One-shots - [BNHA x Lectora]

15 - Kirishima Eijiro

Dedicado
a FarbiX

Acuario

— ¡[T/N], ven a ver esto!

A duras penas, la chica siguió al pelirrojo, quien se mantenía completamente enérgico a medida que daban un paseo por el acuario. La fémina había comprado dos entradas para que ambos pudieran pasar la tarde y tal parece que la sorpresa había contentado enormemente a su novio.

— Esas son las tortugas de antes, Kiri... — le sonrió con una gota de sudor en la frente, pues tal parece que habían dado vueltas por todo el lugar.

— Ah, ¿sí? — Eijiro frunció el ceño con confusión y pegó su rostro hacia el cristal
— Vaya, no me había dado cuenta.

La peli____ negó con la cabeza y volvió a sonreír, pues lidiar con el entusiasmo de Kirishima era lo mismo que lidiar con el entusiasmo de un niño pequeño. Aunque no estaba molesta, todo lo contrario. Ver sus caras expresiones y reacciones cada vez que un animal marítimo se cruzaba por su vista, le resultaba totalmente encantador. 

— Nunca has estado en un acuario, ¿verdad? — ladeó la cabeza acercándose unos pasos hacia él.

De inmediato, la sonrisa puntiaguda del chico desapareció y este hizo un pequeño puchero ligeramente decaído.

— Pues... No. — se rascó la cabeza algo apenado, pero en seguida volvió a reír — Pero me alegra que me hayas traído aquí, ¡gracias!

Nuevamente, la sonrisa de la peli_____ se volvió a alargar y de inmediato acortó la distancia entre ambos para darle un fuerte abrazo al chico.
Con las mejillas del mismo color que su pelo, Kirishima correspondió el acto ligeramente avergonzado. Se quedaron durante un buen rato así, pues realmente era cómodo disfrutar del calor y cariño del otro.

— ¡Mira mamá, un tiburón pelirrojo!

La pareja se separó al escuchar un voz chillona. Ambos se dieron la vuelta y pudieron ver que no se trataba más de un niño que iba acompañado de su madre. La mujer, temiendose de que su hijo le hubiera faltado el respeto al chico, se disculpó algo avergonzada y se marchó rápidamente llevando al pequeño a rastras. Tanto a [T/N] como a Eijiro no les importó, es más, les causó gracia.

— Espera un momento... — comenzó a hablar el chico, alzando una ceja
— ¿Aquí hay tiburones?

En el momento en el que la peli_____ asintió, a Kirishima le comenzaron a brillar los ojos.

— ¿¡Podemos ir a verlos!? — preguntó apretando los puños y agitando los brazos con emoción.

— Faltaría más. — se río nuevamente la joven.

De inmediato, el joven arrastró a su novia en lo que quedaba de aquí para allá totalmente extasiado de curiosidad. Leía los letreros y observaba las características de cada animal, hasta que por fin llegó a la zona de los tiburones.

— ¡Es increíble! — chilló corriendo hacia la vidriera y observando como uno nadaba por ahí cerca.

Mientras tanto, [T/N], quien se veía completamente enternecida por la escena, sacó de su bolsillo su celular y sacó unas cuantas fotos. Una vez lo hizo, le sonrió a la pantalla, pues le resutaba  graciosa la similitud entre los dientes de su novio y los del animal.

A la salida, la pareja estaba completamente agotada por haber pasado el día entero de aquí para allá. Habían visto la exhibición de delfines, la zona de las medusas y también habían tomado un descanso para almorzar.

[T/N] revisaba una y otra vez las fotos de su teléfono, pues había sacado tantas que la memoria del sistema estaba a punto de reventar. Aún así, no se arrepentía de nada, puesto a que el principal protagonista de ellas
era un Kirishima completamente maravillado por la fauna marítima. 

— Ya he vuelto. — se acercó el chico que se había ausentado durante unos minutos.

La chica guardó su móvil nuevamente en sus bolsillos y se dirigió a él.

— Oh, ¿dónde estabas? — preguntó alzando una ceja.

— Comprandote esto.

Antes de que pudiera abrir la boca para replicar, el chico sacó lentamente lo que escondía detrás de su espalda con una enorme sonrisa. De inmediato,
[T/N] parpadeó un parpadeó unos segundos tratando de procesar lo que tenía delante de sus ojos.

Un tiburón de peluche.

Entre risas, estrechó el regalo entre sus brazos y se puso de puntillas para besar al pelirrojo en la mejilla. Aún con la vergüenza en cima, Eijiro también río y pasó un brazo por encima de los hombros se su novia.

A ambos les encantaba pasar las tardes juntas, disfrutando el uno del otro y esa tarde en el acuario, sería una de esas que jamás olvidarían.