Capítulo 15: Celos.

5.3K 628 455
                                    




En multimedia: Maroon 5 - Girls Like You ft. Cardi B

(Foto de KattyL03 )

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(Foto de KattyL03 )

~*~

Me despierto y sin darme cuenta me río. No me puedo creer los últimos acontecimientos. Creí que ayer sería el fin, que jamás volvería a dirigirme la palabra con Sam, que tendría que enfrentar el sentimiento de pérdida y que por las circunstancias quizás se marcharía con Donna ya que la boda se había terminado. Y mírenme soñando despierta, Donna no es la novia de Sam y nunca lo fue. Es que me parece increíble que hayan fingido, era real ante mis ojos.

Empiezo a dar vueltitas de un lado a otro sobre mi cama y a morder la almohada para evitar gritar, hay un cosquilleo permanente en mi cuerpo. Hay tanta emoción en mi alma, tanta tranquilidad en mi pecho. ¿Cómo funcionará esto? ¿Cómo daremos el salto de amistad a amor? ¿Lo lograremos? ¿Cómo se sentirá tener acceso íntimo a Sam? ¿Cómo será mantenerlo tan cerca de mí que me cueste respirar? Son tantas preguntas en mi mente, tantas incógnitas que crecen y crecen.

Me muerdo los labios evocando el momento en el que me ha subido a sus caderas y besado de esa forma tan intensa. Mi cuerpo responde tan bien a él, mis sentidos se complementan de una manera casi perfecta a los suyos. Suspiro con las emociones a flor de piel, no quiero tener malos pensamientos, creer que esta sensación poderosa e indescriptible solo me durará unos días, que al tenernos comprenderemos que era más una ilusión que una realidad. Que las dudas que aún conservo sean verdaderas porque aunque Donna ha fingido todo el tiempo, mis conversaciones con Bruno no han sido una mentira, y lo hablado con él, las palabras que utilizó para describir mi situación con Sam aún están presentes en mi mente.

Me obligo a salir de la cama, debo ir al trabajo después de varios días de descanso por mi pequeño accidente en el parque. Pongo especial esmero en mi arreglo personal y me parece una mentira bien elaborada que todo el tiempo esté pensando en Sam, en cada retoque que le hago a mi cara, en la elección de mi ropa, hasta en el color de mis uñas. Es muy loco, muy raro sentirme así, pensar en él incluso cuando tomaba mi ducha. Es algo que jamás había ocurrido.

Pensaba en Sam cuando miraba algo muy gracioso, escuchaba una canción profunda o una que pudiéramos bailar, cuando una película se estrenaba, o los macarrones con queso no me quedaban como a él, pensaba a Sam como una amiga piensa en su amigo. Esto es tan nuevo para mí y, si mi mejor amigo es quien me provoca todas estas reacciones, ¿con quién debo hablarlo? ¿Con él? Viéndolo desde esa perspectiva no es tan sencillo como sospechaba y me aterra que las cosas se vayan a la basura en un abrir y cerrar de ojos.

Niego con mi cabeza y me permito tener un poco de esperanza. Termino de arreglarme, me despido de mis padres y corro a mi trabajo, ya se me ha hecho tarde. En cuanto abro la puerta me detengo en seco al ver a Sam montado en su auto, esperando por mí frente a mi casa.

Estrellas en el techo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora