En la habitación de Adrien.
El chico, quien estaba intentando estudiar, tenía un ligero tic en el ojo ya que cierta chica que estaba mirando su granja de hormigas, silbaba de una manera algo irritante para él, luego de oírla silbar por una hora.
Adrien, suspiro profundo y se puso de pie, ganando una mirada burlona de Marinette.
¡¿Lo estaba haciendo de manera intencional?!
-Se me ocurrió un juego genial.
Exclamó, con entusiasmo y la mirada de Marinette se iluminó antes de acercarse a él.
Sabía que una hora molestando a Adrien, haría que él se aburra y quiera jugar.
-¡¿De verdad?! ¡¿Qué es?! ¡¿Qué es?!
Como sí de una niña de 5 años que no jugaba hace un par de días, así era la felicidad de la ojiazul en ése momento.
Adrien, le mostró una gran sonrisa mientras señalaba atrás de él, donde estaban sus libros.
-Jugar a estudiar. - aclaró, su divertido juego.
Marinette quiso salir corriendo, como todo ser humano que aprecia su libertad de ser un holgazan, pero Adrien la abrazo mientras ella se ponía a dar patadas en el aire.
-¡Sueltame! ¡Exijo un abogado! ¡Estoy de vacaciones! ¡¿Por qué los maestros dan tarea en las vacaciones?!
Gritó, sin dejar de patalear y el aprovechado rubio, le olía ligeramente el cabello mientras impedía que se vaya.
El amor es una enfermedad algo sería, pero todo tiene su límite.
En fín...
-¡Por que se preocupan por nuestro aprendizaje y quieren que nos esforcemos en los estudios fuera de la escuela!
Aclaró el rubio, sabiendo que cada maestro se preocupa por sus alumnos.
Por un tiempo tenía el sueño de ser maestro al crecer, pero la responsabilidad era muy grande hasta para él.
Los maestros, los verdaderos guerreros en la sociedad.
-¡A otro perro con ése hueso! ¡Sólo lo hacen por que nos quieren ver sufrir y no quieren que disfrutemos de las vacaciones! ¡Ya sueltame!
Gritó la berrinchuda azabache, no queriendo ver un libro ni en foto.
Adrien, sólo forzó una sonrisa al oír éso.
Ningún ser humano se complace por ver sufrir a los demás, en el mundo, todos son buenos amigos y se ayudan entre sí.
..
Un par de minutos después.Marinette, estaba sentada en una silla, de malhumor mientras Adrien estaba parado delante de ella, usando un pizarrón de juguete.
-¿Vamos a volver a ésa prisión en breve y quieres jugar a esto?- preguntó la azabache, nada felíz.
Adrien, se dio media vuelta y le regaló una sonrisa.
¡Al fín podía jugar a estudiante y maestra!
-Tu ya elegiste muchos juegos, así que ahora se calla y obedece, señorita.
Ordenó, antes de volver su mirada al frente y ponerse a escribir en la pizarra.
Sensei Adrien. No se oye para nada mal.
Sintió algo puntiagudo chocar con su cabeza y volteó para ver un avionsito de papel en el suelo.
-¡¿Pero qué... ¡Marinette!
Le grito a su estudiante que leía un libro al revés, como toda buena alumna que es.
-Yo no fui profe, soy una alumna ejemplar y jamás le pegaría algo en la espalda.
"¿Algo en la espalda?"
El chico llevó una mano a su espalda y agarró un papel que decía "profesor chiflado".
"¡Ya fue suficiente!"
Con enojó, miró a su aluma y señaló un rincón, el rincón de la vergüenza.
-¡Suficiente! ¡Al rincón!
Gritó, sin contención y la azabache puso carita de inocente.
-Pe...
-¡Al rincón, dije!
Volvió a gritar, no queriendo oír una solá palabra más.
Marinette se puso de pie y se fue al rincón, como alumna obediente, pero al pasar a lado de su profesor...
-Gordo.- dijo en un susurro que para Adrien fue un gritó.
¡¿Cómo dijo que dijo?!
-¡¿Qué dijiste?!
Preguntó, totalmente enojado y la peliazul se dio media vuelta y lo miró con enojó.
-¡Gordo!
Gritó, Marinette, antes de sacarle la lengua.
Adrien, intentó reprimir su enojó al máximo.
Amaba a ésa estudiante problemática, estaba mal en muchos sentidos que estudiante y profesor tengan un romance, pero aún así, la consentiria un poco, siendo piadoso.
-Veo que no le basta con estar en el rincón. Le advirtió señorita, una más y me va a conocer.
Amenazó, antes de ponerse a escribir en la pizarra.
Al menos, Panchito estaba tomando apuntes de su clase, no como ésa niña problema de Marin...
-En ésa foto vestido de blanco sales rellenito.
Y el límite de la paciencia, llegó a su fín.
-¡Se acabo! ¡Hora de que reciba unas tundas!
Gritó el rubio, acercándose a Marinette, quien dio un saltó asustada, cubriendo sus posaderas.
-¡Hi! ¡No te atrevas!
Éso era un simple juego, así que Adrien no le haría nada sólo por que lo llamó gordo ¡¿verdad?!
-¡Yo te lo advertí!
Y el chico, le agarró del brazo y lo llevó con él, donde había una silla.
-¡Sueltame!
Y Marinette, estaba al borde del llanto.
¡Su abuela de parte madre le hizo algo similar cuando era pequeña y llevo un mapache a su casa, por éso sus pompis estaban algo traumadas!
-Esto me dolerá más a mí que a ti.
Dijo Adrien, sentándose en la silla y obligando a Marinette a que se acueste boca abajo en sus piernas.
-¡Éso no es verdad, al menos limpia tu baba! ¡Puerco, cerdo, cochino, marrano!
La alarma empezó a sonar, dando fín a los minutos de Adrien como maestro y Marinette sonrió mientras miraba al chico que que tenía su mano levantada para darle unas tundas, pero se detuvo.
-Joven Agreste, ahora yo soy la maestra.
Y ése día, Adrien casi lloró ya que su maestra, lo mandó al rincón, le hizo poner orejas de burros y se puso a grabarlo mientras él se limpiaba sus "sudorosos" ojos.
....... sus juegos son raros, pero es lo que pasa con dos ex novios que se aman locamente y más sí los dos son raros y se entienden.
Continuará...
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¡Hola!¿Creyeron qué no cumpliría?
Me distraje viendo un anime que desearía no haber visto hasta hace unos 20 minutos, pero aún así, cumplí ✌
Espero que haya gustado el capítulo.
Gracias por su tiempo.
Volveré...
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Compañeros de juegos
FanfictionGabriel contrata a Marinette para que sea la niñera y compañera de juegos de Adrien.