¿Dormimos la siesta?

8.2K 729 371
                                    

Adrien suspiro con alegría mientras dejaba su nueva granja de hormigas sobre una mesa.

Su padre no le dejaba tener mascotas pero luego de insistir por 4 años, pudo tener el permiso para tener una granja de hormigas.

Se dio media vuelta y se cruzó de brazos al recordar que cierta azabache debería estar por llegar a jugar con él.

Seguro que Marinette se burlaria de él así que no podía dejar que sepa de su nueva granja de hormigas.

Asintió con una sonrisa llena de decisión y se volteó a ver a su granja de hormigas, palidecio al ver a Marinette, vestida de ninja, de cuclillas, moviendo su dedo y siendo observada por una de las hormigas a la que Adrien llamó Panchito.

-Que linda.- exclamó la ojiazul mientras sus ojos reflejaban alegría y el chico fruncio el ceño.

¡¿Linda?!

¡Seguro ella sólo se quería burlar de él por no poder tener otro tipo de mascota!

-¡¿Cuándo llegaste aquí?!- preguntó mientras Marinette se paraba, entre cerraba los ojos y levantaba su dedo índice y corazón, situandolos cerca de su mentón mientras movía la otra mano con su puño cerrado.

-Como hace una hora pero como soy una ninja, no te diste cuenta.

Al oír ésa respuesta, Adrien asintió y agarró un sable de madera para apuntar a la "ninja" que lo veía confundida.

-Muy bien, ya que es una ninja y no conozco su identidad, creó que tendré que matarte.- exclamó con voz de villano y la mirada de la chica se iluminó.

¡Ésa era la primera vez que Adrien quería jugar con ella!

-Fufufu, una ninja como yo no perderá contra un samurai renegando como tú.

Marinette sacó un yo-yo y Adrien se contuvo la risa.

¿Qué se supone que le haría con un juguete de niños?

Sabía que su amiga podía ser algo despistada pero no hasta el punto de querer ganarle con un simple e inservible yo-yo.

Éso sería pan comido...
.

.
Unos minutos después.

Marinette estaba arrodillada, sin su máscara de ninja, delante de Adrien quien tenía una bolsa con hielo sobre su cabeza y se tocaba las costillas, dolido.

¡¿Cómo rayos es que le pudo hacer tanto daño con un yo-yo?!

-¡Lo siento, lo siento, lo siento! ¡Soy una vergüenza para el clan de los Lin Kuei! ¡Mi maestro me dijo que no estaba lista para la lucha pero como descubrí que el discípulo más fuerte del clan de los Shirai Ryu había bajado la guardia al adquirir una mascota, lo quise atacar y derrotar por sorpresa pero ahora veo que es un acto cobarde y sin honor!
¡Juró que reparare mi dañó por tal acto de cobardía!

Explicó de manera apurada y el chico levantó una ceja, sorprendido.

Definitivamente quería casarse con ésa chica y unir sus "clanes".

-Ya parate, es vergonzoso que hagas éso. Así nunca conseguirás un novio.

Exclamó, sabiendo que cualquier chico se volvería loco por una chica que tiene una extraña fascinación con el cospay.

La ojiazul levantó su mirada, sentándose de rodillas.

-Mi objetivo era acabar con el discípulo más fuerte de los Shirai Ryu por que "alguien" fingió amarme, me pidió ser novios y al final se me reveló ante mis ojitos que todo fue una bro...

-¡Ahhhh! Que sueño que tengo.

Interrumpió el chico, mientras desviaba la mirada, nervioso al sentir como Marinette lo veía de manera sería.

Obviamente ella nunca le dejaría olvidar éso.

Marinette se puso de pie mientras daba un gran suspiro y estiraba sus brazos.

-Yo también tengo sueño, ¿qué dices si dormimos una pequeña siesta?- preguntó, inclinandose, quedando su sonriente rostro cerca del sonrojado y sorprendido de él.

¡¿Dormir una siesta con Marinette?!

¡Pero sus hormigas los veían y Panchito era muy curioso!

La lógica y la moral le decían que no ya que la chica que estaba delante de él parecía no distinguir entre derecha e izquierda pero en el fondo sabía que era la persona más inteligente que conocía.

-De acuerdo.

Continuará...
.
.
.
.
.

.
.

.
.
.
.
.
¡Hola!

¿Se nota mucho que escribí esto teniendo sueño?

Espero que les haya gustado el capítulo.

Gracias por su tiempo.

Volveré...

Compañeros de juegosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora