Capítulo 39 - Todo va a estar bien

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Aquella mujer que desde ahora la miraré y diré Ella es mi Madre, se me queda viendo algo desesperada, quiere hablar pero no sabe cómo empezar, espero a que ella intente hablar alguna cosa, pero como finalmente no dice nada, me doy media vuelta y Jyaden me sigue a mi lado.

—Hunter espera.

—Ya esperé lo suficiente —digo tratando de sonar no muy maleducado.

—Dame una oportunidad —ruega ella mientras se pone frente a mí y varias personas del bar ya comienzan a vernos raro —Solo una.

—No ahora —digo agotado mentalmente. Ella presiona sus labios con algo de nerviosismo, tomo a Jyaden de la mano y muy rápido salimos del lugar.

Tengo ganas de gritar, de mirar el cielo e insultarlo. Lloré tantas veces por creer que mi Madre estaba muerta, miré las estrellas tantas veces pensando en ella, pero siempre estuve rezándole a una mentira.

Ella tiene la culpa, mi Padre tiene la culpa, los odio a ambos. Esta mentira no la perdonaré nunca.

—Vamos a beber algo —me dice Jyaden —¿Quieres un café? ¿Un té? —Pregunta él, yo no respondo —¿Quieres golpear a alguien? ¿Gritar? —Me giro y lo veo directo a los ojos —Golpéame, grítame —dice —Saca esa rabia que está dentro de ti —Asiento lentamente mientras una lágrima cae por mi mejilla, me acerco a Jyaden y lo abrazo, él me regresa el abrazo con mucha fuerza y aquello me calma un poco.

—Necesito irme a mi casa.

—¿Vas a hablar con tu Padre?

—No lo sé —susurro confundido —No sé qué hacer ahora.

—Vámonos a mi casa —dice —Quédate conmigo —Le sonrío a Jyaden por un segundo y luego niego con la mirada.

—Necesito estar solo —digo en voz baja —Pensar a solas.

Jyaden arruga un poco la mirada con disgusto y luego desde el auto estacionado a unos metros de nosotros, aparecen Vee, Charlie y Alexandre, se me quedan viendo en silencio y sonrío con algo de sarcasmo mientras levanto mis hombros con resignación.

—Era mi Madre —digo como conclusión —No estaba muerta.

—¡¿Qué?! —pregunta sorprendida Vee.

—¿Te ha dicho algo? ¿Por qué la mentira de estar muerta?

—No dijo nada —le responde Jyaden por mí —Creo que entró en pánico o algo así ya que no fue capaz de decir nada, supongo que con Hunter hablarán después —Yo asiento y luego sacudo mi cabello.

—Voy a irme a mi casa ahora —Charlie asiente y me dice que me lleva sin ningún problema. Asiento lentamente y todos tomamos asiento en nuestro lugar como cuando veníamos hacia acá. Miro por la ventana mientras Charlie se mueve por la ciudad, al estar frente a mi casa, les agradezco a los chicos por haberme acompañado, me despido de todos en general y luego me bajo del auto, camino un poco hacia la puerta de mi casa pero Jyaden también se baja del auto y me grita.

—Hey —dice cuando me volteo —¿Seguro que vas a estar bien?

—Creo que sí.

—¿De verdad no quieres irte a mi casa? —Niego y le doy una última sonrisa, Jyaden asiente algo resignado y luego yo entro a mi casa.

Mi Padre no está y creo que por ahora es lo mejor, me lanzo boca abajo en mi cama, me duermo agotado y muy, muy enfadado con mi vida.

***

Debo SalvarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora