Dos semanas, dos jodidas semanas e Hipo no regresaba; los primeros dos días no fue tan malo, la verdad podía vivir sin regaños por ese tiempo; pero al tercer día, bueno...comenzó a impacientarse. Salía a dar largos paseos intentando matar el tiempo, los primeros días los pasaba en la cala, recostado en las gradas, en principio recordaba algunas anécdotas con su jinete, pero pronto estas fueron sustituidas por las pláticas y explicaciones que Hipo le había dado sobre el funcionamiento de cada cosas en ese lugar.
¡Por los dioses, cuanto lo extrañaba!
A la semana se puso peor, ¿Por qué Hipo no regresaba?
Comenzó a caminar a la salida del metro y se quedaba ahí hasta el siguiente día, contemplando la maleza, luego se retiraba a comer y se echaba un rato en la playa, mirando el cielo y preguntándose ¿que estaría haciendo en ese momento Hipo?
Ahora que lo pensaba...no tenía ni la mínima idea de lo que hacía Hipo en su villa, para ser honestos, no conocía casi nada de la vida de su compañero. Hace unos días él le había narrado toda su vida, Hipo lo escucho atentamente y en raras ocasiones hablo o pregunto algo, pero fue todo...nunca hablo de él.
Que gracioso, ahora era él el que tenía curiosidad por la vida de su amigo, quería saber si vivía en una casa como las que se encontraban ahí, o en otro tipo, si tenía los mismos amigos, si sus padres eran Stoick y Valka, que le dijera ¿por qué no lo dejaba acompañarlo?, ¿Qué era lo terrible en ese lugar que podría lastimarlo?, pero en especial...quería saber si él...si él también... tenía a una Astrid. Esta última pregunta siempre le oprimía el estómago, en el fondo de su corazón suplicaba que no fuera así...porque eso de verdad lo mataría.
Con esto en mente se pasó otra semana, planeando en su cabeza ¿Qué? y ¿Cómo? preguntarlo.
Pero algo improvisto sucedió dos días después, algo que antes había experimentado, pero nunca con tal magnitud.
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Rasmus balanceaba su cola de un lado a otro, estaba alterado, molesto aburrido, pero en especial...triste. ¿Por qué Hipo no acudía a verlo?, ¿por qué tardaba tanto?, si, le dijo que tardaría unos días, pero ¿por qué?, ¿acaso no le gustaba estar con él?, ¿acaso le molestaba su presencia?, esto deprimió más al morocho. Como desearía que Hipo fuera como su primer jinete, de esa manera lo tendría a su lado todos los días, pero por desgracia no era así.
Regreso triste a su casa, ya había amanecido e Hipo no apareció, llego hasta su cama y se acostó, ¿Cuánto más tenía que esperar?, esto era una tortura. Comenzó a inspeccionar el lugar para distraerse, una no muy buena idea. Lo primero que sus ojos vieron fue un montón de ropa que Hipo arreglo para él, el castaño se pasó varias noche revisando las tiendas y ajustando las prendas, de forma tal que sus alas y cola contaran con movilidad, Rasmus lo observo divertido y...melancólico, le recordaba un poco a su jinete, cuando este le confeccionaba alguna silla o aleta nueva.
Sus ojos se clavaron en la ropa que traía puesta, un pantalón de vestir negro, una camisa de cuello alto en color gris, la cual se ataba a un costado, algo simple pero elegante. Rasmus comenzó a tocarse el cuello, la primera vez que Hipo le enseño a ponerse la ropa fue doloroso, para él. Hipo le dio una buena dosis de zapes por no entender, pero es que era complicado, mete una mano por aquí, luego el cuello, luego atas las correas para que no moleste tus alas y luego la otra mano y bla, bla, bla. Uy, gracias a Odín los pantalones fueron más fácil, de lo contrario Hipo lo habría pateado. El morocho comenzó a reírse, al final Hipo le tuvo que poner la prenda, pero...por los dioses eso fue muy agradable, la forma en que Hipo tomo su mano, lo delicado que fue evitando dañar sus orejas, y como acomodo su cabello, el tenerlo tan cerca, oler su aroma y sentir su calor. De solo recordarlo su piel se erizaba. ¡Demonios!, porque no tuvo el mismo problema con el pantalón, de esa manera abría extendido el contacto con su humano, le abría encantado sentir los dedos de Hipo recorriendo sus piernas, subir lentamente hasta llegar a su entrepierna y....
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Reencarnacion
Fanfictionhan pasado muchisimos años desde que perdio a Hiccup, ahora Toothless se encuentra solo en un mundo muy distinto, desidido a terminar con todo un encuentro inusual lo llevara a una nueva aventura