Capítulo 24: Problemas en el paraíso.

4K 461 309
                                    

En multimedia: The Chainsmokers - The One

En multimedia:  The Chainsmokers - The One

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(Foto de perlitaaa_29 )

~*~

Me paralizo al escucharlo, al sentirlo tan cercano, a centímetros de nosotros. Pensé que estaba muy mal, que no saldría del hospital tan pronto, aunque al mirarlo me convenzo de que lo que ha pasado en la carretera no tiene explicación alguna. Bruno está molido, trae la cara inflamada, los párpados entres rojizos y morados, muletas debajo de sus brazos y un pie con una férula. No pudo conducir así, ¿cierto? Menos a esa velocidad exagerada en la que ese auto negro nos seguía.

Las manos de Sam aprietan con fuerza mi cintura y me oculta detrás de su cuerpo. ¿Por qué de pronto todo se ha transformado en una película de terror? La calle se ha vuelto solitaria y nadie sale de nuestras casas, eso, seguramente provocado porque es muy temprano y nuestros padres trabajan.

En su espalda, justo en medio, Sam oculta la pistola, la mitad está dentro de su pantalón. Trato de conservar la poca calma que me queda, no sé si después de este encuentro yo vuelva a ser la misma.

—¿Qué haces aquí? —se atreve a preguntar Sam.

—¿Qué hago aquí? ¿En serio Sam? Después de que me hiciste caer en tu trampa, todas esas fotos que tú mismo pusiste, no fui yo Misty —me habla a mí.

No sé qué tan dañado esté de la mente, pero cómo se atreve a decir tal cosa. Ni siquiera entiendo cómo ha tenido el valor de presentarse aquí. ¡Él me atacó!

—¿De verdad crees que tomará en cuanta tus palabras? Eres un enfermo, un psicópata —le grita Sam.

—No soy ni lo uno ni lo otro, solo un idiota que fue demasiado bueno con alguien que no valía la pena, que nunca la ha valido y ha preferido enredarse con el niño estrella, el capitán del equipo, el chico popular y más asechado por las mujeres, quien si consiguió entrar a la universidad y le miente en su cara. Aquí el único enfermo eres tú, imbécil.

—Bruno... —intento hablar.

—No, Misty —me habla bajito Sam y me quedo callada.

—Esos diarios los escribió él. Él es el que ha estado obsesionado contigo —se altera Bruno. Sam da un paso hacia el frente.

—Claro y falsifiqué tu letra. La policía hará su trabajo y serás declarado culpable. Vete de aquí, Bruno.

—Me iré hasta que le diga la verdad, ¿has hablado con Donna? ¿Ya le dijiste que...

Bruno no alcanza a terminar porque Sam olvida el estado en el que está y se le tira encima. Las cosas se salen de control y reacciono acercándome a ellos y tratando de separar a Sam de Bruno. No puede golpearlo más, podría denunciarlo y esta vez no logrará salir.

Estrellas en el techo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora