Capítulo 4: La novia perfecta.

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En multimedia: Julia Michaels - Issues.

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(Foto de KattyL03 )

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Por unos cuantos segundos nadie dice nada, ni Donna, quien se limita a mirar a Sam, a Bruno y finalmente a mí. Soy la primera en abrir la boca para terminar con este momento extrañamente incómodo. Bruno y Sam eran muy populares en la escuela, se podría decir que uno era la competencia del otro y eso convierte esta pequeña reunión de parejas en algo sumamente curioso.

—Esperamos no habernos tardado demasiado.

—No, recién llegamos, Misty. —Hay algo peculiar en la voz de Donna.

—Buenas noches —saluda Bruno extendiendo su mano hacia Donna y luego hacia Sam.

—¡Oh por Dios! No sabía que tenías novio. Es una increíble noticia —suelta Donna saliendo de su asiento y abrazándome fuertemente. Ha tenido una reacción exagerada.

—Bruno no es su novio —le aclara Sam.

—¿No? —pregunta perdiendo el entusiasmo.

—Claro que no —contesta Sam.

—En realidad estamos saliendo por ahora, conociéndonos. ¿Cierto Bruno? —lo miro con la esperanza de estar diciendo las palabras idóneas y por la forma en la que me devuelve la mirada creo que he dicho lo correcto.

—Sí, nos estamos dando una oportunidad —agrega.

—¿Desde cuándo? —Sam toma su copa con agua y bebe un trago lentamente.

—Desde hoy, ¿puedes creerlo? Esta semana parece estar llena de sorpresas, Sami.

—¿Podemos hablar un segundo Misty? —me pide y no lo comprendo.

—¿Te refieres a hablar en privado? —no puedo evitar preguntar.

—Sí, ¿no te importa Donna, cierto?

—No, cariño, claro que no.

—Pero a mí sí que me importa. Estoy segura de que podemos hablar después, somos vecinos. Ahora mismo muero de hambre. ¿Tú no Bruno? —Mi acompañante asiente y hace una de las sillas hacia atrás para que pueda sentarme.

El mesero nos lleva la cartilla y clavamos nuestras miradas en los platillos y bebidas. Sé bien lo que quiero comer, solo estoy disimulando. No paro de preguntarme qué es lo que está fallando desde que Sam regresó. Después de unos minutos tenemos al mesero nuevamente con nosotros tomando nuestra orden y pronto los platos sobre la mesa.

La conversación sigue sin fluir como debería y decido indagar un poco más sobre Donna, no me interesa nada saber de su vida, sin embargo estoy interesada en conocer su historia con mi mejor amigo.

Estrellas en el techo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora