Intentando olvidar
La tarde del viernes la pasé entre mis padres en un sofá de la sala. Habíamos acordado ver una película ya que nuestros horarios increíblemente coordinaban.
Habíamos elegido "Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos" porque mi padre quería ver la película que se estrenaría en unos meses ("Los crímenes de Grindelwald") con nosotras, pero ni mamá ni yo habíamos visto la primera parte. Mi padre no era ni siquiera adolescente cuando se publicó el primer libro de la saga -así que no puedo decir que la ama porque es parte de su infancia- pero cayó enamorado apenas leyó aquel libro que estaba causando revuelo.
Me hubiera encantado poder prestar la atención que se merecía a aquella película, sin embargo, resultó ser que mi cabeza no estaba en ese lugar, sino en un salón de clases en el que Caleb me miraba intensamente. Me prometí mirarla luego para poder ir al cine con mi padre.
Al terminar Animales Fantásticos, mis padres me avisaron que saldrían unas horas, por lo que me estiré completamente en el sillón, quedando acostada en él. Tomé mi celular de la mesa de café y lo sostuve frente a mi rostro.
Tenía unos nuevos mensajes de Sam y Jane, los cuales no había visto antes, en los cuales básicamente las dos preguntaban si iríamos juntas a la fiesta del día siguiente, y luego si me parecía bien que nos reuniéramos en la casa de Jane. Les expliqué que no les había contestado antes porque estaba observando una película con mis padres y que, de todas formas, me parecía bien el acuerdo.
Entonces, la llegada del fin de semana trajo consigo la salida de la que mis amigas habían estado hablando toda la semana. Nos reunimos con Sam en la casa de Jane bastante temprano, esta vez sin necesidad de mentirle a mis padres porque al fin y al cabo era una fiesta organizada por alguien del colegio con gente de mi edad. Eran eso de las ocho de la noche y la fiesta no comenzaría hasta las once y media, por lo que decidimos ducharnos con tiempo y ver una película mientras esperábamos que nuestro pelo se secara, ya que a las tres nos daba bastante flojera usar el secador.
—He estado pensando en algo —murmuró Jane. Con Sam compartimos una mirada extrañada, y apagó el televisor
—Eh —me quejé, pero me envió una mirada que me advertía no poder decir nada. Decidí no querer morir en ese momento.
—Este es nuestro último año —dijo cuando ya le hubimos prestado atención.
—Sí... creo que ya lo hemos notado, considerando que ya hemos cursado dos años y nos queda este último para graduarnos... —comentó Sam, sin entender hacia donde iba todo.
—¿Recuerdan lo que decíamos a los doce años? —preguntó, mirando la tele apagada. Quise saber si es que le estaba dando un ataque de nostalgia y querría hablar de que bailábamos en la habitación cuando éramos pequeña.
—¿Que secuestraríamos a One Direction para que nos dieran un concierto privado y para que nos confesaran que Larry es real? —pregunté frunciendo el ceño, y Jane finalmente volteó a vernos.
—No, no, lo otro.
Volví a mirar a Sam, esperando que ella entendiera algo, pero me di cuenta de que ella tampoco lo hacía.
—Que iríamos a vivir juntas cuando entráramos a la universidad —nos aclaró, y con Sam soltamos un pequeño "ah".
—No creo que si comenzamos a ahorrar ahora nos alcance para comprar una casa —dije tomando una porción de la pizza que se encontraba frente a nosotras.
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Mi Deseable Perdición ✓
Romance¿Quién diría que el único hombre que llamaría la atención de Zhavia terminaría siendo su profesor de Literatura? Advertencia: escribí este libro con 13 años y requiere edición