A comer

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Adrien estaba jugando videojuegos con gran concentración.

Ése era era el juego más difícil que jamás haya jugado, con una increíble historia y al fín lo estaba por terminar.

Medio año de esfuerzos, valdrían la pena.

La pantalla quedó oscura y al instante se metió Marinette, con sus manos en la cintura y sosteniendo el enchufe.

-Adrien, ya te llevo diciendo hace varios minutos que es hora de almorzar.

El chico soltó el control y se tapó el rostro.

No debía llorar delante de una chica y mucho menos por algo como un videojuego.

-No te sientas mal, al final del juego se descubre que en verdad el personaje que tu usaste era el verdadero villano.

-¡Noooooooo!

Los hombres que no temen llorar, son los más fuertes.

Luego de disculparse con Adrien por hacerle spoiler, los dos estaban en la gran mesa de la mansión.

El chico al ver que Marinette no tocaba su comida, sonrió.

-No te preocupes Marinette, no estoy molestó por que me arruinaste medio año de juego.

Algún día recordarían éso y reirian pero no hoy.

-¿No crees que debemos esperar a tu padre? Es de mala educación comer antes que él. - exclamó con una clara indirecta a su amigo que comía sin contención alguna.

-Oh... no te preocupes, él nunca come conmigo, yo siempre como sólo.

El rubio bajo su mirada, con tristeza mientras ella fruncia ligeramente el ceño.

No iba a dejar que Adrien se sienta triste con ella presenté.

-Hoy no, hoy tu padre comerá con nosotros. - aseguró antes de ir a la oficina de su jefe y Adrien la vio irse con sorpresa.

Quizás la debió detener.
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Marinette tocó la puerta de la oficina del padre de Adrien, antes de pasar y ver como él estaba ocupando su computadora.

-Señor Agreste, la comida ya está, vamos a comer.

Dijo pero él ni se esforzó en verla.

-Estoy ocupado, coman ustedes sólos.

Un fuerte golpe se oyó en su escritorio y dio un leve saltó para ver a la molesta azabache que provocó el ruido con las palmas de sus manos.

-El trabajo puede esperar, vamos a comer AHORA. - ordenó y el diseñador fruncio el ceño.

No podía creer que una simple empleada le hablé con ése tono.
No se lo iba a permitir.

-Oigame bien señorita Dupain Cheng, su trabajo es con Adrien, para éso le pagó, así que no vuelva a hablarme en ése tono y váyase por que no iré a comer ¿quedó claro?

Nadie le daba órdenes a Gabriel Agreste y todo París lo sabía a la perfección.
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Adrien se contenía la risa mientras veía a su padre con la mirada gacha y su orgullo herido, mientras Marinette le terminaba de servir la comida y se sentaba en medio de los dos, con una gran sonrisa.

-Bueno, ahora que todos estamos juntos y SIEMPRE pondremos a la familia antes que al trabajo, a comer.

Y la azabache se puso a degustar ésa rara comida para ella con alegría mientras Gabriel fulminaba a su hijo con la mirada al ver que esté se contenía la risa.

Que quedé claro, que sólo terminó accediendo por que tenía hambre.

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¡Hola!

Creí que había subido dos capítulos juntos pero me equivoque.
Aquí está el faltante.

Espero que les haya gustado.

Gracias por su tiempo.

Volveré...

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