La reunión de Emily Pt. I
Contra todo pronóstico, aquella semana Caleb sí me miró en el colegio, aunque lo seguía notando distante. Su tono infantil que a veces adquiría en clases no se presentaba cuando se trataba de hablar conmigo, lo cual me desanimaba bastante.
Por ello no podía esperar a que el viernes llegara, y me alegré muchísimo cuando así fue, porque, por ende, había llegado el día de la reunión en la casa de la prima de Leia. A lo largo de la semana, nuestra compañera nos había dicho que la habían adelantado (al parecer la prima de Leia tenía que viajar el sábado por la noche, por lo que se le había hecho imposible hacer la reunión ese día).
Me encontraba con Sam y Jane en mi casa, nuestra amiga nos había contado que a las reuniones de su prima se tenía que ir siempre como si fueras a ir de fiesta, porque era posible que terminásemos en una de la ciudad, luego de beber un poco.
Yo me había vestido con una falda color rosa claro, una blusa negra transparente, y un top bastante corto, no suena muy bien a la descripción, sin embargo, era algo bastante sofisticado. En los pies llevaba mis tacos negros, y mi cabello iba suelto y natural. Me había maquillado de una manera muy leve, solamente para resaltar un poco mis facciones.
Jane usaba una falda blanca y un top negro, y Sam una falda roja y un top blanco que a los costados llevaba unas tiras negras.
No nos veíamos como de veinticuatro años y estábamos conscientes de ello, porque no nos habíamos esmerado tanto como la otra vez, sin embargo, parecía que teníamos diecinueve, tal vez veinte.
Los padres de Jane le habían prestado el auto, a pesar de no tener licencia aún, porque confiaban en ella y sabían que era buena conduciendo. Además, nos quedaríamos a dormir en la casa de la prima de Leia, por lo que no tendría que manejar ebria de vuelta.
Llegamos a la casa a las doce y media, era linda... moderna. Tocamos el timbre y nos recibió una joven chica sonriente, de piel tostada y pelo rubio. Estaba usando unos shorts negros de salir, un top con lentejuelas doradas y unos zapatos negros de plataforma.
—¡Eh!, ustedes deben ser las demás amigas de Leia, soy Emily, la dueña de la casa —comentó sin quitar la sonrisa y abrió la puerta de par en par— pasen, todos están en el salón que está cruzando el patio trasero, las chicas llegaron hace un rato.
—Hola —saludamos a la par.
—Somos Jane, Sam, y Zhavia —comenté señalando a mis amigas a medida que las nombraba y le sonreí.
—Es bueno saberlo —asintió— qué lindos nombres tienen —suspiró— Zhavia... exótico.
Sonreí ante el comentario.
—Me lo dicen a menudo —confesé, comenzando a caminar tranquilamente junto a las tres chicas.
—Es que lo es —insistió— Bueno, por otro lado, ya pedimos pizzas y están por llegar, creo, y calculamos que serán suficientes para todos.
—Luego dinos cuánto dinero debemos poner nosotras —pidió Sam.
—Sí, y además tenemos que sumar lo que hayan gastado en alcohol, ¿no? —inquirió Jane.
—Sí, no se preocupen, pedimos demasiado, pero tampoco somos pocos, así que no será mucho por cada uno. Tenemos cervezas, vodka, ron, gin, y no recuerdo qué otras cosas.
—Me parece perfecto —comentó Jane.
—Mi amiga tiende a tomar de más —advertí en broma y rieron.
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Mi Deseable Perdición ✓
Romance¿Quién diría que el único hombre que llamaría la atención de Zhavia terminaría siendo su profesor de Literatura? Advertencia: escribí este libro con 13 años y requiere edición