One-shots - [BNHA x Lectora]

9.5 - Aizawa Shouta

Dedicado a
genmitsuki

Volver a verte II

El resto de la tarde se me hizo muy ameno, pues estando contigo se me pasa el tiempo volando.

Aunque no te lo diga en voz alta, te he echado mucho de menos.

Has camboado bastante, de hecho, me gusta como te queda el pelo corto, pues resalta a la perfección tu rostro y tus hombros tan finos y delicados. Añoraba tu llamativa mirada y tu dulce sonrisa, por no hablar de tu melodiosa voz que sale del refugio de tus cálidos labios. Esos labios que por desgracia, aún no he tenido el placer de probar.

— ¿Me estás escuchando? — preguntas, pues al parecer creo que he sido demasiado obvio.

— Desde que has abierto la boca. — respondo con una mentira mientras sorbo mi taza de café.

Oh no, estás sonriendo otra vez.

Me llevo dos dedos a la sien a medida que cierro los ojos con fuerza, no puedo soportarlo. Y para colmo, escucho tus risas, si sigues a este paso, no podré contenerme.

Cuando parece que por fin te has calmado, abro los ojos y me encuentro con un rubor virginal que me amenaza inundando tus mejillas. Caigo rendido ante tus encantos, tal y como un pobre que cae en la maldición de una hechicera. Demonios, ¿qué has hecho para dejarme así?

Pecado, dulce pecado.

— ¿Sabes? No me sorprende que tu mal sentido del humor no haya cambiado después de todos estos años. — formulas bajando la mirada, puedo ver la nostalgia en ella.

— Supongo que hay cosas que nunca cambian.

Como mi deseo de permanecer a tu lado durante el resto de mis días, una lástima que no te des cuenta.

Mediante recuerdos viejos y anécdotas nuevas, matamos el tiempo como si no hubiera un mañana. Tus piernas se rozan con las mías por debajo de la mesa, parecemos dos adolescentes con las hormonas abarrotadas. Quitando el contacto físico, me alegro de que te vaya bien en tu empresa, pues siempre he sabido que eres una gran mujer de negocios.

— La semana que viene tengo que volver. — terminas, ocultando tu rostro sobre la taza de café — Al parecer v
amos a abrir una sucursal en Rusia, si no me equivoco.

Mi corazón se detiene.

He estado durante mucho tiempo esperando esto, no puedo permitir que te marches ahora.

— ¿Tan rápido? — alzo una ceja con escepticismo, pues trato de intentar que no me afecte demasiado.

Asientes y guardas silencio, ¿soy yo o tu sonrisa se va apagando poco a poco?

— Sí, aunque... — me miras, con tus orbes color _______ llenos de emoción — Me gustaría poder pasar más tiempo contigo.

No puedo creer lo que escuchan mis oídos.

Siento un atislavo de esperanza recorrer mis venas. Por impulso, me remuevo sobre mi asiento y recorro la palma de mi mano hasta poder entrelazarla con la tuya. Noto como te cohibes por la vergüenza, aunque antes de que llegues a decir nada,
me interpongo entreabriendo las comisuras de mis labios.

— Entonces, hazlo. — suelto de improvisto, puedo notar que estás demasiado sorprendida.

Finalmente, me vuelves a bendecir con una de tus sonrisas, no hace falta decir nada más, pues ambos estamos conectados y nuestros corazones hablan por sí solos.

Me siento el hombre más feliz del mundo.

Istintivamente, también te sonrío, pues no me importaría volver a verte cada día durante el resto de mi vida.

Hellouda :/

En un principio tenía pensado en dejar a mamá oruga con un final abierto, pero después de un pedido no pude resisitirme. Me debo a mis lectores UwU