueno... Desde el domingo —dijo desanimado, cuatro días sin hablar con el mayor lo ponía ansioso, estaban en modo amigos y por lo mismo se preocupaba más, si es que dormía bien o las cosas iban bien en el intercambio.

—Debe estar ocupado con las clases. —respondió sin mucho interés, concentrándose más en transcribir la información entregada por Youngjae que en el problema del castaño.

—Lo sé —fue lo último que dijo antes de que repasar los resultados de sus exámenes con atención.

Cada uno se concentró en su labor, mientras la música suave que ambientaba el laboratorio se escuchaba, Jinyoung había descartado la idea de tomar su teléfono por lo que le restara de trabajo, después de todo la ansiedad no era un buen factor para los embarazos. Cuando el horario terminó estiró su cuerpo en la silla sonriendo, no veía mayor diferencia entre sus niveles de hormonas entre el periodo antes del embarazo artificial y el actual, ahora podía estar más tranquilo e ir al cementerio en su habitual visita al cementerio.

—- —- —-

29 Junio, 10:20.

La semana había comenzado tranquila, pero no duro lo que deseaba, tan pronto como retomó su lugar en la empresa y su hermano la vicedirección los casos que llegaron eran de gran complejidad y en los cuales debían preparar evidencia contundente para demostrar la inocencia de sus clientes.

Suspiró agotado sobre su escritorio, necesitaba un respiro en su agenda para ir al cementerio donde Sooyoung descansaba. En su cabeza el lugar se veía abandonado, claro, los padres de la mujer vivían en una región apartada, haciendo imposible las visitas y dudaba que sus amigas fueran a visitarla de manera constante, después de todo el trabajo de bailaría era agotador y más en las semanas de estreno donde los ensayos se intensificaban, había vivido aquello con su esposa un par de veces. Cerró los ojos por unos segundos antes de avisar a su secretaria despejar la agenda del viernes, iría a visitar a su esposa, y aunque el trabajo fuera más pesado los siguientes días debía ir a aquel lugar.

Tal fue planeado, llegó al cementerio con un pequeño adorno y una fotografía de la mujer, una alegre donde se podía ver toda su belleza y encanto, pensó que sería más apropiada a la típica fotografía funeraria. Tomó una larga respiración antes de ingresar, la paz y tranquilidad del lugar calmaron su nerviosismo y en cierta medida la culpa a medida que avanzaba. Cuando estuvo frente a la vitrina sonrió, el estado del lugar era perfecto, se notaba cuidado y limpio, quien sea la persona que estaba visitando a su fallecida esposa merecía todo su respeto y agradecimientos. Con cuidado abrió el espacio tomando las flores en el pequeño florero y mezclándolas con las que él llevaba.

Jaebeom no sabía como comportarse exactamente, no era una persona afán a los cementerios normales, menos a este tipo llenos de urnas, no sabía si debía hablar o simplemente esperar que Sooyoung mantuviera una conexión con sus pensamientos, ya que los miles de recuerdos parecían estar volviendo abruptamente, arrancando una sonrisa por todo lo bueno que vivieron.

Los pasos que se aproximaban le hicieron volver a la realidad, mientras una anciana se hacía presente en aquel cuarto.

—Buenas tardes —saludó ella con una alegre sonrisa deteniéndose a un par de pasos donde estaba Jaebeom.

—Buenas tardes —devolvió el saludo con el mismo gesto.

La mujer sin dejar de sonreír se concentró en su labor en lo que Jaebeom supuso eran los restos de su esposo. Por el rabillo del ojo vio como ella sacaba un paño de una bolsa limpiando el pequeño vidrio antes de tomar un retrato y limpiar con cuidado.

—Eres diferente al chico de siempre. —habló llamando nuevamente la atención del hombre, —Él siempre sonríe y habla con la mujer.

—¿Cómo es ese chico? —cuestionó con interés.

—Bueno... Es alto, piel blanca, cabello castaño, y con un par de lunares y con pequeñas arrugas en sus ojos. —Sonrió aún más la mujer al recordar la sonrisa de aquel amable hombre. —Es realmente agradable.

Jaebeom intentó asociar la descripción del hombre con algún amigo de Sooyoung o un compañero de trabajo, pero había diferentes opciones, claro, la descripción de la mujer no era tan diferente a la mayoría de los hombres coreanos.

—Si lo vuelve a ver, puede agradecerle el cuidar de mi esposa —Dijo con amabilidad.

—Claro, le diré. Viene una o dos veces al mes.

Jaebeom agradeció antes de tomar la fotografía que había traído y colocarla dentro de la vitrina tapando la anterior, en ella sí se veía lo alegre que fue su esposa, arrancando una sonrisa amplia al pelinegro. Se despidió en sus pensamientos y agradeció una vez más a Sooyoung por haber compartido tanto tiempo a su lado.

—Muchas gracias, espero nos volvamos a ver —le dijo a la mujer haciendo una reverencia antes de retirarse del cuarto y posteriormente del cementerio.

Pocos minutos pasaron y Jinyoung sonriente entraba en aquel cuarto, saludando a la anciana y sorprendiéndose por el cambio en la pequeña habitación de la urna.

—Su esposo estuvo aquí, te agradece por cuidarla —sonrió acabando su trabajo de limpieza, y guardando todo al interior junto a los recuerdos con su difunto esposo.

Jinyoung se despidió de ella y cuando estuvo solo su mano automáticamente llegó a su vientre, mientras los nervios y dudas comenzaban a rondar en su cabeza. Debía contarle a Jaebeom, pero cómo, si la relación entre ambos era de amigos y ni siquiera cercanos como se habían presentado.


Syngnathidae [JJ Project/Bnior]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora