7

40 4 0
                                    


Estoy muy nerviosa Ale....

No tienes porqué estarlo,  entiendo tus razones, pero solo vamos a sacarnos la duda con respecto a tu mamá, no es que vamos a ir a hablar con el, relájate....

Como si pudiera.....

En este momento nos estamos yendo con Ale a hablar con el abuelo Álvaro, anoche me llamó avisando que había vuelto y que quería verme, que me esperaba para desayunar juntos, entre lágrimas de la emoción de volver a verlo, de que voy a saber finalmente si Alex es mi padre o no y por la sorpresa que me causó su llamada, solo pude decir está bien, cuando ya estuve más calmada lo llame a Aaron y obviamente que estaba con Ale, mis tíos sí que le hacen honor al significado gemelos, porque nunca están separados, con solo saber dónde está uno ya sabes dónde está el otro, pero como iba diciendo,  mi tío Aaron resultó que después de todo si aveces salía sin Ale, porque cuando le pedí que me acompañe me dijo que no podía, tenía médico, el tío Ale se ofreció a acompañarme y obviamente le dije que sí y aquí estamos, en la puerta de la casa de su abuelo, para saber si su nieto puede ser mi padre o no, cuando mis nervios se controlan un poco y mi cuerpo comienza a responder a mis órdenes, bajamos de la camioneta.

Miro a Ale a medida que avanzamos y aunque el me mira con una sonrisa tranquilizadora y yo trato de aparentar que también lo estoy, por dentro estoy hecha un manojo de nervios, la boca se me seca cada dos segundos, me cuesta respirar y mis manos sudan, me las paso por el pantalón que traigo puesto pero no sirve de nada, mi tío toca timbre dos veces y después entra, lo miro confundida y el me explica a  medida que vamos entrando que es una costumbre que tienen para saber cuándo es alguien de la familia la que llega a su casa, miramos para todos lados buscándolo y lo vemos que viene caminando por uno de los pasillos.

Hola hijo, ¿cómo estás muchacho?...- pregunta dándole un abrazo el cual el corresponde encantado con la misma sonrisa que lleva el abuelo.

Bien abuelo y gracias por el regalo, papá me lo dio apenas llegó a la casa...- el hace un gesto con la mano de " no es nada" y luego se acerca a mi.

Cómo estás niña?...- me pregunta ahora a mi después de darme un abrazo y un beso en la mejilla.

Bien y usted? cómo estuvo el viaje?....

Espectacular...- contesta caminando hacia el comedor más chico.

- espero que no les moleste que desayunemos aquí, es que el otro comedor es muy grande solo para tres, aparte el día está hermoso....- dice parándose frente al gran ventanal y dándonos la espalda.

Si tiene razón, a pesar de la gran lluvia de ayer, hoy amaneció hermoso, aparte me gusta su gran ventanal...- declare con una gran sonrisa.

Si, vengan...- nos pide sin mirarnos y hacemos lo que dice, Ale se para a su derecha y yo a su izquierda.

- sienten ese calorcito que desprende el vidrio al chocar los rayos de sol contra el? - nosotros decimos sí con la cabeza.

- es por eso que me gusta tanto esta parte de la casa, antes la mesa estaba aquí, donde estamos ahora mismo, recuerdo que tú bisabuela y tu madre pasaban horas aquí charlando y tomando mate mientras con tu padre hacíamos el asado o veíamos fútbol....

Y porque mi madre siempre dice que no le gusta el mate porque mancha los dientes?...- pregunta Ale mirándolo.

Es que no te estaba hablando a tí...- lo mira.

- le estaba hablando a ella..- me señala, nosotros nos miramos sorprendidos por lo que acaba de decir y el vuelve a la mesa para sentarse cuándo escucha la puerta abrirse.

Buenos días señor....

Buenos días Clara.... ya puedes traernos el desayuno por favor....

Si señor, en dos minutos estoy devuelta...- le contesta y se va, nos hace señas de que nos sentemos mientras le da una mordida a su medialuna y nos sentamos sin decir una sola palabra, Clara entra con las cosas que seguramente ya tenía preparadas por la rapidez con la que volvió y coloca las cosas para comer en el centro de la mesa y las cosas del mate donde está la silla vacía, cuando termina el abuelo le habla.

Mi Padre...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora