capítulo uno

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—Vamos ya Clairo, perdemos la paciencia—. Alentó Alaska entre impaciente y ansiosa

Mire lo que hacia en la mesa, diez líneas blancas puestas ahí, dos de ellas esperando a que mi nariz las inhalará con fuerza.

No espere más y lo hice mientras todos celebramos aquello como su fuera un gran triunfo. Está mierda ya no me hace efecto alguno, ya nada lo hace y me empiezo a desesperar.

—Alaska es tú turno—. Grito Kerry quien es novia de la recién nombrada

Así cada uno fue inhalando mientras tomábamos cerveza y reíamos a carcajadas y a decir verdad esto no era tan malo, me gusta una muerte lenta, pero me gusta más morir a causa de la mierda que me gusta.

Sonreí por pensar lo último y es que ¡vamos! Tengo 20 años, 14 años viviendo en una miseria porque mi padre nos abandonó cuando tenía apenas 5 años y mi madre sólo se preocupa de follar con uno diferente cada semana, mi vida a sido una mierda, a los 13 años perdí mi virginidad con un tipo de mayor edad sólo porque no quiso acostarse con mi madre, si no que conmigo y cómo mi madre no tenía dinero, aceptó. Aquel día fue y es el peor de mi jodida vida, sentir esa sensación de que en cualquier momento morirás porque sientes que tus órganos se revientan de dolor mientras sientes como entra y sale sin tener piedad alguna y sin olvidar la sangre que salía dentro de mi por la brutalidad de aquél cerdo. Es algo realmente jodido y sólo fue por dinero.

Porque si, mi madre es una prostituta.

—Hey— dijo Alaska— ¿Qué está sucediendo?

-¿Qué?- pregunté un poco ida a su pregunta

—¿Qué de qué?— preguntó ella también—. No hablas, no te estas drogando y ni siquiera te das cuenta que hay 3 perras prácticamente cogiendo con Adam.

Adam se podría decir que era mi novio, vivíamos en un apartamento los 4, Alaska, Kerry, Adam y yo. Alaska como deben de imaginar es lesbiana y está muy enamorada de Kerry.

Adam siempre me a engañado, llevamos 3 años juntos y siempre lo a hecho, y yo... bueno jamás lo e engañado, no me molestó en hacerlo porque se que Adam volverá a mi, siempre lo hace.

—Está bien—. la miré— iré a follarme a Adam, ¿felíz?—. pregunté con ironía

No espere respuesta y me levanté, no me moleste ni siquiera en hablarle a aquellas chicas porque cuando me vieron sus caras eran dignas para un retrato. Todas se bajaron del sillón de aquella casa (la cuál que ni puta idea de quién es el o la dueña) corriendo sin siquiera tocarme, reí ante lo sucedido. Digamos que el nombre de Clairo Crezz era algo temido por sus problemas mentales y sus crisis emocionales las cuales siempre terminaba con alguna chica en urgencias y es que sólo con ir caminado por la calle ya sabes mi vida o de esa forma quieren saberla.

—¿Qué hacías?—. pregunté a Adam fingiendo celos, pero ni señales de aquello en mi sistema

—¿No era obvio?—. pregunto irónico aún sentado en el sillón

—Sabes—. me senté a su lado— es absurdo porque—. reí sin humor, si no más bien reí como si nada de esto encajara—. No entiendo porque lo haces, porque estas con otras mujeres siendo que siempre vuelves a mí.

El tomo un poco más de su cerveza mientras me miraba y lo analice por completo esa noche; pelo alborotado con completamente castaño oscuro, labios salvajemente grandes, ojos color marrones y una polera gris con unos pantalones negros a juego con sus zapatillas las cuales traía esa noche.

Nada mal— pensé.

—Porque te necesito y lo sabes, vuelvo a ti porque sé— soltó una risa con mucho humor—. Que jamás hablarías o serias capaz de decir que pasa en... digamos algunas ocasiones.

Quedé mirándolo incrédula, la verdad en ese momento sentí un poco de temor, por que sí, siento temor a veces y es que con el me siento segura pero hay veces que el pierde los estribos y cuando se quiere desquitar con alguien... ahí estoy yo.

No quise pensar a fondo, ya habrá tiempo para eso, ahora lo miré a los ojos y entendí lo que quería, me levanté y propuse.

—¿Vamos al baño?—. jugué con mis cejas haciendo que este sonriera

Comenzamos a caminar hacia este y cuando ya estábamos ahí no podía pensar en nada. La droga que consumí noqueo mi mente por completo haciéndome perder la razón y haciéndome estar más aturdida de lo normal.

-Y bien, muestra lo que tienes- alentó con voz candente

Cerré con llave la puerta y rápidamente me quite todo tipo de prenda para quedar expuesta a él y si les soy sincera, me mostraba así con el porque había confianza y el es con el único que he estado sentimentalmente por lo tanto quiero creer que no hay inseguridad. Se tomo unos minutos para contemplarme y antes de hacer cualquier cosa se me acercó y comenzó a dejar humedos besos por sobre mi cuello.

Está noche será como sentir el infierno en tú interior—. afirmó Adam mientras me agarraba de los muslos para luego enrollar mis piernas a su cintura y devorar mis labios.

<Ya tengo un infierno en mi interior cariño...>

Destruidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora