El viento soplaba con gran intensidad mientras mi cabellera roja seguía el vaivén frío que se quedaba patente en mi cuerpo delgado lleno de escalofríos y moretones debido a la fuerte caída que tuve el día anterior.
Lo recordaba. No había forma de que aquella imagen saliera de mi mente ya que era imposible olvidar algo que me había dejado tan petrificada como este clima que siempre estaba cambiando inesperadamente.
Los días pasaban. Las estaciones solían mezclarse una a una en esta inmensidad de madera crujidora y repleta de fantasmas que no se dignan a mostrarse. Solo juegan a las escondidillas, solo se mantienen en la oscuridad mientras mi cabeza divagante trata de encontrar las respuestas, aquellas malditas respuestas de preguntas que solo quedan en mis labios resecos y llenos de agridulces sabores.
Octubre pasó sin pena ni gloria. Faltaba un mes o dos para que el año se terminara y la más ansiosa era mi madre quien preparaba cada día aquella maleta sin saber o no si algún día nos dignaríamos a irnos de esta casa, de esta fortaleza que me retiene, que me hace sentir segur y a la vez enloquecida de lo que podría ocurrir si me dignaba siquiera a cerrar los ojos. Todo lo que me gustaba y a la vez disgustaba estaba aquí, en estas paredes, en las teclas de ese piano que tanto me gusta tocar, en aquel salón de baile en donde solo me recuesto en el suelo polvoriento mirando el techo lleno grietas y candelabros que crean matices en donde mi cordura cae bajo el hechizo de una música antigua llena de bailes imaginarios que solo se ven cuando la noche fría apaga la llama caliente de aquella chimenea.
Despierto a la mañana siguiente viendo a mi madre parada en la puerta como una sombra de rostro serio que solo está allí con sus maletas en la mano y una mirada que sin decirme nada, ya sabe perfectamente lo que va a hacer.
- Buenos días madre- dije restregándome los ojos
- Hija, vístete, toma algo de desayuno y prepara tus cosas. Nos iremos hoy- dijo sin siquiera mirarme, cerrando fuertemente la puerta de mi habitación
Me levanté deprisa con los pies descalzos y siguiendo a mi madre por aquel pasillo deteniéndola y diciéndole:
- Mamá, aun no podemos irnos. Si me voy, si nos vamos, no conseguiré saber lo que ocurre aquí dentro- dije desesperadamente
- Hija por favor reacciona, acaso ¿no ves lo que ocurre? Ya no podemos seguir aquí. Apenas podemos dormir y desde que nos mudamos, cosas extrañas nos han rodeado a ti y a mí- dijo mi madre tomando mi rostro con sus manos
- Mamá, debemos quedarnos- dije llorando
- Helena, me preocupas. Tienes que ver a un psicólogo o psiquiatra. Tu sonambulismo me está asustando y no voy a permitir que te hagas daño dentro de este lugar- dijo ella abrazándome
Me solté inmediatamente de su agarre viéndola tan solo en silencio, hasta que me vi expuesta a decirle:
- No estoy loca, nunca lo estuve. Es más, debo mostrarte algo, algo que comprueba que lo que he visto, no es sacado de una tonta alucinación
Tomé a mi madre del brazo mientras esta se quejaba por haberla arrastrado a la dirección contaría yendo hacia aquella habitación en donde la llave aún seguía en aquella pintura colgada en la pared. Fue allí que ante la mirada incrédula de mi madre, abrí en su presencia aquella habitación que seguía exactamente igual a como la había dejado el día en que mi corazón se infartó de un susto que no estaba debidamente preparado.
- ¿Qué es este desorden?- preguntó mi madre tropezando con cajas llenas de cosas completamente innecesarias
- Mamá, aquí encontré algo que debes ver- dije buscando todos los cuadros que había tocado y dejado esparcidos por toda la habitación
Mi madre seguía allí viendo todo de una forma asustadiza mientras yo buscaba una y otra vez aquel cuadro que no se dignaba a manifestarse en medio de cajas que destruí buscando algo que claramente, ya no estaba por ninguna parte.
- ¡No está!, ¡no está!- dije llevándome las manos hacia mi cabello
- Helena, helena cálmate- dijo mi madre tratando de que entrara en razón
Tiré todo lo que me encontraba. Estaba completamente enojada y angustiada por todo lo que pasaba ya que la única prueba certera para acreditar que no estaba enloqueciéndome, había desaparecido por completo.
Finalmente, cuando ya pudimos vernos las caras, mi madre me tomó del brazo dirigiéndome hacia el jardín en presencia de Don Bernard y Margaret quienes trataban de que mi madre no se descontrolara al apretarme con fuerza mientras decía:
- Ya basta de esto, nos iremos, nos iremos ya
- Madre, por favor, por favor no lo hagas- dije mientras trataba de soltarme
Estábamos a mitad de llegar a las rejas del jardín. Ambas gritábamos, ambas teníamos posturas diferentes en donde la casa estaba en medio de aquella discusión sumida por el clima que se volvía tenue en cada palabra que salía de nuestras bocas temblorosas. El viento comenzó a hacerse más intenso, haciendo que mi madre fuera empujada por una fuerza en donde quedo sentada en aquel pasto viéndome y siendo extraída por la casa, por el clima o por algo que no quería que nos marcháramos así como así.
- Nos iremos y nada lo impedirá- dijo mi madre levantándose y volviéndome a encaminar hacia la salida
El taxi ya había llegado, siendo mí madre quien me tomara mientras yo lloraba y veía la casa en medio de una neblina que causó un inesperado rayo que nos dejó a mi madre y a mi tiradas a una distancia curiosamente bastante cercana a donde estaba la casa. En aquel momento, Margaret y Don Bernard nos entraron a casa. Ella llevaba a mi madre quien por la intensidad de la caída de aquella supuesta rama firme, se había golpeado la cabeza en un sonido potente que se volvió hueco y algo silencioso mientras que él, me llevaba en sus brazos sintiéndome ligera y también absorbida por unas manos frías y un rostro desconocido que me veía y me decía casi en susurros que todo de alguna forma u otra, se iba a arreglar.
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La Esencia de la Muerte
Gizem / GerilimCuando una joven y su madre, se mudan a la misteriosa mansión de sus antepasados, nunca imaginaron que su nueva vida estaría envuelta en secretos y susurros de un pasado oscuro. La vieja mansión, envuelta en sombras y rumores de estar embrujada, par...