inicio de un brillante futuo

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Hace cientos de años.

El extranjero y pájaro de fuego llegaron a la Cueva del Wendigo, una gruta oculta a las faldas de la montaña. El ave se paró en una rama y le indicó con la cabeza que entrara. El hombre tomo una gruesa rama del piso, le ato un poco de tela y volteo a ver a su acompañante.

-¿te importaría?

Zar-Ptitsa meneo la cabeza divertido, de su boca broto un aliento cálido, tan cálido que prendió la tela. El hombre miro su antorcha, se giró a ver al ave y le regalo una hermosa sonrisa.

-muchas gracias mi bella ave, te lo agradezco desde el fondo de mi corazón. Se inclinó en señal de respeto e ingreso a la cueva.

El pájaro de fuego le miro con tristeza, seguro de no volver a verlo, extendió sus doradas alas y se preparó para volar.

*****.....*****.....*****.....

La última vez que estuvo en sus piernas, era un pequeño de cuatro años de edad, con sus mejillas abultadas y su cuerpecito de bebe, con una sonrisa radiante y ojos brillantes, pero ahora. Ya no era más su niño, ahora era un joven, un chico delgado de mediana estatura, con ojos tristes y sin una sonrisa en su rostro.

-Hipo (retirando un mechón de su frente) ¿Por qué estás aquí?

El castaño se tensó al oír su voz, le miró fijamente mientras mordía su labio. - ¿estoy en problemas?

-si polluelo, lo estas...casi me da un infarto al no encontrarte.

-lo...lo siento.

-ah, ya no importa...ahora dime ¿Por qué estás aquí?

Levanto a Hipo de sus piernas y sujeto sus hombros, obligando a que le viera.

El chico mordió su labio y apretó su brazo, a buena hora se le ocurre alejarse de Rasmus, tomo un respiro antes de contestar, después de todo iba a enterarse.

-yo...yo...ah...yo acepte una tonta apuesta con Snoutlout. Me reto a venir a la ciudad en ruinas, yo...lo siento, no debí de aceptar.

-cierto, no debiste, lo regaño

-pero, es que el me llamo cobarde...y gallina, se excusó el joven.

El peli plata levanto una ceja inquisidor, ¡Diablos! eso lo heredo de su bisabuelo, a él tampoco le gustaba que le llamara gallina o debilucho...y hacia lo que fuera para demostrar lo contrario.

-polluelo, no puedes dejar que tus emociones te guíen, tienes que aprender a ignorar ese tipo de comentarios.

-Lo hago, ¡Pero ellos no dejan de molestarme! reclamo furioso, -todos los días, todo el tiempo, se la viven insultándome... ¡y ya estoy harto!

El mayor lo veía incrédulo. Hipo bajo la cabeza y apretó los puños.

-no es justo, susurro, -la vida no es justa...para qué diablos nací...si nadie me iba a querer.

-te equivocas Hipo yo...

-No, No me equivoco...ni siquiera mis padres me quisieron, me abandonaron en cuanto tuvieron oportunidad, me tiraron en un contenedor...Snoutlout tiene razón...soy basura.

Le partía el corazón ver a su hijo tan deprimido; Hipo jamás había tenido una autoestima baja...o al menos nunca la había demostrado.

-yo, escu...escuche que el castigo por venir a este lugar es la...muerte... ¿por eso está aquí, verdad?...podría hacerlo rápido...por favor, solo quiero....termínelo.

ReencarnacionWhere stories live. Discover now